Casi 8 millones de personas pidieron asistencia al Estado para sobrellevar los gastos mínimos. Pero la ayuda es por tiempo limitada, no puede durar indefinidamente.
La reacción sanitaria (para algunos pionera y para otros desproporcionada o apresurada) sirvió para concientizar. Sin dudas fue efectiva en ese aspecto: pocos discuten la distancia social, el uso del barbijo, el lavado de manos, el modo de saludarse, toser o estornudar. Se avanzó en la capacitación médica, producir espacios para camas y la compra de insumos.
La cuarentena tiene un alto acatamiento en medianas y grandes ciudades, pero existe un real riesgo de desborde social en varios lugares.
Hay situaciones que llaman la atención
- Con casi 7 mil fallecidos por año en accidentes de tránsito, ¿debiéramos restringir la circulación total en el país? Para ello, se plantean reglas de circulación con el objetivo de generar conciencia y una mejor convivencia vial.
- Existen varias provincias con más de 800 mil personas encerradas, mientras que los infectados no llegan a 100, con cuatro o cinco internados, quizá uno en terapia intensiva y ningún fallecido. ¿Es lógico?
- Los mayores de 65 años son aquellos ciudadanos que, según el consenso científico, deben quedar aislados, por su salud. ¿Por qué no dejar trabajar selectiva y progresivamente a la población más activa?
- El 5 a 7 de mayo vencen nuevamente sueldos e impuestos. ¿Se pagarán? ¿Cómo sobrevivirán las empresas? ¿Cómo van a comer los trabajadores en relación de dependencia?
Los más críticos dicen:
- El presidente gana la autoridad que no tenía y aprovecha. Se muestra activo en contraste con Macri.
- Cristina maneja la economía a lo “chavista”, desde las sombras.
- El gobierno busca una gran crisis para tapar el desastre económico que venía indefectiblemente.
- La crisis justifica todas las acciones.
Conclusiones
Podrá ser por una u otra razón, pero la cuarentena total en este país, no es viable. En este contexto, existe gran consenso en que la salida de la cuarentena, gradual, ordenada sea hace indispensable e improrrogable.
Lamento expresarlo de modo políticamente incorrecto, porque habrá fallecidos. La vida humana es invaluable y prioritaria en todos los aspectos, pero a cada paso que damos en esta sociedad asumimos riesgos, ponderamos pros y contras; debemos responsabilizarnos y proseguir. No hay mucha más alternativa.
En definitiva, las crisis requieren acciones y decisiones constantes de modo dinámico. Hay que reaccionar a cada momento.
La hiperinflación, las deudas o la falta de posibilidad de compra de alimentos también mata.
El gobierno nacional tiene que mostrar una pericia quirúrgica para salir de esta difícil situación. Para no tener que decir aquella frase que buscamos evitar: “La operación fue un éxito, el paciente murió” que representa lisa y llanamente: “Que el remedio, no sea peor que la enfermedad”.