Panorama

Paro de trenes: el Gobierno usa técnicas de judo para exponer a los gremios y dejarlos en la lona

Con cada medida gremial, el sindicalismo se debilita. El Gobierno lo sabe y no hace nada por evitarlo. ¿Por qué la CGT está metida en una trampa de la que no puede salir?

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Paro de trenes: largas filas en la parada de la línea 57 que une la localidad de Moreno con Once (Foto: archivo/ Red social X @July__c).

Paro de trenes: largas filas en la parada de la línea 57 que une la localidad de Moreno con Once (Foto: archivo/ Red social "X" @July__c).

Otra vez un paro atípico. Pararon los trenes en reclamo de mejoras salariales. Pero la gente no culpó al gobierno, sino a los sindicatos. Entienden el reclamo, pero piden otra forma de plantearlo. Al menos eso surge de un relevamiento rápido que se hizo desde la pantalla de A24 entre aquellos que -sin tren- esperaban la llegada de algún colectivo.

El Gobierno usa la técnica del Judo: usar la fuerza del rival para volverla en su contra. Y así lo hace. El sindicalismo pide reuniones, paritarias, negociaciones. El Gobierno ni los escucha, los desconoce. Los gremios se enojan y llaman al paro, sin entender -probablemente- que cada medida se les vuelve en contra y les genera más desprestigio en la sociedad.

El Gobierno no hace nada por evitar las medidas de fuerza. No los convoca, no les contesta, no negocia. Tampoco dicta la conciliación obligatoria, una instancia que tiene el ministerio de Trabajo (ahora secretaría) para obligar a dejar sin efecto medidas de fuerza.

"Dictás la conciliación, no llegan a un acuerdo, te la extienden a marzo y te lo arman en marzo o abril o en Semana Santa... y en ese momento, cuando más lo necesitas, no podés dictar la conciliación porque ya lo hiciste antes", dice un funcionario al tanto de la estrategia oficial. Sería gastarse la bala de plata.

Este jueves es el turno de sanidad. Otro paro que complica mucho a la gente y poco a los empresarios que tienen que dar el aumento.

El lunes llega la educación. Los pibes no van a tener clases, los padres no van a poder laburar y se va a seguir deteriorando la calidad educativa, especialmente de los que van a escuela pública. Probablemente, en las privadas la adhesión va a ser menor. Esta vez los docentes no son responsables: Nación está diciendo que les va a recortar un 10% del sueldo (por el Fondo de Incentivo Docente), además de lo que pierdan por inflación. Es difícil pedirles que se queden de brazos cruzados.

Pero la historia puede más y la culpa va a ser de los docentes, los que no pararon durante la gestión de Alberto, los que no dijeron nada durante los años del kirchnerismo. Los gremios docentes enrolados en la CGT lo entendieron y decidieron levantar el paro provisoriamente. Por lo menos para dar la imagen de que aceptan que las clases empiecen. Hay que ver que hace Ctera, que este jueves tiene su plenario nacional.

En el resto de la CGT hay muchos que están muy ansiosos por hacer una y mil huelgas. Los más racionales, entienden que el apoyo va a ser cada vez menor y que eso los va a debilitar todavía más. En un contexto de crisis, ¿cuántos trabajadores están dispuestos a encarar medidas de fuerza a riesgo de poner en peligro su empleo?

El Gobierno lo sabe y lo va a aprovechar a su favor. Porque por ahora no le entran las balas. Quizás los acompañan las fuerzas del cielo.

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