Preparación paso a paso
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Activar la levadura: en un recipiente pequeño, disolver la levadura y el azúcar en agua tibia. Dejar reposar 5 a 10 minutos hasta que comience a formar espuma.
Mezclar los secos: en un bol grande, combinar la harina integral con la sal.
Incorporar líquidos: agregar la mezcla de levadura y el aceite de oliva a los secos. Mezclar hasta formar una masa pegajosa.
Amasar: sobre una superficie ligeramente enharinada, amasar durante 10 a 15 minutos hasta obtener una masa suave y elástica.
Primer levado: colocar la masa en un bol ligeramente aceitado, cubrir con un paño limpio y dejar reposar 1 a 2 horas hasta que duplique su tamaño.
Formar el pan: desgasificar la masa suavemente y darle la forma deseada (barra, hogaza o molde).
Segundo levado: colocar la masa en el molde o bandeja, cubrir nuevamente y dejar reposar 30 a 45 minutos.
Hornear: precalentar el horno a 200 °C y cocinar durante 35 a 40 minutos, hasta que la corteza esté dorada y el pan suene hueco al golpearlo.
Enfriar: retirar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla antes de cortar.
Consejos para un pan integral perfecto
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Hidratación: la harina integral absorbe más agua que la blanca. Si la masa queda demasiado seca, agregar un poco más de agua de a cucharadas.
Amasado: es clave para desarrollar el gluten, incluso en harina integral. Esto ayuda a que el pan no quede demasiado compacto.
Fermentación lenta: un levado más largo, incluso en refrigeración, mejora la textura y el sabor.
Opciones de semillas: agregar semillas de girasol, lino o chía a la masa antes del horneado aporta sabor y nutrientes adicionales.
Por qué preparar pan integral en casa
Hacer pan integral casero ofrece beneficios más allá de lo nutritivo: permite disfrutar del aroma y sabor del pan recién horneado, controlar el nivel de sal y endulzantes, y adaptar la receta a las preferencias personales, como la incorporación de semillas o frutos secos.
Además, es un excelente proyecto de cocina para quienes disfrutan de la preparación paso a paso y desean ofrecer un producto saludable a su familia. No requiere técnicas avanzadas y el resultado siempre es gratificante: un pan dorado, esponjoso por dentro y con la textura rústica característica del integral.
Preparar pan integral casero es, sin dudas, una manera sencilla de combinar sabor, nutrición y tradición. Desde desayunos con manteca y mermelada hasta sandwiches nutritivos, este pan se convierte en un aliado versátil dentro de la cocina diaria.