Además, destacaron que la medida “eliminará las retenciones que hoy afectan a comerciantes y profesionales monotributistas por cobros con tarjetas y otros medios de pago digitales, en operaciones por hasta $10.528.000 al mes (10.000 UVAs)”. También agregaron que “este es un gran paso hacia la formalización de la economía y la digitalización de los pagos”.
Mejoras para los pagos digitales y billeteras virtuales
Por otra parte, en el sector fintech expresaron que la digitalización de los pagos también representa “una mejora en la trazabilidad de las operaciones; un mayor acceso al crédito, ya que, al digitalizar la transacción, se genera información que propicia mejores condiciones a la hora de solicitar préstamos; y más transparencia y seguridad en comparación al efectivo, que expone a comerciantes y consumidores al riesgo de robo y otros costos asociados”.
En ese sentido, la nueva Ley reconoce que uno de los principales impedimentos para la adopción de medios digitales (tarjetas, billeteras virtuales, etc.) era la elevada carga tributaria que recaía sobre los pequeños y medianos negocios.
"La sanción de este artículo ayudará a combatir esta problemática, que desalienta a cientos de miles de comerciantes a aceptar cobros digitales para no verse afectados por elevadas percepciones, que, en algunas provincias, superan la magnitud del impuesto a ingresar posteriormente", puntualizaron en la Cámara Argentina Fintech.
Pagos digitales: beneficios de la Ley para el sector fintech
Por último, además de bajar los costos para el dinero digital, la Ley ofrece otras ventajas para el sector fintech y, sobre todo, para los usuarios de estas herramientas y aplicaciones. En efecto, la digitalización de los pagos alivia la carga fiscal, pero también genera beneficios, como:
- Trazabilidad de las operaciones: permite un mayor control y transparencia en las transacciones.
- Acceso al crédito: la información generada por los consumos mejora las condiciones de los préstamos.
- Transparencia y seguridad: reduce el riesgo de robo y otros costos asociados al manejo de efectivo, tanto para comerciantes como para consumidores.