“Le dije al mismo de la bandera, porque me había enterado. Me llegó un mensaje y le digo que no se preocupe, no pasa nada, que los tiempos no son de él ni de una bandera. Los tiempos son de Dios”, señaló Maravilla ante los periodistas. “Así que, que se quede tranquilo, que la gente siendo de Racing lo hace de buena fe”.
La frase del delantero no solo dejó en claro que no se sintió molesto por la bandera, sino que busca mantener una relación serena con los hinchas, aun en momentos de sequía.
¿Cuánto hacía que Maravilla no convertía?
El gol a Boca cortó una racha de 966 minutos sin anotar, la más extensa desde su llegada a Racing. Su último tanto había sido ante Vélez, en el duelo de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Desde entonces, acumuló diez partidos consecutivos sin marcar, en un contexto donde el equipo sí seguía sumando resultados positivos.
Pese a la presión lógica que atraviesan los delanteros en épocas sin goles, Martínez destacó su compromiso y su forma de vivir el día a día.
“Los delanteros necesitan el gol”, dijo en diálogo con ESPN Premium. “Yo siempre tengo algo en mi vida: mientras llegue a casa, me acueste y diga que dejé todo, que corrí hasta donde me dio… Después, el gol son circunstancias. Venimos ganando seguido y los compañeros están compitiendo. El equipo no depende solamente de mí”, expresó.
Cómo impacta este gol en su presente y en el de Racing
El tanto ante Boca tuvo un valor doble: personal y colectivo. Personal, porque le devuelve confianza en un momento clave de la temporada; colectivo, porque le dio a Racing el pase a la final del Torneo Clausura 2025.
Para la Academia, que viene con un rendimiento sólido y jugadores en gran nivel, recuperar a su goleador en un tramo decisivo es una noticia que entusiasma al cuerpo técnico y a los hinchas.
Mientras tanto, el gesto de Maravilla al explicar su charla con el autor de la bandera terminó resignificando toda la historia: lejos de enojarse, eligió empatía, fe y calma. Y así, con esa misma tranquilidad que él defiende, volvió a gritar un gol decisivo en la Bombonera.