Javier Milei se queda sin tiempo para aprobar sus reformas y se abre un escenario incierto en el Congreso
Las demoras en presentar los proyectos y activar las comisiones ponen en riesgo el objetivo de votar el Presupuesto 2026 y la modificación del mercado laboral este mismo año. Los debates que se vienen. ¿Por qué el Gobierno debería apurarse lo más posible?
Javier Milei, cada vez con menos tiempo para aprobar el Presupuesto y la reforma laboral (Foto: Reuters).
Milei puede arrancar 2026 otra vez sin Presupuesto. Aunque técnicamente tiene los números para aprobarlo, los tiempos legislativos y el calendario de las Fiestas conspiran contra los planes del Gobierno. La reforma laboral casi no va a tener avances hasta el año que viene. El oficialismo puede tener otra derrota tácita en el Congreso y se podría abrir otro escenario de incertidumbre.
La suerte de los dos proyectos se va a definir en una reunión de labor parlamentaria en el Senado este martes a las 11, cuando por primera vez se van a sentar cara a cara los líderes de la Cámara alta: Victoria Villarruel, Patricia Bullrich, José Mayans y otros. Ahí se va a acordar un cronograma de tratamiento de los dos temas que más le interesan al Presidente.
Para la reforma laboral, el objetivo era tener media sanción del Senado en diciembre. Difícil para un proyecto de esa magnitud.
Para el Presupuesto, la idea era tenerlo sancionado antes de fin de año. Pero en tres semanas no es fácil cuando todavía ni se aprobó en Diputados.
El Gobierno tropezó otra vez con la misma piedra: la imposibilidad para avanzar con leyes que generen cambios duraderos en la estructura económica y social argentina. Por su propia impericia, se le hizo tarde con el Presupuesto. Y la reforma laboral va a correr una suerte parecida a la de la primera Ley Bases. Como habíamos anticipado en A24.com, la lentitud para avanzar en la presentación de proyectos y establecer una estrategia parlamentaria coordinada conspiran contra el objetivo final del Milei.
Las sesiones extraordinarias empezaron formalmente el 10 de diciembre, pero el Senado recién comenzó a moverse una semana después. Un lujo que el oficialismo no se puede dar. El viaje de Milei a Oslo para una foto con Corina Machado (que al final no se dio) retrasó todo aún más.
La reforma laboral quedó atrapada en ese retraso. El debate no baja de una semana. Con suerte hay dictamen el 23 de diciembre. El reglamento exige otra semana antes de llegar al recinto. La primera fecha posible sería el 30. No hay antecedentes de una sesión de este calibre en la víspera de Año Nuevo.
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La aprobación del Presupuesto tiene un camino algo más corto en el Congreso, pero no exento de riesgos (Foto: archivo).
Desde La Libertad Avanza deslizan la posibilidad de sesionar un sábado. En minoría, eso es más una expresión de deseo que un plan realista.
El Presupuesto tiene un camino algo más corto, pero no exento de riesgos. En Diputados se aceleró tarde. El lunes se convocó a Presupuesto y Hacienda y a Legislación Penal para avanzar con la Ley de Leyes y con el proyecto que penaliza a los funcionarios que gasten demás.
La reunión está convocada para las 17. Si se hiciera un trámite exprés (y ojo que el oficialismo no tiene los números todavía) se podría dictaminar esa misma semana y aprobar todo el jueves 18.
Si fuera así y con la matemática de los números perfecta, la aprobación del presupuesto se debería hacer el 30 de diciembre. Una senadora opositora dispuesta a acompañar lo dijo sin vueltas: un voto se puede negociar, pasar la noche del 31 sentada en el recinto no.
Una alta fuente de la Libertad Avanza lo sintetizó así: "El Presupuesto le conviene más a ellos que a nosotros. Podemos gobernar un año más sin esa ley si no quieren trabajar el 30". En cambio, reconoce que el camino de la reforma laboral está más complicado.
Los números de la reforma laboral
La reforma laboral tampoco tiene números cerrados. La Libertad Avanza suma 20 senadores, 21 cuando asuma el reemplazo por Río Negro. Con el PRO llega a 24. Necesita 37. El radicalismo aporta dudas, no certezas.
Algunos senadores que responden a gobernadores aliados rechazan votar el texto tal como llegó. Hay que mirar qué pasa en provincias mineras y petroleras.
El peronismo muestra más cohesión y creen que van a tener un voto de rechazo unificado. Aunque hay sectores que creen que el mercado laboral necesita cambios, el bloque acordó no avanzar con una reforma de esta magnitud después de la reunión que mantuvo con la CGT.
“Hay que discutirlo bien. Si la idea del Gobierno es aprobar esa ley como la mandó, la vamos a rechazar en el Senado y van a tener que volver para atrás como pasó con la Ley Bases. Si aceptan negociar, quizás algo se puede hacer. Pero no va a poder ser ni en diciembre ni en enero…”, dice una senadora peronista que participa de algunas cerradas negociaciones.
La CGT también mueve fichas. Convocó a una marcha para el 18 de diciembre, más para ordenar su interna que para generar presión real. El Gobierno ya avisó que la protesta debe hacerse por la vereda, como marca el protocolo antipiquetes. No hay clima social para una movilización masiva -a una semana de Navidad- por una reforma que todavía no logra instalarse en la agenda pública.
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La CGT convocó a una marcha para el 18 de diciembre en rechazo a la reforma laboral que plantea el Gobierno (Foto: archivo).
En el sindicalismo preocupa el silencio del kirchnerismo. Lo leen como una señal incómoda. “Acompañan la idea de romper las estructuras sindicales, aunque no lo digan”, se lamentó uno de los líderes del Triunvirato en un encuentro privado.
Mientras tanto, la estrategia es a tres puntas: diálogo con legisladores, preparación de acciones judiciales y protestas graduales.
Creen que si ganan tiempo y se instala el debate público, el Gobierno no va a poder avanzar. En todas las líneas gremiales están seguros de que la recesión es más profunda de lo que se percibe y que eso va a impactar en el malestar social.
Las primeras críticas a la reforma laboral del Gobierno
Un informe de abogados laboralistas ligados al peronismo denunció algunas de las “trampas” que tiene la ley. Es un paper exclusivo que circula en los despachos de la oposición y que servirá como base para la discusión que se viene.
“El proyecto implica una reconfiguración total del sistema laboral argentino con cuatro efectos estructurales: desprotección del trabajador en la relación individual, debilitamiento del salario, debilitamiento radical del sindicalismo y obstáculos al acceso a la justicia laboral”, sintetiza el trabajo de la Corriente de Abogados Laboralistas 7 de octubre.
Más allá de las cuestiones prácticas, el documento advierte que “se relativiza el concepto de trabajo como actividad humana digna” y eso va a derivar en que los jueces tengan limitantes a la hora de fallar a favor del trabajador. “Se promueven esquemas fraudulentos y contrataciones simuladas”, denuncian. Recurrir a la Justicia frente a tercerizaciones y otras prácticas va a resultar difícil.
El documento además profundiza sobre situaciones ocultas en distintos tramos de la ley:
"Se permite renunciar a derechos y aceptar rebajas salariales".
"Se habilitan salarios dinámicos, modificables y suprimibles unilateralmente por el empleador".
"Se vuelven voluntarios los beneficios sociales como comedor, ropa de trabajo o reintegros de gastos, que pueden ser suprimidos en cualquier momento de manera unilateral por el empleador".
"Se habilita y promueve la interposición fraudulenta de personas y agencias de colocación no habilitadas".
"Se permite fraccionar vacaciones según necesidades empresariales sin incrementar el período vacacional, que en Argentina es de los más cortos del mundo".
"Se habilitan los llamados bancos de horas, permitiendo el trabajo en horas extras con horas compensatorias pero sin pago adicional. Te desordenan la vida en función de la necesidad organizacional de la empresa -o de su mera arbitrariedad o desorden administrativo-".
También, el paper critica la creación del Fondo de Asistencia Laboral que reemplazaría a las indemnizaciones. Denuncia que, tal como está redactada la ley, no se garantiza que a la hora de despedir, efectivamente el dinero llegue al trabajador: “No resuelve el problema indemnizatorio y crea un negocio financiero de gran escala similar a lo que fueron las AFJP”.
Milei el cronista
Un informe de abogados laboralistas ligados al PJ denunció algunas de las “trampas” que tiene la ley de reforma laboral (Foto: archivo).
Por último, cuestiona que el proyecto limita fuertemente la posibilidad de los trabajadores y los sindicatos a resistir. “Prácticamente, no queda actividad sin limitaciones severas al derecho de huelga y el paro nacional queda sujeto a un mecanismo restrictivo y sancionatorio”, aseguran.
Los tiempos se acortan. El momento del Gobierno para poder avanzar con sus reformas es ahora. En enero empieza otra historia. La economía no arranca y solo está apalancada por algunos sectores que siguen creciendo.
El consumo se mantiene abajo; la inflación, en ascenso: pero ya no es solo en rubros de esparcimiento, sino que pega en alimentos, el sector más sensible. Los ingresos no crecen y hay una amenaza latente en el propio Presupuesto de que se recortarían algunos planes sociales, especialmente la AUH.
El Gobierno presentó una ambiciosa reforma laboral. Similar a la Ley Bases en su magnitud. Con aquella norma, todo se dilató y finalmente se aprobó en julio una versión mucho más reducida. ¿Correrá esta iniciativa la misma suerte?