Con apenas 87 votos puede frenar la embestida opositora. No necesita ganar: le alcanza con no perder. Pero ese empate no es gratuito. Implica ceder recursos, negociar en la oscuridad, retroceder sin admitirlo. Milei es fiel a sus ideas, aunque en los últimos días decidió gritar menos y dejar de lado el "Viva La Libertad Carajo". Se verá en los próximos días un Milei 2.0.
La sesión no se agota en los vetos. Además, la oposición busca que Karina Milei, Guillermo Francos y el ministro de Salud Mario Lugones den explicaciones por la denuncia de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad. Un escándalo que el oficialismo intenta barrer bajo la alfombra y del que se habla un poco menos.
El pedido de informes verbales a la hermana del Presidente puede transformarse en algo más que un momento incómodo. Difícilmente el oficialismo pueda evitarlo
2. Afuera, marchas y tensión social
Mientras tanto, la calle tendrá su propia sesión. La Marcha Federal Universitaria, prevista desde que se conoció el veto a la ley de financiamiento, volverá a poner en escena a docentes, estudiantes. Se suman también los trabajadores del Garrahan, afectados por el otro veto. Y como siempre, los jubilados, afectados por el veto anterior.
La CGT también anunció su participación, al igual que las columnas piqueteras. Desde la oposición creen que la postal, si todo transcurre como se espera, será la de una gran alianza social contra el ajuste.
La narrativa del gobierno va a intentar pintar la escena como un caos promovido por "los que quieren desestabilizar". En la plaza seguramente haya consignas políticas, mezcladas con malestar transversal, enojo acumulado y reclamos claros. Un poco de todo.
El Gobierno ya avisó que el operativo policial será el de siempre. Nadie puede garantizar que no haya represión. Algunos, incluso, la desean. En la Rosada hay sectores que creen que el conflicto en la calle puede ayudar a polarizar y recuperar iniciativa. Otras veces les funcionó: pero el clima social era otro.
3. La economía en suspenso
En los mercados, el martes hubo una jornada de calma; es apenas una pausa.
El dólar se estabilizó en $1475, el MEP bajó un poquito.
El riesgo país quedó en la zona de 1200 pero no subió más, y las acciones y bonos repuntaron. El Banco Central no tuvo que intervenir.
Pero este miércoles puede haber otra jornada caótica. Lo que pase en el Congreso va a repercutir de una u otra manera en los mercados. Si Diputados insiste, se pondrá en jaque el superávit fiscal y los mercados lo leerán como una mala señal.
La gran duda que queda de acá a octubre (y en adelante) es si en este clima de debilidad política Milei puede sostener la gobernabilidad. Este miércoles empieza a contestarse esa pregunta. Con un Congreso que huele sangre, una economía en pausa y una calle que promete calor, Milei se enfrenta a su peor enemigo: una realidad que ahora aparece mucho más esquiva.