El futuro económico

Alberto Fernández busca una receta para contener la inflación y para salvar a la coalición de gobierno

El Gobierno está atento al índice de precios que dará a conocer el Indec, que rondaría el 4% y el 5% para los alimentos. ¿Cuáles son los pasos del ministro Guzmán?
Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Alberto Fernández junto a Martín Guzmán. (Foto: archivo)

Alberto Fernández junto a Martín Guzmán. (Foto: archivo)

"No hay duda que la principal preocupación del Presidente y del Gobierno es la inflación. Pero no hay un plan ni una receta", señalan a A24.com altas fuentes del Gobierno. El problema se pondrá de manifiesto este martes a las 16 cuando el Instituto de Estadísticas y Censos (Indec), que dirige Marco Lavagna, publique el nuevo índice de precios al consumidor de enero, que se estima entre 3,8% y más de 4%, según diversas mediciones. En los alimentos podría superar el 5%.

También se estima un piso de 3,5% para febrero y un 4,5 en alimentos, que es el precio que más afecta a los sectores bajos que el Frente de Todos dice representar.

“La inflación viene demasiado alta, aunque tal vez más baja que en enero de 2021. No se puede hacer magia y este es un tema en el cual se tiene comprometer toda la sociedad. Es un tema complejo”, decía a A24.com este lunes un funcionario cercano al Presidente luego de su reunión en la quinta de Olivos con el gabinete económico que encabeza el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Tres horas y media de problemas por resolver

Ese encuentro duró entre las 9 y las 12.30 y también participaron el jefe del Gabinete, Juan Manzur, los ministros de Producción, Matías Kulfas, y de Trabajo, Claudio Moroni; la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, la directora de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont; el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y el asesor presidencial Juan Manuel Olmos.

Las preocupaciones centrales fueron el desenlace del acuerdo con el FMI y el índice de inflación que se conocerá hoy. La gestión del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, sobre los precios, quedó desgastada y no se esperan resultados positivos. Feletti asumió el 12 de octubre último con la amenaza de revisar costos y ganancias, y bajar los precios a la fuerza con mano firme con los empresarios. Pero la inflación está desbocada.

En la Casa Rosada no pueden comprender cómo el kirchnerismo duro ataca a Guzmán -Máximo Kirchner quiere su cabeza tras el acuerdo con el FMI- por intentar bajar el déficit con un acuerdo con el FMI que consiste en desandar un sendero fiscal. No se miran en su propio espejo. El propio ex presidente Néstor Kirchner era un obsesivo de los superavits gemelos gracias a los cuales mantuvo una baja inflación entre 2003 y 2006.

No hay futuro político con inflación alta

En un segundo plano, se revisaron reasignaciones presupuestarias, el cumplimiento del consenso fiscal, la administración tributaria y el nivel de las reservas del Banco Central. Entre tantas malas noticias, se evaluó como “muy positivo” el crecimiento del empleo registrado, los números del consumo, y el incremento de la capacidad instalada de la industria. También repasaron los acuerdos con China y Rusia, y el impacto en la economía a futuro.

Pero fuentes cercanas a Alberto Fernández aseguraron que el Presidente tiene en claro que si no puede resolver el problema de la inflación en el próximo año, su gobierno no tiene destino político para intentar su reelección en 2023 y la debacle política podría alcanzar al Frente de Todos. La suba de precios sin freno se vincula a la resolución de la quita de subsidios y el aumento de tarifas a la energía y al transporte.

“Los subsidios a la energía y el transporte son las próximas batallas a resolver en lo inmediato”, señaló una fuente oficial. En todas se cuela la política. Cristina Kirchner pidió ponerle un techo del 20% al aumento de tarifas de energía. Y que la quita de subsidios al transporte afecte solo a la Ciudad de Buenos Aires y no a la provincia gobernada por Axel Kicillof.

Si se cumple esta máxima, los bonaerense no deberán pagar aumentos del boleto de colectivo, mientras que los porteños sí. Kicillof se salvaría del desgaste político; el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y sus votantes sufrirán los aumentos. El jueves a las 15 se hará la primera reunión en el Ministerio de Transporte entre los funcionarios porteños y los nacionales.

Cristina y Máximo se refugiarán en la provincia de Buenos Aires en 2023

Cristina Kirchner y su hijo Máximo decidieron despegarse políticamente del Presidente, porque presumen que su figura no tiene retorno para 2023. El plan político del kirchnerismo duro es refugiar a toda la tropa en la provincia de Buenos Aires para una eventual derrota del Frente de Todos a nivel nacional: el kirchnerismo debería retener la gobernación a través de algún barón del conurbano confiable, que podría ser Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora y jefe de gabinete de Kicillof.

Para traccionar esa boleta, Cristina Kirchner sería candidata a senadora, Kicillof su segundo y Máximo Kirchner diputado. Son las primeras aproximaciones a 2023. Se desentenderían así de una posible salida del poder del peronismo.

“En la inflación y las tarifas se juega el futuro de Alberto Fernández y no tanto en el acuerdo con el FMI”, dijo a A24.com un alto funcionario de la Casa Rosada.

Se agudizan las contradicciones en el Senado sobre el acuerdo con el FMI

En las últimas horas, además, se agudizaron las contradicciones en el Frente de Todos por el acuerdo con el FMI. La vicepresidenta Cristina Kirchner comenzó a dar señales de que el Senado podría demorarse en aprobar la carta de intención.

Paradójicamente, el jueves último la mesa de conducción de Juntos por el Cambio había anticipado que dará quórum y hará todo para evitar el default con el FMI, aunque analizará la letra chica del acuerdo para evitar suba de impuestos a los sectores medios y a la producción nacional.

Este gesto de la oposición fue bien tomado por el Presidente y por los mercados luego de que el diputado Máximo Kirchner había renunciado a la presidencia del bloque del Frente de Todos en Diputados y aún existen negociaciones internas para acercar posiciones en esa bancada. Pero ahora los senadores cercanos a Cristina Kirchner comenzaron a poner en duda el apoyo en la Cámara alta.

Mayans exige ahora que el Gobierno envíe la letra fina

Sobre el final de este lunes, el jefe del bloque de senadores del oficialismo, José Mayans, que responde a Cristina Kirchner y al gobernador de Formosa, Gildo Insfran, fue contundente: “Necesitamos el detalle del acuerdo con el FMI, para saber en qué compromiso vamos a meter al país”, señaló el formoseño.

Con ello, evitó adelantar el apoyo de la bancada oficialista de la Cámara Alta sobre el acuerdo con el Fondo. En cambio, el jefe del bloque de Diputados, Germán Martínez, que sucedió a Máximo Kirchner, dijo a A24.com y a Radio Cultura: “Soy optimista del resultado para respaldar el acuerdo y que tendremos una posición convergente”. Dos actitudes diferentes.

“Yo no dudo de la buena fe del ministro (Guzmán), pero para eso también estamos nosotros. El pueblo argentino ha votado representantes y espera que hagamos las cosas bien”, se reservó Mayans en declaraciones radiales. Cerca de Mayans aseguraron a A24.com con fastidio: “No tenemos el detalle de la propuesta, lo tiene que enviar el Poder Ejecutivo. Lo expuesto por Guzman tiene disidencia en el bloque”. Muchos senadores de Cristina Kirchner plantean objeciones.

Mayans le pidió al representante argentino ante el Fondo, Sergio Chodos, que el Gobierno envíe el proyecto por la Cámara de Diputados porque el Senado estaba en conflicto. Es por eso que el Presidente recurrió a senadores cercanos a los gobernadores más afines para intentar convencer a sus pares del kircherismo duro de que hay que acercar posiciones.

El nuevo mapa de Diputados

En Diputados, Germán Martínez, nuevo jefe del bloque en reemplazo de Maximo Kirchner, sigue intentando suturar heridas. Si Máximo Kirchner y el kirchnerismo se abstienen, la coalición oficialista quedaría golpeada.

Las principales objeciones que recibe Martinez son: uno, la historia del FMI en la Argentina no fue buena; dos, el sendero fiscal con déficit cero en 2025 puede ahogar el crecimiento, y tres, en seis meses el Fondo podría volver con nuevas exigencias. La respuesta de Martínez es que el acuerdo con el FMI abre una ventana de tiempo de cuatro años para la recuperación de la economía del 5% anual.

El acuerdo se firmará antes de fin de mes y se enviará al Congreso el 1ro de marzo. En ese momento se sabrá si el kirchnerismo decide fortalecer al Presidente o si queda en la puerta de la ruptura.