Pone el cuerpo

A 30 años de la caída del "muro de la vergüenza", el mayor símbolo de la Guerra Fría

Roberto Maidana
por Roberto Maidana |
A 30 años de la caída del muro de la vergüenza, el mayor símbolo de la Guerra Fría

No solo dividió familias y a un país entero. Fue la clara separación entre los dos bloques en que se partió el mundo tras la II Guerra Mundial. Este sábado 9 de noviembre se cumplen 30 años desde la caída del Muro de Berlín, que cercenó la ciudad entre 1961 y 1989.

Fue, al mismo tiempo, “el muro de la vergüenza” o “el muro de protección antifascista”, dependiendo de qué lado había quedado, de nuevo, no solo cada parte de Alemania, sino el mundo de la Guerra Fría.

Embed
Desde agosto de 1961, el muro separó a Berlín en dos
Desde agosto de 1961, el muro separó a Berlín en dos

La diferencia de desarrollo entre Alemania Federal y la Alemania Democrática (satélite de la Unión Soviética), luego de la reconstrucción tras la II Guerra Mundial, comenzó a ser un problema en la delgada línea divisoria de Berlín.

La histórica capital germana había quedado dividida en 4 sectores tras la caída del régimen nazi. Un sector controlado por Francia, otro por Gran Bretaña y otro por Estados Unidos. Los tres juntos, formaban el sector occidental de Berlín, la República Federal. El resto, Berlín oriental, era la capital de la República Democrática Alemana.

Embed
División de Berlin en 1961, el muro tenía 155 km
División de Berlin en 1961, el muro tenía 155 km

Para los comunistas de Berlín oriental, la sectorizada Berlín occidental comenzó a recuperarse con mayor dinamismo tras la posguerra. Hubo que reconstruir una ciudad arrasada por los bombardeos aliados. El sector occidental también logró hacerlo con celeridad, aunque con mejores oportunidades que la igualitaria, pero no democrática, Berlín oriental.

Por eso, comenzaron las migraciones de una parte de la ciudad a la otra. Pero en un solo sentido: de la Berlín comunista a la Berlín occidental.

Hasta 1961, se estima que 3 millones y medio de alemanes del este huyeron a Alemania federal. El 20% de la población.

La fecha no es casualidad. Ese fue el momento en que las autoridades comunistas, con la potente dirección desde Moscú, se dispusieron a frenar el éxodo. Como fuera. Y así surgió el Muro.

Embed
La Puerta de Brandenburgo, símbolo de la Ciudad de Berlín quedó en la zona de nadie
La Puerta de Brandenburgo, símbolo de la Ciudad de Berlín quedó en la "zona de nadie"

En secreto, la dirigencia oriental decidió la división de Berlín. El líder de Alemania Oriental, Walter Ulbricht, convencido marxista-leninista, fue el responsable de su construcción.

Ese muro inicial, que se hizo literalmente entre la noche del 12 y la mañana del 13 de agosto de 1961, se construyó con alambres, telas metálicas y postes para sostenerlo rápidamente. Los adoquines de las calles comunicantes se levantaron. Lo mismo con las vías que cruzaban la ciudad.

Embed
2019. El auto soviético Trabant pintado en un resto del muro de Berlín.
2019. El auto soviético "Trabant" pintado en un resto del muro de Berlín.

El entonces alcalde de Berlín Occidental, Willy Brandt, organizó una marcha para rechazar esa división, sostenida por soldados al otro lado del muro. 300.000 alemanes de occidente se reunieron para protestar. Pedían que se lo demoliera. No sabían que deberían esperar 28 años para ver ese momento.

Los sectores de las potencias occidentales en Alemania montaron puestos de control para el paso al otro lado. En el supervisado por EE.UU. quedó el mayor símbolo de la división este/oeste. Sobre la FriedrichStrasse, se estableció el Checkpoint Charlie, que aún se conserva en la ciudad.

Una escalada en la tensión

Embed
Checkpoint Charlie,1961: tropas de EE.UU. y la U.R.S.S. trente a frente
Checkpoint Charlie,1961: tropas de EE.UU. y la U.R.S.S. trente a frente

El 27 de octubre de 1961, diez carros de combate estuvieron enfrentados a ambos lados del Checkpoint Charlie. El temor de desencadenar una guerra nuclear hizo retroceder a los vehículos militares 24 horas más tarde.

Pero el muro nunca se detuvo. Se transformó en una pared de 3,6 metros de altura y de 45 kilómetros que dividió a Berlín en dos. Pero como Berlín occidental era una “astilla en el corazón” de la Alemania comunista, el muro ganó 115 km para aislar a todo el sector occidental. Es decir, la zona de los aliados quedó totalmente cercada.

Embed
El muro tenía una serie  de obstáculos escalonados para impedir llegar a Berlín Occidental961, el muro tenía 155 km
El "muro" tenía una serie de obstáculos escalonados para impedir llegar a Berlín Occidental961, el muro tenía 155 km

La pared se complementó más adelante con otro muro y un espacio “libre” entre ambos, cubierto con minas personales, defensas contra vehículos, telas metálicas con alambres de púa, cables con alarmas, trincheras, torres de vigilancia y miles de soldados armados. Todo para asegurar que “el hombre nuevo” no sucumbiera ante la tentación del capitalismo occidental.

Desde ese momento, el número de muertos varía: va desde 75 a más de 200 muertos, 33 de ellas por pisar minas antipersonales; y varios cientos de heridos en las diferentes maneras ideadas para desafiar los controles y escapar hacia Berlín occidental.

La primera muerte ocurrió el 24 de agosto de 1961, cuando el joven Günter Litfin fue abatido mientras trataba de cruzar a nado el río Spree, que separaba las dos ciudades.

El último muerto, intentado cruzar todos los desafíos del muro, fue Chris Gueffroy, el 6 de febrero de 1989.

Embed
John F. Kennedy en 1963: Yo también soy berlinés
John F. Kennedy en 1963: "Yo también soy berlinés"

El 26 de junio de 1963, el entonces presidente de EE.UU., John Fitzgerald Kennedy, fue a Berlín. Delante del muro reclamó a las autoridades soviéticas por el encierro de sus habitantes. En rigor, a ambos lados. Los orientales, tras la cortina de hierro. Los Occidentales, aislados del resto del mundo. “Yo también soy berlinés”, expresó como síntesis de esa situación oprobiosa.

El fin del muro

Así se mantuvo el muro de Berlín, casi inalterable. Hasta la llegada de Mijaíl Gorbachov al poder en la Unión Soviética, en 1985. Sus políticas de “Perestroika” (reconstrucción, en ruso) y "Glasnost” (transparencia o apertura) resultarían el catalizador para los cambios sociales que se tornaban irreversibles.

Embed
Ronald Reagan en 1987: Sr. Gorbachov, derribe este muro
Ronald Reagan en 1987: "Sr. Gorbachov, derribe este muro"

En ese período, llegó por segunda vez a Berlín Ronald Reagan. El presidente norteamericano, desde un estrado con la puerta de Brandeburgo como fondo, lanzó su famosa frase a modo de desafío: “Sr. Gorbachov, ¡derribe este muro!”.

Para que eso ocurriera fue indispensable el cambio de la cabeza en el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, por sus siglas en alemán). Egon Krenz, alineado con las reformas que impulsaba Gorbachov, tomó la conducción del país el 18 de octubre de 1989. Apenas 22 días antes de la caída del muro. Su antecesor, Erich Honecker, era un antiguo defensor de la doctrina comunista desde los tiempos de Stalin. Nada propenso a los aires de cambio tras la cortina de hierro.

Así llegó el momento esperado por más de una generación. Como muchos cambios fundamentales, un pequeño error lo precipitó todo.

El gobierno comunista de Alemania decidió cambios más flexibles para el paso de un sector al otro.

La caída

El 9 de noviembre de 1989 iba a cambiar la historia del muro. En la conferencia de prensa en la que se anunciaron las modificaciones migratorias, ocurrió algo que no estaba, de verdad, en los papeles.

Embed
9/11/1989. Anuncian la libertad de paso desde Berlín Oriental. El muro estaba por caer
9/11/1989. Anuncian la libertad de paso desde Berlín Oriental. El muro estaba por caer

Günter Schabowski, miembro del politburó del SED, anunció que todas las restricciones para transitar por Alemania se levantaban.

Riccardo Erhman, corresponsal de la agencia Italiana ANSA preguntó: "¿Cuándo entra en vigor?". Schaboswki, dudó, buscó entre las hojas que tenía y respondió, sin pensar: “De inmediato”.

En realidad, la medida comenzaría a regir desde el día 10, pero el funcionario, sorprendido, no encontró el dato.

Embed
9/11/1989.Festejos ante el paso a la libertad de los alemanes del este
9/11/1989.Festejos ante el paso a la libertad de los alemanes del este

Fue suficiente. De un lado y del otro, millares de alemanes se agolparon a lo largo de la franja de concreto, alambrados y espacios “vacíos” que los separaban. A las 11 de la noche, se animaron a cruzar el Muro de Berlín. Los soldados orientales, sin órdenes específicas, permanecieron en sus puestos, pero sin actuar.

Embed
9/11/1989. Sin temores, millares de berlineses cruzaron el muro ya sin jugarse la vida
9/11/1989. Sin temores, millares de berlineses cruzaron el muro ya sin jugarse la vida

Lo que siguió fue un momento histórico. Familias que volvieron a reunirse, personas que, por primera vez en su vida, tras una espera de 28 años, pasaban a la Berlín libre. Festejos con gritos, abrazos, cerveza y champán, marcaron el fin de una época.

Embed
10/11/1989.  Los primeros bloques del muro son derribados
10/11/1989. Los primeros bloques del muro son derribados

Enseguida, ya con el miedo como un pesado recuerdo, la gente se abalanzó sobre la extensión del muro. Desde la base y desde su cima comenzaron a golpearlo con lo que tuvieran a mano.

Embed
2019. Realidad virtual en el histórico Checkpoint Charlie.
2019. Realidad virtual en el histórico "Checkpoint Charlie".

El muro, 28 años después

Se recuperó la puerta de Brandeburgo como símbolo. Durante 28 años, estuvo en la “zona de nadie”. Solo militares occidentales u orientales podían ingresar o permitir la presencia de “personas especiales”.

El 3 de octubre de 1990, desapareció la RDA, con la reunificación alemana.

Embed
2019. Restos del muro permanecen de pie. como Recuerdo de lo que no debe repetirse
2019. Restos del muro permanecen de pie. como Recuerdo de lo que no debe repetirse

El muro de la vergüenza sigue. Pero con un sentido diferente. Sus fragmentos se mantienen en algunos sitios de Berlín. También hay bloques de concreto, enviados alrededor del mundo como un símbolo de la libertad y la unión de un pueblo. Por encima de todo.