La Jungla del Poder

Preocupada por 2023, Cristina Kirchner toma el control del Gobierno y ya se habla de una inflación del 100%

La crisis se acelera a un ritmo vertiginoso. Pero la política sigue debatiendo de internas y diseñando un año electoral inexistente. Los números que encienden las alarmas.
Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Cristina Kirchner a cargo de todo. (Foto: Prensa Senado)

Cristina Kirchner a cargo de todo. (Foto: Prensa Senado)

La política va por un lado y la sociedad, por otro. El Gobierno y el Frente de Todos van por un lado y la sociedad, por otro.

En algunas zonas de La Plata llegó el rumor (quizás infundado) de que se venía una ola de saqueos. Comerciantes decidieron cerrar sus negocios preventivamente.

En el Banco Central no quedan dólares para financiar importaciones. Hay que elegir: o insumos para producir, o productos clave para la vida cotidiana (por ejemplo, neumáticos, algunos remedios o repuestos de heladeras), o la energía o los viajes al exterior. Todo no se puede. Cosa de país pobre.

Algunos negocios tuvieron que cerrar por unos días por falta de precios. Nadie sabe cuánto valen las cosas.

Un informe de la “inflación de los trabajadores” la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) marca que la suba de precios vuelve a acelerarse y llega al 5,5% en junio; los alimentos aumentaron 5,9%. Es un índice que suele anticipar la medición oficial del Indec, que se publica este jueves.

Hay algo más preocupante. El mismo informe, el mes pasado, marcaba que si la inflación se estabilizaba en 5% mensual, en el año la inflación acumulada sería del 83,5%. Se estima que el mes que viene, superaría el 6%. No se descarta que el índice de todo 2022 se aproxime al 100%. Son informes que lee Cristina Kirchner; la UMET es apadrinada por Víctor Santa María, hoy absolutamente alineado a la vice.

El Gobierno, en pausa por la interna

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Mientras todo esto pasa, en el más alto nivel de la política discuten quién tiene el poder. Y quién llega mejor plantado a 2023. Son peleas pornográficas, pero que marcan que no hay absolutamente ninguna posibilidad de que esta crisis espiralizada termine bien.

El Gobierno se tomó una semana entera para armar un nuevo equipo económico. La economía quedó en estado de acefalía en medio de una crisis que escalaba.

Alberto Fernández casi no tiene poder. Institucionalmente, es el presidente y tiene la lapicera, pero ya no hay quien lo siga. Los gobernadores, intendentes y la CGT, que lo apoyaban, le soltaron la mano. La mayoría de sus ministros ya no responden a él, sino a Cristina Kirchner. Algunos ya cambiaron la orientación de sus comunicaciones para satisfacerla a ella en sus relatos; todos respiraron aliviados cuando el viernes dijo que no iba a perseguir más ministros.

En el peronismo nadie quiere que Alberto renuncie; Cristina tampoco. No lo van a dejar. Pero le coparon el Gobierno. Una muestra de esto: por primera vez desde que asumió, Cristina fue el viernes a un acto de gestión. Ya no es el Gobierno de Alberto, es el de Cristina.

Ya no hay margen para ampliar la coalición, ni para delegar el poder en otros. Cada vez que lo hizo, le fue mal; la jefa es ella. Por eso fracasó la semana pasada la idea de que Sergio Massa asumiera como jefe de Gabinete con control total de la economía.

Cristina no va a delegar su caudal político acumulado para beneficio de Sergio Massa. En términos concretos: si vos tenés en el bolsillo 25 millones de pesos, ¿se los darías a Sergio Massa para que te los administre? Cristina tampoco le va a entregar el 25% de los votos. Fue clara en su acto en Chaco: si hubiera querido delegar su poder político en alguien que tuviera votos, lo hubiera elegido a Massa. No quiso entonces, ni quiere ahora.

¿Massa puede arreglar los problemas del país? A los ojos de Cristina, no. Porque las recetas que él propone son otras, muy distintas a las que ella plantea. La vice escucha a todos: A Redrado, a Melconian, a los empresarios; en muchos casos hasta les puede dar la razón. Pero cree que el camino es otro.

Su brazo blando es Máximo Kirchner. Lo manda para negociar con Massa, con Redrado, con empresarios… Siempre bajo la promesa de que esta vez va a ser distinto. Esas negociaciones después se caen. O porque los interlocutores piden cosas imposibles o porque ella misma se encarga de dinamitarlo.

Ella se ve a sí misma como parte de la solución. Las recetas son sencillas; ya las aplicó en sus dos gobiernos. Pero el escenario político es otro.

Hoy todos en el peronismo creen que lo mejor es que asuma Cristina de alguna manera. Preferentemente, con Alberto manteniendo las formas. Ven que es lo mejor para evitar un vacío de poder. Aunque pocos piensan realmente que sus recetas sean la solución, no hay más lugar para delfines.

Otros sectores del peronismo consideran que toda esta crisis puede terminar en un adelantamiento de las elecciones para octubre o febrero. En noviembre es el Mundial y después las Fiestas y vacaciones… Tiene que ser antes o después.

Fernando “el Chino” Navarro, líder del Movimiento Evita y uno de los pocos aliados que le quedan a Alberto, planteó esta semana: “Alberto no va a renunciar; es un tipo que tiene valor”. Parecía que le hablaba a Cristina; aunque también pudo ser un mensaje a Alberto.

La preocupación por la situación del país llegó a Estados Unidos. Quizás por eso, esta semana, el embajador Mark Stanley hizo recorridas por el conurbano bonaerense ampliado. Estuvo en La Plata en la Legislatura y con el intendente del PRO Julio Garro. Pero el plato fuerte fue una visita que hizo con los principales intendentes (o referentes) peronistas del conurbano. Estuvieron Martín Insaurralde (anfitrión en Lomas), Fernando Espinoza (La Matanza), Leonardo Nardini (Malvinas) y Gustavo Menéndez (Merlo), Mayra Mendoza (Quilmes), entre otros.

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Intendentes del conurbano con el embajador de Estados Unidos Mark Stanley

Intendentes del conurbano con el embajador de Estados Unidos Mark Stanley

Escuchó de primera mano los problemas de sus lugares. Y al final bajó un mensaje: “Ustedes tienen comida, tienen la segunda reserva de gas mundial en Vaca Muerta, la tercera de litio… Tienen la oportunidad de proveer al mundo que, por la guerra, atraviesa una crisis importante”, planteó. El mensaje fue recibido claro por los presentes. Estados Unidos va a apoyar, al menos mientras acá no se hagan locuras. Pidió que el mensaje se transmita más arriba

El pacto social

Las 15 frases de Cristina Kirchner en El Calafate
Las 15 frases de Cristina Kirchner en El Calafate

Las 15 frases de Cristina Kirchner en El Calafate

Cristina, en su último discurso, se mostró más benévola con Alberto. Buscó mostrarse en el centro, aceptando “ayudar” al Gobierno después del "golpe" que le dio Martín Guzmán con su renuncia: “Fue un acto de desestabilización institucional”, planteó.

"Wado de Pedro y 20 funcionarios le pueden renunciar a Alberto cuando estaba arriba de un helicóptero y Guzmán no le puede renunciar a ella en medio de un discurso", ironiza el dirigente Federico Martelli; así habían sido las renuncias masivas de 2021.

¿Algo puede cambiar de acá en más? ¿Puede haber una versión más lavada de Cristina después de la renuncia de Guzmán y que delegue algunas decisiones en Alberto (o en Massa?)

La respuesta está en la historia del kirchnerismo:

  • Néstor se peleó con su 8 años vicegobernador, Eduardo Arnold.
  • Se peleó con su mentor nacional, Eduardo Duhalde.
  • Se peleó con el primer vicepresidente, Daniel Scioli, y lo marginaron de cualquier lugar de decisión.
  • Lo de Cobos ya es historia conocida.

Además, cuando los kirchner delegaron el poder en Santa Cruz, todos los gobernadores terminaron en crisis institucionales:

  • El primer gobernador electo después de Néstor, Sergio Acevedo, tuvo que renunciar en 2006. Recién pudo volver a la política en 2021.
  • Carlos Sancho, su reemplazante, renunció en 2007, y dejó como gobernador al vice primero de la Legislatura, Daniel Peralta.
  • Daniel Peralta gobernó de 2007 a 2015, terminó pidiendo la hora, buscando la reelección contra Alicia Kirchner y completamente enfrentado a Cristina.

Ahora Cristina, desde El Calafate (su lugar en el mundo) propone un nuevo pacto. En su último discurso, volvió a hablar de un acuerdo político. “Ni yo voy a renunciar a mis creencias ni le voy a pedir a nadie que renuncie a las de ellos. Pero tenemos que encontrar un punto de coincidencia común porque si no no va a haber Argentina para nadie”, planteó

Cristina vuelve a proponer un acuerdo imposible. Es un acuerdo en el que todos tienen que estar de acuerdo con ella (perdón la cacofonía):

  • Como pasó en 2009, cuando perdió y convocó a un gran pacto político: terminó en la creación de las PASO, pero no se acordó ninguna otra política de fondo.
  • Como pasó con la Concertación con Julio Cobos, que terminó en una fórmula presidencial que voló por el aire al primer desacuerdo.
  • O con el acuerdo de Néstor Kirchner y Roberto Lavagna en 2008, que fue apenas una foto en Olivos que terminó con la carrera política del exministro.
  • O como pasó con Alberto, que había propuesto en 2019 “un nuevo contrato ciudadano social”, según planteó, citando a Alfonsín. La primera foto que Alberto se sacó con la CGT y la UIA tuvo unos tweets de Cristina repudiando.
  • O como ella misma, que en 2020 pidió "un acuerdo político, económico y mediático" para terminar con la economía bimonetaria que nunca explicó en concreto de qué se trataría.

El problema es que para ir hacia un acuerdo hay que explicitar qué está dispuesto a ceder cada uno. Y hasta ahora, Cristina nunca demostró querer ceder en nada.

Las encuestas y Macri

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La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se reúne en La Matanza con miras a las elecciones presidenciales de 2023 (Foto: Telam).

La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se reúne en La Matanza con miras a las elecciones presidenciales de 2023 (Foto: Telam).

Según la última encuesta de Opina Argentina, Horacio Rodríguez Larreta sigue siendo el dirigente con mejor imagen del país con el 54% de positiva. Patricia Bullrich está ahí cerca con 50%, aunque con la negativa más alta. Mauricio Macri es el dirigente con menor imagen positiva del espacio (43%) y con mayor imagen negativa (55%). Las oscilaciones en la oposición son lógicas.

En el oficialismo todos miden lo mismo. Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Daniel Scioli están empatados en 26% de imagen positiva. En imagen negativa, bastante parecido: todos promedian el 70% de rechazo.

Con estos números, Macri tendría casi decidido no ser candidato a presidente en 2023. No lo va a decir porque falta mucho y no sabe cómo va a evolucionar la crisis. Es un alivio para Juntos por el Cambio.

El peronismo se empieza a preparar para la despedida del poder. La pregunta que todos se hacen es si esta vez puede ser posible una renovación.

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