EN LANÚS

Batalla campal en un partido de fútbol infantil que terminó con los dos equipos expulsados

Una pelea entre adultos estalló tras una semifinal de la Copa de Oro de fútbol infantil disputada en Lanús y obligó a la Federación Argentina de Deportes Infantiles a expulsar a dos equipos del certamen.

Un partido de fútbol infantil terminó con golpes y llantos. 

Un partido de fútbol infantil terminó con golpes y llantos. 

Una pelea entre adultos marcó el cierre de la semifinal de la Copa de Oro de fútbol infantil disputada en el Club Villa Pellerano, en Lanús, y derivó en la expulsión de dos equipos del certamen. El partido, organizado por la Federación Argentina de Deportes Infantiles (FADI), había enfrentado a chicos de seis años de los clubes 1° de Mayo y Villa Heredia en una cancha neutral, pero el clima de tensión se desbordó pocos minutos después del final del encuentro, ante la mirada de los propios jugadores.

La violencia comenzó cuando los padres ingresaron al campo de juego y se produjeron empujones y golpes entre varios adultos. Las imágenes registradas en videos muestran escenas de caos mientras los niños eran retirados apresuradamente hacia los vestuarios, algunos entre lágrimas. De acuerdo con testimonios recogidos en el lugar, el conflicto se habría iniciado por “un gesto de provocación” atribuido a uno de los directores técnicos, lo que desató la reacción de personas ubicadas en la tribuna.

Fútbol

El enfrentamiento se extendió durante cerca de diez minutos y se trasladó también a las tribunas, donde familiares intentaron intervenir para frenar la pelea y proteger a los menores.

Tras el episodio, la FADI, con sede en Avellaneda, resolvió excluir de manera inmediata a los equipos 1° de Mayo y Villa Heredia de la actual Copa de Oro. La medida apuntó a desalentar hechos de violencia en el fútbol infantil, aunque generó un clima de mayor tensión en el ámbito del torneo. Según informó El Diario del Sur, la federación solicitará los registros originales de los videos para analizar eventuales sanciones individuales y convocó a una reunión para este martes con el fin de definir los próximos pasos a seguir.

Las escenas difundidas en redes sociales reflejaron la magnitud del conflicto, con padres irrumpiendo en el campo de juego y protagonizando enfrentamientos físicos, mientras entrenadores y otros adultos intentaban separar a los involucrados. El hecho ocurrió frente a los jugadores de la categoría 2019, que habían terminado de disputar la semifinal bajo el esquema de neutralidad dispuesto por la organización. Para resguardarlos, las autoridades del club los trasladaron a los vestuarios, aunque varios niños se pusieron a llorar al ver a sus propios familiares involucrados en la pelea.

captura golpes

La organización ratificó la expulsión de ambos equipos y anunció la convocatoria a una reunión extraordinaria para evaluar el futuro de los planteles afectados. Además, solicitó la colaboración de los clubes para identificar a los responsables directos y analizar sanciones adicionales en caso de reincidencias.

Vidart señaló que este tipo de situaciones no son aisladas y advirtió que “no es la primera vez que pasa”, al referirse a antecedentes de violencia en el fútbol infantil de la región. La difusión masiva de los videos generó repudio en redes sociales y reavivó el debate sobre el rol de los adultos en las competencias deportivas de menores.

Otros hechos de violencia

Semanas atrás, otro episodio similar se registró en Rosario, donde un árbitro debió ser escoltado por la policía tras ser agredido por padres durante un partido disputado en el predio de la Agrupación Deportiva Infantil Rosario (ADIR). El encuentro correspondía a la categoría 2017 y enfrentaba a Adir con Unión y Progreso, con niños de ocho años en cancha.

La intervención policial se produjo luego de que los organizadores activaran el protocolo de seguridad y dieran aviso al 911. “Gracias a eso pudimos darle seguridad al árbitro, que se pudo ir”, explicó René Montoya, presidente de la institución local.

Según se informó, el conflicto se originó en los minutos finales del partido por reclamos contra el arbitraje del equipo visitante. Ante la escalada de tensión, el juez decidió dar por terminado el encuentro un minuto antes del tiempo reglamentario y, al dirigirse a los vestuarios, fue atacado por un grupo de padres, mientras los niños y el hijo del propio árbitro, de siete años, presenciaban la escena. “Los niños vieron a los padres pelearse. Es el deporte que eligen sus hijos, por culpa de los grandes esto termina de una manera fea que no es ejemplo de nada”, expresó Montoya.

Para evitar un agravamiento del conflicto, la organización devolvió el valor de las entradas a los padres involucrados, que reclamaban ese reembolso tras el incidente. “Querían seguir generando problemas, reclamaban la entrada, les devolvimos la entrada. Hicimos todo para que no se genere una discusión mayor”, relató el dirigente.

El partido formaba parte de la liga oficial, por lo que se prevén sanciones para el club visitante. Montoya confirmó que ya mantuvo contacto con el presidente de Unión y Progreso y remarcó la necesidad de preservar vínculos institucionales y un clima adecuado en las competencias infantiles.