La Jungla del Poder

El peronismo lanza el plan "sálvese quien pueda" y Alberto Fernández declara una nueva guerra

La crisis narco volvió a exponer la fragilidad del Gobierno. Un presidente cada vez más solo y datos sociales que preocupan.
Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Alberto Fernández y una fría recepción (Foto: presidencia)

Alberto Fernández y una fría recepción (Foto: presidencia)

El 73,3% de la población argentina es pobre o está al borde de serlo. El dato es revelado por el "Estimador Mensual de Pobreza del Centro para la Concertación y el Desarrollo". Es un instituto que dirige el exministro Nicolás Trotta.

Hasta septiembre de 2022, la pobreza marcaba -según ese estudio- un 38,1%. El número no sorprende. Pero además, el 35,1% tenía ingresos "medios bajos". Es decir, están al borde de caer en la pobreza si es que la inflación sigue subiendo o pierden ingresos. Sumados los dos, marcan que el 73,3% (3 de cada 4) está en una situación crítica o semicrítica; ese mismo número en 2017 era de 59,9%. Es una radiografía perfecta de cómo se empobreció la sociedad argentina en 6 años.

La publicación de este trabajo tiene agravantes:

  • El que lo publica fue ministro de Educación de Alberto Fernández. Es un dato que sale (y se difunde) desde el riñón del oficialismo.
  • El mismo estudio ofrece proyecciones sobre la posible evolución de la pobreza en 2023, según cómo ande la economía.
  • En el escenario optimista (2% de crecimiento), quedaría en 34,3% y bajaría apenas un punto. Significaría tener los mismos niveles que dejó el gobierno de Macri.
  • En el escenario pesimista (caída del PBI de 1,4%), la pobreza subiría al 37,2%.

“Dada la aceleración en el ritmo de avance de los precios, los últimos dos semestres móviles Enero-Junio 22 y Abril-Sept 22 dan cuenta de una nueva retracción en el poder de compra para todos los estratos”, dice el informe.

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Si hablamos de política, en ese escenario, no hay plan platita que aguante. El oficialismo tiene que hacer la plancha para llegar lo mejor posible a las elecciones. El desconcierto en el Frente de Todos es total, y nadie sabe qué hacer.

Por eso, gobernadores e intendentes lanzaron el plan “sálvese quien pueda”…

Todos para uno, uno para todos

El 1 de marzo, Alberto Fernández habló en el Congreso para inaugurar el período ordinario de sesiones. Es probablemente el evento institucional más importante de la Argentina, a excepción de la asunción del nuevo presidente.

Ese mismo día, 14 gobernadores (incluyendo a Larreta) hicieron lo mismo en sus legislaturas, como marcan las constituciones provinciales. Son eventos que siempre se hacen a contraturno para que no se superpongan con el acto en el Congreso: habitualmente, nadie se quiere perder el discurso del presidente.

Pero este año, 18 gobernadores pegaron el faltazo. Algunos tenían el horario superpuesto con sus discursos. Otros, como el santafesino Omar Perotti, recién en mayo tienen su apertura y decidieron ausentarse igual.

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Jalil, Bordet, Ziliotto y Alberto Rodríguez Saá, de los pocos gobernadores presentes en la Asamblea Legislativa. Atrás, Horacio Rodríguez Larreta (Foto: Presidencia).

Jalil, Bordet, Ziliotto y Alberto Rodríguez Saá, de los pocos gobernadores presentes en la Asamblea Legislativa. Atrás, Horacio Rodríguez Larreta (Foto: Presidencia).

El tema de fondo es el malestar de los gobernadores con Alberto Fernández. Fue un mensaje durísimo del establishment del peronismo a un presidente que ya no soportan.

Alberto Fernández llegó en 2019 a la fórmula presidencial como un garante del viejo peronismo en la jefatura de Estado. No tenía poder propio, pero funcionaba como un gerente de intereses ajenos. Cuando Cristina anunció que no iba a encabezar la boleta, los mandatarios provinciales salieron atrás a apoyar a Alberto; algunos que tenían aspiraciones presidenciales las bajaron.

El Frente de Todos se terminó de conformar cuando Alberto invitó públicamente a Sergio Massa a “tomar un cafecito” y dejar atrás las peleas.

No queda nada de eso. Con o sin reelección, Alberto Fernández es el “pato rengo”. Un presidente sin nada de poder que aguanta como puede para llegar al final. Quizás sea mejor blanquearlo y planificar bien la retirada

Algunos gestos que se dieron el miércoles en el Congreso, donde A24.com estuvo presente:

  • Sergio Massa no se sentó entre los ministros. Eligió un palco en el primer piso con expresidentes de Diputados. Se reía con Julián Domínguez, que hoy trabaja con Wado de Pedro. Lo miraba a Alberto desde arriba.
  • La CGT llevó a sus autoridades, pero no hubo otros representantes. Solían ser tribunas copadas por sindicalistas.
  • Por los movimientos sociales estuvo Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y el “Gringo” Castro (Evita). Fueron los grandes apoyos de Alberto a lo largo de la gestión. Faltaron los principales referentes.
  • En las gradas no hubo militancia.
  • Casi no hubo aplausos para Alberto Fernández.
  • Se arrojaron papelitos al aire. Pero nada a favor del Presidente. La consigna era levantar la proscripción de Cristina.
  • Por último, el desplante de los gobernadores.

Decíamos al principio que faltaron 18. Pero cuando se hace zoom sobre los 6 que sí estuvieron, el panorama es todavía peor:

  • Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Gustavo Bordet (Entre Ríos) fueron por culpa: la semana anterior habían quebrado el bloque del Frente de Todos en el Senado y asistieron para bajar las tensiones.
  • Gerardo Zamora (Santiago del Estero) fue porque su esposa encabezaba la sesión. Es marido de Claudia Ledesma Abdala, sentada al lado de Cristina en el evento.
  • Raúl Jalil (Catamarca) porque va siempre. Cree que hay que sostener la institucionalidad. No reniega de su buen vínculo con Macri cuando era presidente ni con Larreta. Tampoco con Sergio Massa. Algo similar piensa Sergio Zillioto (La Pampa).
  • Rodríguez Larreta (único opositor) fue porque tiene que seguir demostrando que es "antigrieta", como dice su lema de campaña.

Están enojados todos porque Alberto no les manda plata para pagar los sueldos ni para obras”, relataron cerca de uno de los gobernadores.

Axel Kicillof planteó que se había demorado en el inicio del ciclo lectivo en La Plata. No le dio tanta importancia a lo educativo cuando decidió mantener las escuelas cerradas en pandemia.

No valía la pena ir. A los 'gobers' lo único que les interesa es ver qué hace Cristina”, se sinceró un diputado del interior.

Alberto Fernández tiene la imagen destrozada en las provincias. Los gobernadores -que en muchos casos necesitan reelegir- quieren tenerlo lo más lejos posible. Solo se acercan cuando no queda otra.

A todos les preocupa el escenario nacional. “Hay que esperar a la señora”, insisten varios. “La señora” es Cristina.

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“No valía la pena ir. A los 'gobers' lo único que les interesa es ver qué hace Cristina”, se sinceró un diputado del interior (Foto: Télam).

“No valía la pena ir. A los 'gobers' lo único que les interesa es ver qué hace Cristina”, se sinceró un diputado del interior (Foto: Télam).

El 9 de marzo se conocen los fundamentos de su condena por la causa Vialidad. El 11 habrá un gran acto en Avellaneda para pedirle que sea candidata; ella no va a estar. La consigna es “luche y vuelve”. La excusa es el aniversario de la elección que ganó Héctor Cámpora de 1973. En ese entonces, Perón estaba proscripto. El kirchnerismo quiere enlazar esa proscripción con la de su líder.

En la Casa Rosada se entusiasman con que la convocatoria sea floja, según adelantó A24.com este sábado.

Todos en el peronismo necesitan que Cristina sea. Es para salvarse las papas a ellos mismos. Saben que es para perder a nivel nacional. Pero creen que podría ser un último acto de la jefa de devolución de gentilezas por tantos años de trabajo conjunto. Nadie cree que eso vaya a pasar.

Alguien tiene que dar un golpe de timón”, insiste un viejo dirigente peronista de buen vínculo con el kirchnerismo.

Los intendentes del conurbano están preocupados. ¿Cómo retener sus distritos sin un candidato fuerte nacional, sin un Kirchner en la boleta y sin plata para hacer campaña? Algunos están pensando en bajarse de la carrera y poner a algún delfín que les cuide el distrito. Cambiar una intendencia por una senaduría nacional puede dar proyección para algún día ser gobernador.

Sobre estos temas se habló el miércoles minutos antes del discurso del Presidente en el importante salón Delia Parodi de la Cámara de Diputados. Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas, citó a los intendentes, puntearon obras y desembolsos de dinero para poder mostrar gestión antes de la campaña.

Es uno de los pocos interlocutores que le queda al albertismo con el territorio.

Otra guerra para Alberto

Alberto reconoció esta semana que “algo hay que hacer” con el narcotráfico en Santa Fe. Esperemos que no quiera "declararles la guerra" a los narcos.

El 18 de marzo de 2022, hace casi un año, había decidido “declararle la guerra” a la inflación. El 14 de marzo de 2023 se conoce el índice de febrero y es probable que toque los 3 dígitos.

La relación entre el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y Alberto Fernández está en un punto de no retorno. Perotti lo culpa por su inacción.

Según los datos del Gabinete de Análisis Criminal de Santa Fe, entre 2016 y 2019 hubo 664 asesinatos dolosos en la provincia. En los tres años del gobierno peronista se registraron 750 homicidios: probablemente llegue a 1000 a fin de año. Solo en Rosario, en febrero, hubo 31.

En la provincia ya pasaron 4 ministros de seguridad y nadie logra resolver el problema. Nación dijo que era un problema de la provincia y se abrió del tema. Retratos de un gobierno que transcurrió paralizado y que termina como puede.

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