Así surgió una estrategia parlamentaria que resultó ser efectiva: aceptar la suba del mínimo no imponible pero aumentar la alícuota (tasa de impuesto) para los que tienen más de 100 millones de pesos. De esta manera, el cambio no tiene costo fiscal: dejan de pagar un montón de contribuyentes y pagan un poco más los que más tienen.
El problema es que Juntos por el Cambio se había comprometido a no votar subas de impuestos, con lo cual quedó atrapado. ¿Votar a favor de la ley porque le reduce impuestos a los que tienen entre 2 y 6 millones de pesos? ¿O votar en contra porque le aumenta impuestos a los que tienen más de 100 millones?
Con la jugada oficial, la oposición no tuvo alternativa y votó en contra del dictamen oficialista. El Frente de Todos puso a Juntos por el Cambio en la dificil situación de tener que explicar por qué votaba en contra de una baja de impuestos.
Segundo punto. En la votación por el Presupuesto, la oposición tuvo 132 votos. Esta vez bajó a 126. ¿Cómo se explica la diferencia? Juntos por el Cambio tuvo dos diputados de viaje y una con Covid. Además, esta vez la izquierda votó con el oficialismo. El dato político es que JxC ni siquiera pudo sentar a todos sus propios Diputados. Otra derrota.
Los que faltaron fueron
- Camila Crescimbeni (Pro, con Covid)
- Alvaro González (Pro, de viaje)
- Gabriela Koening (Evolución Radical, de viaje).
Seguramente habrá pases de facturas por los viajes. De todos modos, si Camila Crescimbeni no hubiera tenido Covid la votación hibiera resultado empatada en 127 y habría tenido que desempatar Sergio Massa, que como presidente de la Cámara no puede votar, salvo en caso de empate.
Como se ve, los números están muy finitos. En 2022 habrá que acostumbrarse a que en Diputados nadie tiene un lugar asegurado. Y que una votación se gana y la otra se pierde.