Durante los dos meses siguientes, un equipo de la Policía montó una vigilancia encubierta cerca de su casa. Con cámaras ocultas, lograron registrar distintas actividades cotidianas del hombre que desmentían por completo su condición de no vidente.
Las imágenes mostraban al acusado caminando sin ayuda por las calles, reconociendo objetos con facilidad y eligiendo productos en un supermercado. También fue visto realizando trabajos de jardinería complejos y manipulando herramientas con una destreza que resultaría imposible para alguien sin visión.
Los registros fueron analizados por la Fiscalía de Vicenza, que los consideró pruebas suficientes para demostrar que la ceguera había sido simulada durante más de cinco décadas.
Una estafa millonaria y un juicio en marcha
De acuerdo con la investigación, el acusado percibía la pensión desde 1972, cuando fue declarado ciego tras un accidente laboral. Desde entonces, y hasta la actualidad, recibió mensualmente una subvención por discapacidad visual.
El monto total de la defraudación supera los 200.000 euros, aunque los investigadores aclaran que solo pudieron auditar los últimos cinco años debido a limitaciones legales. Además, la Fiscalía ordenó retirar todos los beneficios sociales y avanzar con una causa por fraude y simulación de incapacidad.