El exfutbolista ya había mostrado en otras oportunidades su predisposición para involucrarse en el armado de la estructura. Su intención no pasa tanto por ocupar un cargo formal de mánager, sino por estar cerca del Consejo y sumar experiencia en la toma de decisiones deportivas.
Márcico incluso sonó como posible acompañante de Marcelo Delgado en la coordinación entre el plantel y la dirigencia. Sin embargo, Riquelme fue tajante al ponerle un freno a esa posibilidad, al menos en el corto plazo. Aun así, el exenganche insiste en que mantiene intacta su voluntad de trabajar por el club.
Qué dijo sobre el presente futbolístico de Boca
Más allá de su ofrecimiento, Márcico también se tomó tiempo para analizar el rendimiento del equipo de Miguel Ángel Russo. Boca logró cortar recientemente la peor racha negativa de su historia, lo que le devolvió confianza al plantel y a los hinchas.
“Hablando en serio, las cosas salen bien y están resolviendo el problema futbolístico de Boca”, afirmó.
Márcico destacó el rol de Leandro Paredes como líder dentro del campo: “Encontró en Paredes un líder extraordinario, en Battaglia una compañía muy buena, hay que mejorar un poco en los espacios para que Paredes pueda filtrar mejor los pases”.
Finalmente, puso el foco en dos nombres puntuales: “El día que mejoren Cavani y Palacios, creo que Boca será temible”. Sus palabras reflejan tanto optimismo como exigencia respecto al potencial del equipo.
Qué significa este gesto para Riquelme y la dirigencia
El guiño público de Márcico no pasó desapercibido. En Boca, cada declaración de un referente histórico tiene impacto tanto en el plantel como en los hinchas. Si bien Riquelme no planea incorporar un nuevo mánager en lo inmediato, deja abierta la incógnita de qué lugar podría ocupar un ídolo en la estructura.
En un club con la historia y la exposición de Boca, la figura de los referentes es clave para sostener el vínculo con los socios y la identidad futbolística. Márcico, con su prestigio y sus ganas de estar cerca, representa esa conexión entre el pasado glorioso y el presente en reconstrucción.
Por ahora, la pelota está en el campo de Riquelme y del Consejo de Fútbol. Mientras tanto, Márcico ya dejó claro su deseo: si lo llaman, está listo para ponerse la camiseta desde otro rol.