El final de temporada dejó heridas que aún se sienten puertas adentro. Entre ellas, la decisión del DT de sustituir a Exequiel Zeballos en el duelo ante Racing, una modificación que generó críticas y que puso bajo la lupa su conducción. Sin embargo, Delgado respaldó la explicación del entrenador: “Con el diario del lunes a veces se sacan conclusiones. Úbeda reconoció que Zeballos estaba cansado”. Esa frase, lejos de sonar a defensa férrea, al menos puso contexto en una de las polémicas recientes.
La conducción futbolística de Boca entiende que Úbeda llegó en un momento complejo, con múltiples bajas y un recambio profundo por delante. El propio Delgado lo reflejó al mencionar que más de 20 futbolistas regresarán de préstamos, algo que obliga a una reestructuración importante del plantel. De allí la necesidad de evaluar con precisión cada decisión antes del inicio de la pretemporada.
Si bien el escenario no está definido, los tiempos comienzan a acortar los márgenes. Boca debe avanzar rápidamente en la planificación del año, en especial frente a un 2026 que incluirá un calendario apretado y un mercado de pases clave. Todo eso convierte la decisión sobre el entrenador en una prioridad urgente.
Hoy, el futuro del Sifón está en una zona gris: no está afuera, pero tampoco adentro. Las próximas reuniones en el Predio de Ezeiza serán determinantes para saber si Boca apuesta por la continuidad, por una renovación parcial de su estructura o directamente por un giro en la dirección técnica.
Lo único seguro, por ahora, es que el tema ya no está cerrado como parecía. Y que la frase de Delgado abrió un capítulo que Boca deberá resolver cuanto antes.