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Obras, recorridos y puesta en escena: intendentes del conurbano, los nuevos “coroneles” de Alberto en la crisis

Nicolás Poggi
por Nicolás Poggi |
Obras, recorridos y puesta en escena: intendentes del conurbano, los nuevos “coroneles” de Alberto en la crisis

A principios de año, antes del azote de la pandemia, los intendentes peronistas del conurbano habían comenzado a desplegar el operativo “blindaje” del Presidente: a caballo de asignaciones directas para obras y trato personal con Alberto, los jefes del territorio más determinante del país deponían sus diferencias para apostar por la unidad.

Coronavirus y crisis económica mediante, y luego de que la situación sanitaria lograra estabilizarse en el AMBA, los municipios de peso volvieron a activar ese dispositivo, una relación de ida y vuelta que les sirve tanto a ellos como al propio Presidente, sobre todo en un momento de tensiones y reproches en el frente interno después de la carta de Cristina Kirchner.

Este modo de circulación directa con los intendentes no es ni más ni menos que la réplica de una maquinaria que Néstor Kirchner había puesto en marcha después de desembarazarse de Duhalde: los jefes del conurbano no tenían que cumplir con las formalidades de la burocracia y negociaban directamente en Olivos (el gobernador de Kirchner fue Felipe Solá, y el de Cristina fue Daniel Scioli. Hoy es Axel Kicillof). La lógica bonaerense había tomado la posta en la dinámica del poder.

Conocedor de esa modalidad, Alberto Fernández empezó a aplicarla durante el inicio de su mandato, con Juan Zabaleta (Hurlingham), Gabriel Katopodis (San Martín, actual ministro de Obras Públicas) y Mariano Cascalllares (Almirante Brown) como bastoneros. Hasta que la pandemia detuvo esos planes y llevó a concentrarse en la emergencia. Ahora, muchos de esos intendentes están dando señales de que buscarán recuperar ese status y oficiar como garantes del Presidente tanto en la gestión como en el frente interno.

“Es una muestra de respaldo a su gestión y de apoyo político, y de hecho en sus reuniones suelen plantear que hay un apoyo expreso”, dicen cerca del Presidente, ante la consulta de A24.com, por toda respuesta. Huelgan las palabras.

El jueves pasado, por la noche, Alberto recibió en la Rosada a Zabaleta y Alberto Descalzo, de Ituzaingó. Fue un encuentro que no estaba agendado y que se leyó como una nueva muestra de la estrategia de los jefes del conurbano de “blindar” al Presidente en un momento de crisis económica y zozobra interna. Una ecuación que sería: Alberto y los intendentes del PJ + Cristina y el kirchnerismo + Sergio Massa con su propia agenda. El resultado es el Frente de Todos.

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El presidente Alberto Fernández junto al gobernador Axel Kicillof y el Ministro Sergio Berni.
El presidente Alberto Fernández junto al gobernador Axel Kicillof y el Ministro Sergio Berni.

Antes, desde Berazategui, los jefes del conurbano habían dado otra imagen de respaldo: unos 30 alcaldes de las secciones Primera y Tercera (las dos de mayor peso electoral de la provincia, y que contienen distintos como La Matanza, Lomas de Zamora, Avellaneda, Quilmes, Ituzaingó, Hurlingham y Morón, entre otros) se juntaron para dar testimonio de su apoyo y, en el camino, hacer pedidos para fin de año sobre el sostenimiento del IFE y refuerzo de la Policía, los dos ítemes al tope de la lista.

Desde ahí empezaron a repetirse las postales: Alberto con intendentes para la entrega de viviendas Procrear; Alberto con una decena de intendentes en Luján para anunciar inversiones de una empresa cervecera; Alberto con 15 intendentes en Lomas de Zamora para la entrega de patrulleros del plan de seguridad. Y seguirá habiendo.

El factor Máximo

Fiel a su estilo, Máximo eligió diferenciarse de ese aparato ausentándose del acto oficial por Néstor Kirchner para mostrarse en Villa Fiorito, justamente, con el intendente lomense Martín Insaurralde. Ese movimiento evidenció el juego propio de ambos: el jefe de La Cámpora mantiene un pie en el conurbano, que es el proyecto de la organización para el 2023 (Mayra Mendoza ya gobierna Quilmes); por su lado, Insaurralde ensaya el número que mejor le sale: el vaivén entre sectores. El pulso bonaerense tomando la posta del peronismo.

Lo que viene

Para aceitar la relación, el Gobierno prepara para el año próximo una inyección presupuestaria para el programa Municipios de Pie, que asistirá a 2.300 municipios de todo el país. Eso, más la puesta en marcha del plan de seguridad en el conurbano (que los intendentes pedían), contribuirá a mantener los lazos del acuerdo.

“Los intendentes siempre tiran todos juntos. Sólo se pelean por cargos para su gente y por plata”, sostuvo ante este portal un conocedor interno de las disputas municipales. Así como la CGT decidió la semana pasada cerrar filas en torno al Gobierno y bajar el tono a las críticas, los jefes del conurbano están encaminados en lo mismo. Es momento de hacer bloque.