Una vez que se tiene el conocimiento y la capacidad instalada para enriquecer el uranio, todo depende de la decisión y la importancia geopolítica de los países para avanzar en el armado de armas nucleares. Irán, claramente, tuvo siempre ese objetivo final. Por eso, la presión constante de Estados Unidos y sobre todo, de Israel, a quien el régimen fundamentalista de Teherán le niega el derecho a existir.
Por eso, ante esta guerra no declarada, corresponde hacerse una pregunta clave: ¿qué puede suceder si se destruyen por bombardeos y ataques los sitios subterráneos en los que Irán enriquece y almacena el uranio? ¿Puede ser otro Chernóbil?
¿A las puertas de otro accidente nuclear?
Se repite la pregunta que ganó gran interés en el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania. En Ucrania está la central desactivada que explotó en 1986, cuando aún era parte de la Unión Soviética. Ese accidente, en el que se voló toda la cubierta de protección del reactor, provocó una radiación que mató de manera casi instantánea a 34 personas. Además, 134 trabajadores de la planta y personal de emergencia sufrieron el síndrome de radiación aguda.
Muchos de los sobrevivientes sufrieron enfermedades de la piel y otras graves inducidas por la radiación. Se considera que con el paso del tiempo, al menos se produjeron 6000 casos de cáncer.
accidentes nucleares.jpg
Three mile Island (EE.UU., 1979), Chernobil (Ucrania/URSS, 1986) y Fukushima (Japón, 2011). Tres accidentes en centrales nucleares. ¿Antecedente de lo que puede suceder en Irán? (Foto: A24.com)
Unos años antes, en 1979, en Estados Unidos, hubo una fuga y explosión en la central nuclear de Three Mile Island. El accidente no ocasionó víctimas, pero hizo que se revisaran y mejoraran todos los protocolos de seguridad a nivel mundial. La central se cerró inmediatamente y solo en 2028 podría reabrir si pasa un riguroso control.
En 2011, un terremoto en Japón provocó un tsunami que hizo que las olas de agua salada afectaran a la central nuclear de Fukushima. Hubo que evacuar a cientos de miles de personas en un radio de 20 kilómetros por la radiactividad liberada. Aún hoy, 15 años más tarde, se mantiene la zona de exclusión en torno a Fukushima.
Rafael Grossi.jpg
Rafael Grossi, el argentino titular de la Agencia de la ONU para el uso pacífico de la energía nuclear (Foto: cuenta personal de X de Grossi).
No fue una "bomba nuclear" pero tuvo un efecto similar por las consecuencias de la radiación liberada. El temor es que lo mismo pueda suceder en las instalaciones secretas de Irán en Natanz. Israel ya la atacó, pero produjo daños "menores".
Estados Unidos tiene la capacidad militar para penetrar con bombas especiales las defensas de esos complejos y, luego, atacar con misiles la instalación subterránea. Es ahí donde está el principal peligro. Qué condiciones de seguridad tiene el proceso de enriquecimiento del uranio -que lo convierte en peligrosamente radiactivo- y los depósitos en los que es almacenado para su uso.
plan de desarrollo nuclear de Irán.jpg
Si una bomba destruyera esas instalaciones, el uranio radiactivo podría quedar liberado. Dependería entonces del grado de daño de ese complejo para que la radiación fuera contenida o, caso contrario, se liberara en el medio ambiente como en Chernóbil.
Una vez más, regresamos con el importante funcionario argentino en Naciones Unidas. “No hay impacto radiológico externo para la población o el medio ambiente”, dijo ante los reportes de los ataques de Israel. Las fuerzas de defensa de Israel (IDF) mostraron imágenes satelitales del daño provocado en esas instalaciones.
El riesgo de accidentes con uranio enriquecido
El uranio es un mineral que en su estado natural emite una radiación, pero no es peligrosa. Se requiere un proceso complejo para enriquecerlo. Es decir, para que sea apto para poder ser el "combustible" de los reactores nucleares.
el enriquecimiento de uranio.jpg
El enriquecimiento de uranio. Una vez que aumenta su radiactividad y concentración, se puede usar para generar energía eléctrica o desarrollar una bomba atómica. (Foto: A24.com)
Un complejo proceso hace que el mineral tomado de la tierra se convierta en uranio-235, que tiene una mayor concentración de radiación. Finalmente, acaba en unas pequeñas pastillas que, pese a tener una pequeña masa, concentran y pueden liberar una energía extraordinaria.
Ya al 5% enriquecido sirve para producir energía eléctrica. Irán está en capacidad de enriquecerlo al 60%. Para poder tener la bomba atómica, debe llegar al 90%. Según fuentes internacionales, ese proceso puede demandar un par de años más, en el supuesto de no tener que enfrentar, por ejemplo, una guerra como ahora.
Entonces, el problema central en este momento es saber qué tipo de estructura tiene Irán bajo la superficie. El uranio radiactivo debe ser preservado en diferentes etapas de seguridad. Todo el complejo debe tener un revestimiento especial de hierro y cemento concreto que proteja ante una eventual "fuga" o "perdida" o "accidente".
Qué tipo de protección tiene Irán, es un secreto. O si Israel o Estados Unidos los saben, también es "su" secreto. “Es poco probable que haya una contaminación significativa más allá de los límites del sitio, simplemente porque la instalación de enriquecimiento o el reactor estarían enterrados bajo toneladas de tierra y hormigón", dicen los expertos.