El Gobierno modificó los requisitos para que las entidades religiosas puedan actuar con personería jurídica plena sin convertirse en asociaciones civiles o fundaciones, para tener su CUIT y cuentas bancarias.
El Gobierno desregula el funcionamiento de las iglesias y espacios de cultos, ahora no tendrán que inscribirse como asociaciones civiles o fundaciones para financiarse. Foto: Archivo
El Gobierno Nacional dispuso que las organizaciones religiosas podrán administrar sus bienes y llevar sus libros contables sin necesidad de convertirse en asociaciones civiles ni fundaciones. La decisión, firmada por el presidente Javier Milei, se formalizó este jueves en el Boletín Oficial mediante el decreto 486/2025.
La medida establece que las entidades de culto inscriptas en el Registro Nacional de Cultos podrán acceder a la personería jurídica directamente como iglesias o comunidades de fe, y no como otro tipo de figura legal.
Según el Gobierno, esta nueva medida facilita a que las iglesias reconocidas en el Registro Nacional de Culto puedan acreditar su personería jurídica y acceder a cosas simples y cotidianas, como un CUIT o una cuenta bancaria.
Además, se insta a las provincias a adecuar su normativa para facilitar este tipo de reconocimiento.
Desde la Secretaría de Culto explicaron que el objetivo es que, por primera vez, las comunidades puedan rubricar sus libros contables, abrir cuentas bancarias o gestionar un CUIT sin dejar de ser lo que son: iglesias, espacios espirituales o comunidades de fe y que puedan actuar con mayor transparencia sin necesidad de resignar su identidad religiosa.
Según se indicó oficialmente, la disposición no es de cumplimiento obligatorio y cada organización podrá optar si avanza o no con el trámite.
“El espíritu es facilitar la funcionalidad y dar más opciones, no imponer un modelo único”, subrayaron desde la cartera a cargo del área de Culto.
La medida fue oficializada en el marco de la serie de cambios normativos y desregulaciones que lleva adelante el gobierno de Milei y luego de la polémica declaración de un pastor evangelista que inauguró semanas atrás junto al presidente en Chaco, uno de los templos más grandes del país, y generó polémica por la forma en que financió la obra.
