Todesca señaló que "en las tres rondas anteriores del ATP hacíamos un corte en las empresas que tuvieron facturación negativa 0 hasta 5% nominal positiva, el gobierno daba el salario complementario".
Luego, dijo: "observamos que en mayo y junio hubo una cantidad de empresas que empezaron a recuperar la facturación, no en los niveles antes de la pandemia, pero trabajamos varias semanas en el Gabinete Económico para ver como acompañar este nuevo universo que está entre el 0 y el 30% de facturación nominal positiva y les vamos a dar un préstamo a tasa de interés beneficiosa para que puedan pagar los salarios".
De esta manera, el Gobierno acotará la ayuda a las empresas que hayan vuelto a la actividad en el marco de la cuarentena intermitente, sin importar si volvieron o no a niveles de actividad normal.
En todo caso, el mensaje del Gobierno es que las empresas o comercios que hayan vuelto a la actividad pero que no alcancen los recursos propios para pagar sueldos, podrán endeudarse tomando créditos a tasas blandas para pagar sueldos. Algo que promete fuertes debates en sectores empresarios.
Las Pymes y trabajadores como aliados
Para Alberto, los principales aliados del Gobierno son “las Pymes y los trabajadores” en el plan de “reconstrucción de la economía” que se viene, dijo el Presidente el pasado viernes durante una viceoconferencia con Pymes de todo el país, de la que también participaron los principales sectores sindicales, entre ellos representantes de la CGT y la CTA.
Esta vez, a horas de anunciar el relanzamiento del Gobierno con “60 medidas de reactivación” de la economía, Fernández volvió a mostrarse con Hugo Yasky, líder de la disidente CTA, que en las últimas semanas compartió estrado con los dirigentes históricos de la CGT oficial como Héctor Daer y Carlos Acuña.
Pese a las diferencias históricas, Alberto logró unir a las dos centrales sindicales en varios encuentros entre el Gobierno y los empresarios y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El último fue la semana pasada por videoconferencia encabezada por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz y el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, dos funcionarios del entorno más cercano a Alberto, desde Casa Rosada.
Este lunes, el Presidente insistió en “invitar a pensar qué país queremos construir entre todos, y ustedes tienen que ser actores centrales en el tiempo que se viene”, añadió el mandatario al hablar por videoconferencia en vivo ante un plenario general de delegados de la CTA.
Reiteró como "objetivo autoimpuesto” del Gobierno “la obligación de preservar las empresas y las fuentes de trabajo, y que aquel que esté trabajando tenga la seguridad de que el Estado ayuda a pagar los sueldos a su empleador”, y pidió: “Estemos más unidos que nunca para encarar el futuro con mucha fuerza para poder poner de pie a la Argentina otra vez”.
Insistió en admitir la incertidumbre que genera en la economía la pandemia: “Estamos viviendo un tiempo difícil y único en la Argentina y en el mundo que nos obliga a repensar el presente y el futuro”.
Y agregó: “Nadie sabe a ciencia cierta dónde está el final de esta enfermedad que nos toca vivir, pero tenemos que integrar a todos los sectores de la sociedad”, al referirse a la situación laboral en el marco de la cuarentena: “El problema está lejos de haberse terminado”.
Por su parte, el secretario General de la CTA, Hugo Yasky, agradeció “la reivindicación del Presidente por aquellas cosas por las que hemos luchado durante años desde la CTA” y devolvió los elogios: “Estamos viviendo en el continente más desigual pero con un Gobierno que surgió de esa unidad y de la resistencia y la lucha de nuestro pueblo. Por eso es un gobierno distinto, capaz de convocar a los trabajadores”.
La CTA de Yasky representa fundamentalmente a trabajadores públicos.