La vicepresidenta tiene ahora la responsabilidad de dar vuelta la conmoción que provocó la mala actuación de Joe Biden en lo que va de la campaña y derrotar a Donald Trump. A priori, la tarea se le presenta cuesta arriba.
Sale Biden, entra Kamala Harris. ¿Qué dicen las encuestas frente a Donald Trump? (Foto: A24.com).
"Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas: es hora de unirse y vencer a Trump. Hagámoslo". Con esas palabras, Joe Biden se bajó de la carrera presidencial y puso en el centro de la escena a Kamala Harris. Para la vicepresidenta se abre un enorme desafío: derrotar a Donald Trump en las elecciones del próximo 5 de noviembre.
Hasta el momento del debate del 27 de junio, Biden estaba entre 1 y 3 puntos por debajo de Trump. Pero su desastrosa actuación hizo estirar la diferencia hasta 6 puntos en favor de candidato republicano. Al bajarse este domingo de la carrera presidencial, el Presidente le deja una dura tarea a Harris, quien tiene 106 días para intentar dar vuelta la marcha de la campaña y frustrar el regreso de Trump a la Casa Blanca
"Mi intención es merecer y ganar la nominación del partido Demócrata", fue la escueta declaración de la vicepresidente en un domingo que quedará en la historia política de los Estados Unidos. Harris tiene poco tiempo para revertir lo que aparecía como una victoria arrolladora de Trump tras aque primer debate.
Pese al clima de incertidumbre que se mantiene entre los demócratas, tienen "tablas de salvataje" de donde agarrarse para intentar ser optimistas.
Los últimos 25 días pasaron a ser un infierno para los demócratas, desde la noche del 27 de junio hasta este domingo 21 de julio, en que Biden anunció que se bajaba de la carrera presidencial. Para peor, aislado por contagiarse por tercera vez de Covid-19, no pudo aparecer en público y su decisión se conoció con una carta.
En todo este tiempo, para Trump fueron todas buenas noticias. Apabulló a Biden en el debate, salió fortalecido del atentado del que fue víctima y eso le permitió tener una semana perfecta en la convención republicana. A partir de todo eso, en las encuestas se despegó del presidente norteamericano.
Si hasta el debate la diferencia entre ambos era de 2 puntos, en este mes se estiró a entre 4 y 6. Este dato lo que necesitaron figuras prominentes de los demócratas para la avanzada final contra Biden, que concluyó con su renuncia a las candidaturas.
Dos figuras centrales como Nancy Pelosi y Barack Obama dieron la estocada final cuando le dijeron que no tenía ninguna chance de ganar y que el resultado supondría, además, una derrota escandalosa con la pérdida incluso de las dos cámaras del Congreso a manos republicanas. Biden -contaron sus allegados más cercanos- se sintió traicionado, pero en su hogar de Delaware comprendió el mensaje. Puso por encima los intereses del país, dicen sus colaboradores, y se bajó de la carrera por la reelección.
Decantó por su vice, Kamala Harris, para seguir la lucha contra Trump. Por eso es que los medios norteamericanos ya se llenaron este mismo domingo de sondeos con las chances de Harris frente a Trump.
Y las encuestas son el primer elemento para devolver el alma al cuerpo de los demócratas. Harris sigue abajo de Trump, pero antes de hacer nada, la diferencia es 51% contra 48% para el republicano. La mitad de la distancia que logró el republicano sobre Biden. Tres puntos se pueden recuperar, dicen los demócratas, y hacen cuentas muy específicas
La suerte de las elecciones se juega básicamente en seis estados, denominados "swingers" (por "cambio" o "intercambio") que son los que no tienen una fidelidad con un partido y suelen cambiar de color (rojo para los republicanos y azul para los demócratas) en el mapa electoral. Y allí, la imagen de Harris es mejor todavía a la de Biden a nivel nacional. Esos estados son:
Pensilvania, cobró especial protagonismo porque el pasado 13 de julio, Thomas Crooks intentó matar a Trump con un rifle automático, pero afortunadamente solo le produjo una pequeña herida en su oreja derecha.
En todos estos estados, la medición de Harris está por debajo de la del magnate, pero entre 1 y tres puntos, no más, pese a que nadie pensaba en ella como contendiente principal.
Esta es otra gran definición de los demócratas. Kamala Harris representa el ala liberal o más izquierdista o progresista del partido en el poder. Defensora de las minorías, los derechos sociales, la inclusión, cuestiones de género y el aborto. Todos los temas sobre los que Trump machaca para decir que Biden ha sido el peor presidente de la historia de su país.
Pero, justamente, esos valores, esos antecedentes, la llevaron a Harris a ser la elegida para acompañar a Biden. ¿Por qué cambiar ahora, a solo 106 días de las elecciones? Esa es la razón por la que se espera que la "moderación" llegue con un compañero de fórmula que debería ser un hombre, blanco y de "centro".
Kamala Harris posee otro elemento a su favor: la edad. Tiene 59 años y ya lleva 4 de experiencia en lo más alto del poder en Washington. Tiene casi 20 menos que Trump, que seguramente por eso, entre otros atributos políticos, eligió a J. D. Vance como compañero de fórmula, con 39 años.
Finalmente, no es una encuesta, pero sí un dato importante: desde el debate, los fondos para financiar la campaña de Biden se estaban agotando. Este domingo, el cambio por Kamala hizo que las donaciones regresaran al partido demócrata. Desde que Biden anunció en un comunicado que bajaba su candidatura, llegaron 80 millones de dólares en un solo día.