Preparar una torta casera de manzana no tiene por qué ser complicado ni requerir decenas de ingredientes. Con lo básico, paciencia y amor, se puede lograr un postre esponjoso, dorado y lleno de aroma. Aquí te contamos cómo hacerlo paso a paso.
Receta de torta de manzana casera: ingredientes y paso a paso
En un rincón de cualquier cocina familiar, donde el aroma a canela y manzana evoca recuerdos de infancia, nace una receta simple pero cargada de sabor. Preparar una torta casera de manzana no tiene por qué ser complicado ni requerir decenas de ingredientes. Con lo básico, paciencia y amor, se puede lograr un postre esponjoso, dorado y lleno de aroma. Aquí te contamos cómo hacerlo paso a paso.
La simplicidad es la clave. Esta torta requiere solo lo esencial: huevos, azúcar, harina, aceite, manzanas y un toque de esencia de vainilla o canela para realzar el sabor.
Ingredientes:
2 manzanas medianas (rojas o verdes)
3 huevos
1 taza de azúcar
1/2 taza de aceite (puede ser de girasol)
1 y 1/2 tazas de harina leudante (o harina común con 1 cdita de polvo de hornear)
1 cdita de esencia de vainilla (opcional)
1 cdita de canela (opcional)
Azúcar impalpable para decorar (opcional)
Preparar el horno y el molde: Precalentá el horno a 180°C. Enmantecá y enhariná un molde redondo de 22 o 24 cm.
Batido base: En un bol, batí los huevos con el azúcar hasta que la mezcla se vea espumosa y clara.
Agregar ingredientes húmedos: Sumá el aceite y la esencia de vainilla, integrando bien.
Incorporar los secos: Agregá la harina de a poco, mezclando con movimientos envolventes para que la torta quede aireada.
Manzanas al rescate: Pelá y cortá las manzanas en cubitos o láminas finas. Podés mezclarlas en la masa o acomodarlas por encima, como prefieras.
Hornear con amor: Volcá la mezcla en el molde y llevá al horno por 40 a 50 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
El toque final: Una vez fría, espolvoreá con azúcar impalpable si querés un detalle más tentador.
Esta torta de manzana, además de ser económica y fácil, es versátil: puede acompañarse con helado, servirse tibia o fría, y aguanta perfectamente varios días en la heladera. Una receta que demuestra que con poco, se puede lograr mucho sabor. ¿Te animás a probarla esta semana?