“Es una muestra de respaldo a su gestión y de apoyo político, y de hecho en sus reuniones suelen plantear que hay un apoyo expreso”, dicen cerca del Presidente, ante la consulta de A24.com, por toda respuesta. Huelgan las palabras.
El jueves pasado, por la noche, Alberto recibió en la Rosada a Zabaleta y Alberto Descalzo, de Ituzaingó. Fue un encuentro que no estaba agendado y que se leyó como una nueva muestra de la estrategia de los jefes del conurbano de “blindar” al Presidente en un momento de crisis económica y zozobra interna. Una ecuación que sería: Alberto y los intendentes del PJ + Cristina y el kirchnerismo + Sergio Massa con su propia agenda. El resultado es el Frente de Todos.
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El presidente Alberto Fernández junto al gobernador Axel Kicillof y el Ministro Sergio Berni.
El presidente Alberto Fernández junto al gobernador Axel Kicillof y el Ministro Sergio Berni.
Antes, desde Berazategui, los jefes del conurbano habían dado otra imagen de respaldo: unos 30 alcaldes de las secciones Primera y Tercera (las dos de mayor peso electoral de la provincia, y que contienen distintos como La Matanza, Lomas de Zamora, Avellaneda, Quilmes, Ituzaingó, Hurlingham y Morón, entre otros) se juntaron para dar testimonio de su apoyo y, en el camino, hacer pedidos para fin de año sobre el sostenimiento del IFE y refuerzo de la Policía, los dos ítemes al tope de la lista.
Desde ahí empezaron a repetirse las postales: Alberto con intendentes para la entrega de viviendas Procrear; Alberto con una decena de intendentes en Luján para anunciar inversiones de una empresa cervecera; Alberto con 15 intendentes en Lomas de Zamora para la entrega de patrulleros del plan de seguridad. Y seguirá habiendo.
El factor Máximo
Fiel a su estilo, Máximo eligió diferenciarse de ese aparato ausentándose del acto oficial por Néstor Kirchner para mostrarse en Villa Fiorito, justamente, con el intendente lomense Martín Insaurralde. Ese movimiento evidenció el juego propio de ambos: el jefe de La Cámpora mantiene un pie en el conurbano, que es el proyecto de la organización para el 2023 (Mayra Mendoza ya gobierna Quilmes); por su lado, Insaurralde ensaya el número que mejor le sale: el vaivén entre sectores. El pulso bonaerense tomando la posta del peronismo.
Lo que viene
Para aceitar la relación, el Gobierno prepara para el año próximo una inyección presupuestaria para el programa Municipios de Pie, que asistirá a 2.300 municipios de todo el país. Eso, más la puesta en marcha del plan de seguridad en el conurbano (que los intendentes pedían), contribuirá a mantener los lazos del acuerdo.
“Los intendentes siempre tiran todos juntos. Sólo se pelean por cargos para su gente y por plata”, sostuvo ante este portal un conocedor interno de las disputas municipales. Así como la CGT decidió la semana pasada cerrar filas en torno al Gobierno y bajar el tono a las críticas, los jefes del conurbano están encaminados en lo mismo. Es momento de hacer bloque.