Casa Rosada

El resignado diagnóstico de Alberto Fernández: define a la Argentina como "un país punk" y "sin futuro"

El Presidente se queja por la suba de precios y las resistencias de la gente a cumplir los confinamientos.
Stella Gárnica
por Stella Gárnica |
Alberto Fernández vuelve este lunes a Casa Rosada

Alberto Fernández vuelve este lunes a Casa Rosada, tras terminar el confinamiento estricto. Admitió que la inflación es uno de los problemas que más cuesta resolver en la "Argentina punk".

Alberto Fernández definió a la Argentina como un "país punk", al explicar las causas de la casi permanente inflación, basado en el primer concepto de la cultura punk, que cree que "no hay futuro", por eso "todos quieren ganar hoy, en el presente” y aumentan los precios por las dudas.

"Argentina es un país punk", dijo Alberto en medio del irresuelto conflicto con el campo, que amenaza continuar el paro la próxima semana y poner en riesgo el abastecimiento de carne en las carnicerías, pero también, en una semana clave para la administración de la pandemia con la reapertura de la mayoría de las actividades, a excepción de las clases presenciales, y la reestructuración de las deudas con el FMI y el Club de París.

La entrevista con un youtuber militante puede traducirse en el reconocimiento de los problemas de autoridad frente a la crisis y los problemas que tiene el Gobierno para hacer cumplir las normas de confinamiento en medio de la segunda ola de la pandemia, con un gabinete que no puede mostrar resultados económicos ni sanitarios y ve que las medidas que toma, surten poco efecto y se consumen con el alza constante de los precios y de los nuevos contagios de coronavirus.

Otra de las aristas de esta "Argentina punk" es la de romper las reglas impuestas desde el poder, pero que no mencionó el Presidente. La incipiente desobediencia civil, fue otro de los temores que rodearon al Gobierno cuando los canales de TV mostraron toda la semana del confinamiento a los principales accesos a CABA y autopistas con aglomeración de autos mientras muchos comercios decidieron mantener abiertas sus puertas pese a la prohibición, por considerar que las medidas de ayuda del Estado no alcanzan para resistir a un quiebre.

Eso, sin contar con las marchas "libertarias" del 25M que suelen tener sello partidario en Juntos por el Cambio y presencia de dirigentes del arco opositor.

En el equipo económico admitieron que mientras buscan "la bala de plata" para frenar la inflación, las organizaciones sociales y piqueteras hoy cumplen un rol fundamental para mantener la gobernabilidad, conteniendo la crisis en los barrios.

Alberto fernandez

Argentina y la "lógica punk"

En sus declaraciones con el youtuber militante Pedro Rosemblat el jueves desde la residencia de Olivos, Alberto lanzó fuertes definiciones sobre la situación económica actual con la inflación y el nuevo conflicto con el campo, como ejes:

Inflación:

  • "La Argentina es un país punk porque en ese sistema de inflación permanente, es muy difícil prever. La consigna primera del mundo punk decía: No hay futuro. Viví el presente. No hay futuro".
  • "La Argentina es una sociedad que vive permanentemente con mecanismos de inflación que suben y bajan y en esa locura, nadie quiere perder, entonces todos aumentamos por las dudas. Es una cuestión de conciencia social: la inflación autoconstruída".
  • "Argentina es así, no hay un plazo fijo a 180 días, nadie invierte a 180 días. Un plan de negocios norteamericano es a 20 años, en Argentina a 5 años".
  • "No hay futuro es la lógica que hay. Como no hay futuro, todo me lo tengo que apropiar ya".

Conflicto con el campo y alimenticias

  • "Argentina tiene una oportunidad con la carne vendiendo y exportando, pero hay una diferencia que no sé cuanto dura dicen los productores y exportadores".
  • "Les dije a los frigoríficos que entre exportadores y la gente, elijo a la gente. Esperé todo lo que tenía que esperar para que ordenen este tema, porque no puede faltar comida en la mesa de los argentinos".
  • "Liberar la exportación de cortes más caros podría ser una posibilidad para terminar el conflicto. Los precios se terminan componiendo en función de lo que vale la media res, no se puede separar el asado o cortes populares del precio del lomo que exportamos".
  • "A partir del 1 de enero del año que viene (2022) vamos a exigir a los frigoríficos que vendan la carne trozada, el asado por un lado y el lomo por el otro, para que no exista más esta necesidad de compensar el precio de la media res".
  • "Lo que sí estoy decidido es que vamos a levantar el cierre de exportaciones el día que tengamos claramente resuelto este tema. Hasta entonces no voy a hacerlo".
  • Porque lo que está visto es que exportando el 30 % de lo que se produce tenemos un problema enorme con los precios internos".
  • "La primera lógica dice que si no exportás, vas a tener más oferta, entonces los precios deberían tender a bajar. Esa es la lógica, pero después, está la Argentina punk".

La promesa del "asado" y el paro de la Mesa de Enlace

El conflicto por la carne fue uno de los ejes centrales de la reunión del gabinete económico que encabezó el propio Alberto Fernández el jueves en la residencia de Olivos. Allí no descartaron endurecer aún más el cepo a las exportaciones, sino también, tomar otras medidas como obligar a los exportadores y a los frigoríficos que liquiden las ganancias acumuladas en los últimos meses por el aumento del precio mundial de los commodities.

El cepo a la exportación de carne buscaba mantener precios “razonables” para los cortes populares en el país, pero terminó derivando en una ola de gente comprando en las carnicerías y rumores de posible desabastecimiento y un nuevo aumento de precios de hecho. Todo el proceso, el Presidente lo graficó en una "lógica punk".

El campo y la industria de la alimentación, es una guerra que reditúa los años de Cristina Kirchner en la Casa Rosada y que esta semana que comienza, tendrá un capítulo clave en la negociación está a cargo del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, dijo que “ahora la pelota está del lado de los exportadores” y la Casa Rosada "se está esperando una respuesta del sector".

Pero la respuesta de la Mesa de Enlace Agropecuaria -la misma que lideró la guerra del campo en 2008 con Cristina Presidenta y Alberto Fernández siendo jefe de Gabinete- fue devolverle la pelota al Gobierno y subir la apuesta: anunció que continuará el paro hasta el miércoles.

Alberto les advirtió que “si no bajan los precios y no se levanta el paro de comercialización de carne en el mercado de Liniers, no levantará el cepo" a las exportaciones del sector.

Se muestra duro, en “defensa de los intereses de la mesa de los argentinos”, en momentos en que desde el equipo económico admiten que “ningún gobierno soporta tantos meses de inflación mensual del 4%”.

Algunos en la Casa Rosada admiten preocupación por la escalada inflacionaria y la comparan con la crisis que terminó con otros gobiernos como el de Raúl Alfonsín en medio de una híper en 1989 o el de Fernando De la Rúa en 2001. Todo en medio de las negociaciones para postergar los pagos de la deuda externa que buscan evitar que Argentina sea declarada en default por el FMI y el Club de París; el primer vencimiento es este lunes 31 de mayo.

Medidas que no alcanzan para frenar la inflación

Pero Alberto admitió la necesidad de aumentar las exportaciones para el ingreso de dólares y espera llegar a un acuerdo en los próximos días, que negocia Kulfas para que concentren los cortes más populares en el marco del programa Precios Cuidados. En definitiva, más cierres y controles.

Para financiar el confinamiento por la pandemia, en el equipo económico evitaron anunciar subsidios generalizados como en 2020 para evitar la emisión y el desborde del déficit fiscal. Por eso esta semana volvieron los anuncios limitados a créditos a tasa cero para hoteles, restaurantes y bares afectados por los cierres intermitentes por la pandemia.

En lugar de los IFE y ATP, se extendieron los programas REPRO para el pago de salarios y el descuento de cargas patronales a comerciantes, Pymes y monotributistas que tuvieron que volver a cerrar por el confinamiento estricto.

La vuelta de la grieta

La "bala de plata" a esta altura es la llegada masiva de vacunas con la que el Gobierno está concentrado para retomar la iniciativa, ante la caída de la imagen del gobierno.

Espera una baja de los índices de contagios para la próxima semana y aunque la situación sanitaria sigue siendo muy grave, por la ocupación de terapia intensiva y muertes. En la Casa Rosada no quieren incumplir lo que ellos mismos firmaron en el DNU, por lo que se volverá a la reapertura de actividades como regían antes del 22 de mayo.

Pero la discusión por la vuelta a las clases presenciales volvió a abrir la grieta entre la Casa Rosada y Horacio Rodríguez Larreta por lo que pasará desde este lunes 31, tras la decisión de Larreta de incumplir el DNU presidencial que establece parámetros epidemiológicos claros para suspender las clases presenciales y pasarlas a la virtualidad.

Como en una partida de ajedrez, cada uno volverá a mover sus piezas cuando se termine el confinamiento estricto.

Alberto busca acorralar judicialmente a Patricia Bullrich por sus denuncias sin pruebas sobre supuesta corrupción en la compra de vacunas, y dividir a la oposición entre los que gobiernan y los que critican por Twitter. La duda es: En qué lugar de la grieta se colocará esta vez Rodríguez Larreta para sostener su posicionamiento de futuro líder opositor.

Vacunas: ¿la bala de plata?

La "bala de plata" a la que apela el Gobierno, a esta altura parece la llegada masiva de vacunas esta semana para volver a retomar la iniciativa, ante la fuerte caída de la imagen en la gestión de la pandemia.

Se espera una mejora de los índices de contagios para las próximas semanas y aunque sea grave la situación de la ocupación de terapia intensiva y muertes, nadie en la Casa Rosada quiere quedar incumpliendo lo que ellos mismos firmaron en el DNU.

El colapso sanitario ya está entre nosotros, pero para los gobiernos nacional y provinciales es mejor que no se note. La preocupación por el colapso económico, paradójicamente, hoy es más fuerte.