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LAS HISTORIAS DE DIEGO

Quién fue Mavys en la vida de Maradona, aquella cubana que quiso traerse en una valija

A 9 meses de la muerte de Diego Maradona, siguen apareciendo impensadas historias vividas por el astro. En este caso, la de Mavys. Aquella joven cubana de apenas 17 años que deslumbró al Diez, con la que vivió un romance que traspasó las fronteras.
25 ago 2021, 19:30
Diego Maradona

A 9 meses de la muerte de Diego Maradona, siguen apareciendo impensadas historias vividas por el astro. En este caso, la de Mavys. Aquella joven cubana de apenas 17 años que deslumbró al Diez, con la que vivió un romance que traspasó las fronteras.

Todo comenzó allá por el año 2000 cuando el futbolista llegó a Cuba para tratar su adicción a las drogas. En medio del espíritu caribeño, el calor, los tragos y los paisajes, que marcaron a fuego a Diego Maradona, adoptando a la isla como su lugar en el mundo, amén de su amistad con Fidel Castro, hubo una mujer que realmente lo volvió loco -en el mejor de los sentidos-.

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Instalado en la isla durante ese año, ya separado de hecho de Claudia Villafañe, y habiendo roto su relación por un tema de celos con Laura Cibilla, la mesera de La Diosa, quien viajaba a Cuba a visitarlo, hacia el 2001 Diego Maradona conoce a la niña/mujer que lo encandilaría. El Diez no atravesaba un buen momento. Estaba empecinado en que Cibilla le había sido infiel. Entonces, su amigo Carlos Ferro Viera le presenta a Mavys, en el Hotel Meliá de Varadero quien se encontraba junto a su madre, empleada del complejo.

De acuerdo a Teleshow después de esta presentación, el encandilamiento del astro fue tal que Ferro Viera tuvo que ir a buscar a Mavys a su casa en Matanzas para decirle que Diego quería volver a verla. Ella aceptó, pero puso como condición viajar hasta donde estaba el Diez con su madre, su abuela y hasta con su novio, al que dejó al poco tiempo para empezar una historia con el exjugador argentino.

La relación de Diego Maradona y Mavys en La Pradera

A partir de ese momento, Diego y Mavys vivirían juntos en La Pradera, donde residía Maradona, pasando días encerrados. Aunque los episodios de celos por parte de Diego aparecerían también con ella. Incluso llegándose a agarrar a piñas en una disco en La Habana por un simple piropo dicho a la joven al pasar.

Pero la cuestión es que para noviembre de ese 2001, Maradona tenía que regresar a la Argentina para el recordado partido homenaje. Y quería que Mavys viajase con él. Pero salir de Cuba para un cubano no es tarea sencilla. Así fue que se le ocurrió la descabellada idea de llevársela escondida en una valija especial, a la que pretendía mandarle a hacer orificios para que la chica pudiese respirar durante el viaje.

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Claro que ante semejante ocurrencia, y sabiendo del carácter de Diego, Guillermo Coppola no tuvo más remedio que contactar a Fidel Castro para pedir un permiso especial para que Mavys viajase legalmente, consiguiendo una autorización por un período de 20 días. Así fue que ni bien llegó a Buenos Aires, Maradona la instaló en el hotel Hilton de Puerto Madero. Eso sí, la condición era que no podía ser detectada por ningún medio. Curiosamente en el mismo hotel también estaban hospedadas Claudia con Dalma y Gianinna, así como también Laura Cibilla.

Luego de aquel episodio, la relación del ex futbolista la muchacha cubana continuó hasta el año 2003. Incluso fue Diego quien le organizó un exclusivo festejo por sus 18 años en el famoso Habana Club, que fue considerado todo un evento para la sociedad cubana. En tanto, las andanzas de Maradona no tenían freno. Y si bien Mavys sabía que no era la única mujer en la vida del Diez, decidió ponerle punto final a la relación después de darse a conocer públicamente el affaire con Adonay Frutos, otra mujer cubana.

     

 

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