La COP 27, la cumbre del clima y el desafío de los reclamos ecologistas (Foto: Archivo)
"El impacto mortal del cambio climático está aquí y ahora". Con esas palabras, Antonio Guterres abrió la COP 27, la cumbre del clima en Egipto. El secretario general de las Naciones Unidas repitió un mensaje que, pese a su gravedad, el mundo parece ignorar: la temperatura del planeta sigue en aumento y las consecuencias del cambio climático se ven todos los años en catástrofes y pérdidas de vidas humanas.
Al mismo tiempo, grupos ecologistas radicales continúan sus ataques en museos de Europa para reclamar por la eliminación del uso de combustibles contaminantes.
Con ese diagnóstico, líderes mundiales y especialistas en el medio ambiente se reúnen en la ciudad de Sharm El-Sheij en Egipto. En los últimos 8 años, la temperatura registrada a nivel global es la más alta de la historia, desde que hay registros.
Así el objetivo del protocolo de París, evitar que la temperatura del planeta se eleve más de 1,5° Celsius (o 2 grados como máximo), no se va a cumplir. Los cálculos ya prevén que para fin de siglo, la temperatura subirá entre 2,6 y y 2,8 grados Celsius. Con esos valores los efectos del cambio climático serán dramáticos y permanentes, con el grave perjuicio para la vida humana.
"Ya no hay más tiempo para seguir escondiendo el problema debajo de la alfombra", sentenció Guterres al abrir la cumbre del Clima.
Llevan más de un mes con acciones tan arriesgadas como controvertidas. Atacan obras de arte en los principales museos de arte. Reclaman por el cese del uso de energía proveniente de fósiles, por sus implicancia en el efecto invernadero y el aumento de las emisiones de Dióxido de carbono.
Para peor, la guerra entre Rusia y Ucrania provocó una crisis en la energía. Muchos países, por los costos elevados se volcaron a recursos energéticos más económicos, como el carbón, pero que afectan todavía más al cambio climático.
Este último fin de semana, el blanco elegido por los radicales ecologistas fue el Museo del Prado en Madrid, la capital española.
Dos activistas se pegaron a la pared en la que se encuentran "La maja desnuda" y "La maja vestida" de Francisco Goya. Con un escrito en la pared: 1,5° C. Es lo que debería ser el objetivo para contener los efectos del cambio climático.
Los expertos alertaron durante años de los efectos del cambio climático. Era imprescindible reducir la emisiones de gases contaminantes. Hubo promesas de los líderes mundiales y esa línea establecida como límite: Mantener la temperatura mundial y evitar que suba más de 1,5° Celsius en promedio. Pero poco o nada se avanzó y la temperatura global ya subió 1,2° Celsius en comparación con la era preindustrial.
Los países más desarrollados son los principales productores de Gases del Efecto Invernadero (GEI).
Solo 20 son responsables del 75% de las emisiones de gases del efecto invernadero. Sin Embargo, ni China, ni Rusia ni la India participan de esta cumbre en Egipto.
Los países más vulnerables aspiran que de esta cumbre surja al menos una suerte de "compensación económica" de los países más ricos por su responsabilidad en los efectos que ya se ven del cambio climático. Aunque este reclamo es otro inconveniente para poder avanzar en un compromiso global contra las emisiones de gases y el efecto invernadero.