Uno de los puntos más llamativos del anuncio fue la participación del Banco Nación. Quienes cobren sus haberes en esa entidad recibirán un 5% de reintegro adicional en compras realizadas con BNA+, MODO o tarjetas de débito y crédito, con un tope mensual de $20.000. Este beneficio se suma a los descuentos que ya ofrecen las cadenas adheridas, como Carrefour, Chango Más, Coto, Josimar, La Anónima, Disco, Jumbo y Vea, lo que permite combinar promociones en un mismo ticket dentro de ciertos límites operativos.
A esto se agrega un punto que llamó la atención entre economistas y especialistas en banca digital: la remuneración diaria del 32% TNA sobre el saldo de las cuentas, con un tope de $500.000. Aunque se trata de un rendimiento modesto en comparación con instrumentos financieros más complejos, representa una mejora respecto de cuentas tradicionales que no ofrecen intereses o brindan porcentajes significativamente menores.
El Banco Galicia, por su parte, anunció un ahorro de hasta el 25% y tres cuotas sin interés en compras con tarjeta, con un tope mensual de $20.000 en supermercados y $12.000 en farmacias y ópticas. Esta política de descuentos bancarios no se superpone con los programas del Estado, pero complementa la oferta de beneficios para aquellos jubilados que cobran sus haberes en entidades privadas.
Uno de los aspectos más mencionados por los beneficiarios es la simplicidad del sistema. Para acceder a los descuentos solo es necesario pagar con la tarjeta de débito asociada a la prestación. No se requiere inscripción previa, gestión digital o tramitación presencial, un factor clave considerando que una parte importante de los adultos mayores presenta dificultades con trámites electrónicos.
Los comercios que participan del programa informaron que los descuentos se verán reflejados directamente en el ticket o en el resumen bancario, dependiendo de la modalidad. En el caso de supermercados como Carrefour o Día, se mantienen criterios propios de promociones ya existentes, como el tope de $35.000 por compra en Carrefour o el límite de $2.000 por transacción en Día, que además permite acumular otras ofertas disponibles.
El detalle de los beneficios difundidos por el Ministerio de Capital Humano incluye:
Disco: 10% en todos los rubros y 20% en perfumería y limpieza, sin tope.
Jumbo: 10% en todos los rubros y 20% en perfumería y limpieza, sin tope.
Vea: 10% en todos los rubros y 20% en perfumería y limpieza, sin tope.
Coto: 10% sin tope en todos los rubros.
La Anónima: 10% sin tope en todos los rubros.
Josimar: 15% sin tope en todos los rubros.
Carrefour: 10% en todos los rubros con tope de $35.000.
Día: 10% en todos los productos, con tope de $2.000 por transacción y posibilidad de acumulación con otras promociones.
En todos los casos, los comercios aclararon que no se incluyen carnes, electrodomésticos ni marcas seleccionadas, que quedan fuera de los porcentajes generales por acuerdos comerciales internos.
Entre los adultos mayores consultados en distintas provincias, muchos coinciden en que el programa “llega en un momento necesario”. La caída del poder adquisitivo de los jubilados es una de las más pronunciadas del país, y aunque los aumentos otorgados este año lograron acompañar parcialmente la inflación, el golpe acumulado de los últimos años todavía se siente en cada compra.
En supermercados de la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza, varios jubilados se acercaron en los primeros días de implementación para consultar qué productos entraban en los descuentos y cómo se aplicaban los reintegros. Algunos empleados comentaron que la afluencia de adultos mayores aumentó un 20% en las primeras mañanas desde el anuncio, una señal de que el programa empieza a generar movimiento comercial.
Desde el sector privado, la apuesta es clara: atraer más compradores en un contexto de fuerte retracción del consumo. Los supermercados vienen registrando caídas sostenidas desde hace meses, y las grandes cadenas reconocen que los jubilados representan una base de clientes estable, pero muy sensible a los precios. Absorber parte del costo del descuento forma parte de la estrategia para repuntar las ventas y recuperar margen por volumen.
En los despachos oficiales, en tanto, consideran que la política de beneficios puede convertirse en un complemento de los aumentos jubilatorios. El objetivo declarado del Gobierno es “mejorar la capacidad de compra sin aumentar la emisión”, un mensaje que busca sintonizar con las metas fiscales del Ministerio de Economía. Aunque algunos economistas advierten que el impacto real será heterogéneo y dependerá del nivel de consumo de cada adulto mayor, también reconocen que cualquier alivio puede ser relevante para quienes destinan hasta el 80% de sus ingresos a alimentos y farmacia.
En paralelo, el Ministerio de Capital Humano evalúa expandir el programa a comercios de cercanía, farmacias y cadenas de electrodomésticos, aunque esta última posibilidad está sujeta a la renegociación de acuerdos sectoriales. La prioridad inmediata, según trascendió, es sumar farmacias, ya que los medicamentos constituyen el gasto más sensible para los jubilados.
Mientras tanto, entidades como ANSES destacan que el programa se implementará “sin trámites, sin nuevos registros y sin necesidad de aplicaciones adicionales”, lo que reduce las barreras de acceso. El organismo previsional será el encargado de auditar el uso de tarjetas, supervisar la contabilidad de reintegros y verificar que los comercios cumplan con los descuentos anunciados.
En las redes sociales, las reacciones de jubilados y familiares fueron variadas. Muchos celebraron la posibilidad de contar con descuentos “claros y directos”, mientras otros reclamaron que los porcentajes deberían ser más altos o incluir productos frescos como carnes, frutas y verduras, cuyos precios aumentaron con más fuerza en los últimos meses. También hubo quienes pidieron que los beneficios se mantengan de forma permanente y no se reduzcan cuando cambie el escenario económico.
Aun así, la medida logró instalarse en la agenda pública y reavivar un debate histórico: cómo mejorar la calidad de vida de los jubilados en un país donde la inflación erosiona cualquier ingreso fijo. El programa de descuentos aparece como un alivio concreto, aunque parcial, en un contexto donde cada ticket de supermercado se revisa al detalle y donde cualquier porcentaje de ahorro puede representar la diferencia entre llegar o no llegar a fin de mes.
Con una implementación que se extenderá a lo largo del próximo trimestre, el Gobierno seguirá evaluando su impacto en el consumo y en la satisfacción de los adultos mayores. Por ahora, la expectativa está puesta en que los descuentos logren convertirse en una herramienta útil y accesible para un sector que, más que nadie, necesita previsibilidad.