El futbolista, que tuvo una infancia marcada por el esfuerzo, se sumó al plantel de Marcelo Gallardo para disputar el Mundial de Clubes.
River ejecutó la cláusula de repesca y contará nuevamente en sus filas con Lautaro Rivero, una de las grandes revelaciones defensivas del fútbol argentino en 2025. El joven zaguero zurdo, de gran rendimiento en Central Córdoba, se suma al plantel que dirige Marcelo Gallardo y que en los próximos días afrontará el gran desafío del Mundial de Clubes.
Rivero nació y creció en el partido bonaerense de Moreno, en una familia numerosa junto a cinco hermanos. Desde muy chico supo lo que es pelearla desde abajo: para ayudar en su casa, llegó a vender alfajores en la vía pública. “Somos muy humildes y sacrificados; lo primero que quiero es que mi familia esté mejor”, expresó en 2022 en una entrevista con la web oficial del club.
Sus primeros pasos en el fútbol fueron en Los Halcones, un club barrial cercano a su hogar, y luego jugó en Villa Luro Norte y La Victoria. A los 14 años se sumó a las inferiores de River, donde con el tiempo fue reconvertido de volante por izquierda a defensor central, gracias a su altura (1,85 m), buen manejo y perfil zurdo. No solo se ganó un lugar, sino que también llegó a ser capitán en varias categorías.
En 2021 fue promovido a Reserva y, luego de un período de adaptación, firmó su primer contrato profesional a fines de 2023, cuando estaba a punto de quedar libre. En 2024 fue incluido por Demichelis en la lista de buena fe para la Copa Libertadores, aunque ante la competencia interna optó por buscar rodaje en Central Córdoba.
El préstamo al equipo santiagueño fue un acierto: debutó en junio de 2024 ante Talleres y completó un total de 30 partidos, con dos goles y una asistencia. Su punto más alto llegó este año, en el mítico Maracaná, donde se destacó como una de las figuras en la histórica victoria de Central Córdoba ante Flamengo por 2-1.
Ahora, Rivero vuelve a Núñez con el objetivo de pelear por un lugar entre figuras como Germán Pezzella, Lucas Martínez Quarta y Paulo Díaz. La decisión de repescarlo responde a su gran presente futbolístico y al potencial a futuro, en un contexto donde el equipo se prepara para competir en el Mundial de Clubes, una vitrina internacional que podría marcar un antes y un después en su carrera.
A los 21 años, Lautaro Rivero encara uno de los desafíos más grandes de su vida. El chico que soñaba entre potreros y semáforos ahora buscará ganarse un lugar en uno de los planteles más competitivos del continente. Con personalidad, técnica y una historia de superación a cuestas, está listo para dar el salto.