Juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski: la insólita reacción de los Sena y sus extraños mensajes
Es una nueva jornada del juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski. Gloria Romero, la mamá, volvió a declarar y reveló detalles perturbadores sobre los mensajes que recibió en los días posteriores a la desaparición de su hija.
Juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski: la insólita reacción de los Sena y sus extraños mensajes. (Foto: archivo)
En una jornada cargada de tensión en Resistencia, Chaco, Emerenciano y César Sena volvieron a cubrirse el rostro ante las cámaras mientras se reanudaba el juicio por elfemicidio de Cecilia Strzyzowski. En la sala, la madre de la víctima, Gloria Romero, retomó su declaración entre lágrimas, revelando detalles escalofriantes sobre los mensajes que recibió tras la desaparición de su hija y que, según sospecha, fueron escritos por su asesino.
Las imágenes que indignaron a todos: los Sena, tapándose la cara
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Los investigadores sostienen que Cecilia Strzyzowski fue asesinada el 2 de junio de 2023 en la casa de los Sena. (Foto: archivo)
El comienzo de la nueva audiencia estuvo marcado por una escena insólita. Mientras los medios ingresaban a la sala para registrar el inicio de la jornada, Emerenciano y César Sena decidieron cubrirse los rostros: el padre con un barbijo, el hijo con una hoja de papel.
Ambos evitaron ser fotografiados, giraron la cabeza y se negaron a mirar a las cámaras. No es la primera vez que lo hacen. En audiencias anteriores, Emerenciano incluso dio la espalda a la prensa, en un gesto interpretado por los familiares de Cecilia como una provocación o un intento de ocultar el rostro de la vergüenza.
A diferencia de ellos, Marcela Acuña, madre de César, permaneció serena, con el rostro descubierto y en silencio. Los tres están sentados separados, cada uno con su defensa, enfrentando acusaciones por homicidio doblemente agravado por el vínculo y en contexto de violencia de género.
César está imputado como autor material, mientras que sus padres figuran como partícipes primarios. También se juzga a Fabiana González, José Obregón, Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso por encubrimiento agravado.
Gloria Romero volvió a declarar: dolor, sospechas y un mensaje perturbador
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Gloria Romero, la mamá de Cecilia Strzyzowski, busca justicia por el crimen de su hija. (Foto: archivo)
El testimonio de Gloria Romero, la madre de Cecilia, fue nuevamente el eje de la jornada. La mujer, que el viernes había sufrido una descompensación en plena declaración, retomó su relato visiblemente afectada.
“Ese hollín era mi hija”, dijo entre lágrimas al recordar el momento en que le mostraron las pertenencias de Cecilia encontradas en el predio de los Sena.
“No tengo más vida. Si me pegan un tiro me hacen un favor. Me fui porque me pusieron una bolsa con la cara de mi otra hija. Pero a mí, si me pegan un tiro, me hacen un favor”, apuntó.
Los extraños mensajes que avivaron las sospechas de la mamá de Cecilia
Romero repasó los días posteriores a la desaparición y los mensajes extraños que recibió del teléfono de su hija. En uno de ellos, fechado en mayo de 2023, Cecilia le contaba sobre los planes para mudarse a Ushuaia junto a César, hablándole de su nuevo trabajo, del sueldo y de la casa donde vivirían.
Pero algo no encajaba: “Los mensajes eran raros. No era mi hija la que escribía”, aseguró ante el jurado.
Uno de los mensajes decía: “Ya estamos en el hotel, hermoso todo. Solo que se me cayó el celular al baño jeje”. Para Gloria, ese simple “jeje” fue suficiente para entender que algo andaba mal: “Cecilia nunca usaba esa expresión, ni dejaba de mandar fotos. Ese mensaje no era de ella, era de César haciéndose pasar por ella”.
La madre relató que, pese a sus sospechas, insistió en escribirle. Días después recibió otro mensaje, en el que supuestamente Cecilia contaba que su perro se había lastimado: “Casi me desmayo cuando vi la herida”.
"Cecilia quería ser veterinaria y había presenciado operaciones", explicó Romero. Fue entonces cuando comprendió que su hija ya no estaba viva y que era César quien usaba el celular para simular que todo seguía normal.
Durante el relato, Gloria se quebró en varias oportunidades. Los jueces dispusieron un cuarto intermedio para que pudiera recuperarse. “Me están matando otra vez, cada vez que vuelvo acá”, alcanzó a decir antes de abandonar brevemente la sala.
La estrategia de la defensa: pedir la nulidad
Mientras la madre reconstruía los últimos días de su hija, la defensa del clan Sena anunció que solicitará la nulidad del proceso. Alegan que el fiscal del caso visitó a Gloria Romero en el hotel donde se hospeda, lo que, según ellos, podría “condicionar su testimonio”.
El pedido generó malestar entre los familiares de la víctima y fue calificado por allegados al expediente como “una maniobra dilatoria más” del equipo legal de los acusados.
Testimonios que estremecen: el amigo, la psicóloga y los empleados del clan
La jornada también incluyó testimonios clave. Uno de ellos fue el de “Papa”, un amigo cercano de Cecilia que declaró bajo identidad reservada. Según su relato, César controlaba cada movimiento de la joven. “Después de cada pelea, le decía: ‘No puedo estar sin vos’, pero no era amor, era manipulación”, contó.
El testigo recordó que en octubre de 2022, Cecilia le confesó por mensaje que César había golpeado a su madre. “Si le pega a su vieja, ¿qué me espera a mí? Me va a cagar a trompadas”, escribió la joven.
Otro testigo fue la psicóloga María Eugenia Álvarez Piccilli, quien atendía a Cecilia y a César en terapia de pareja. La profesional explicó que el joven estaba bajo tratamiento psiquiátrico y medicado, y que Cecilia le había contado que tenía miedo de su comportamiento.
“Ella sentía que todo giraba alrededor de él: su trabajo, sus amigos, su vida. Me dijo que dependía emocionalmente y que no sabía cómo salir”, relató la psicóloga.
También declararon empleadas del clan Sena, quienes confirmaron haber visto a César el día del crimen. Una de ellas lo vio cubierto de hollín, detalle que coincide con la hipótesis de la fiscalía: que el cuerpo de Cecilia fue quemado en la chanchería familiar tras ser asesinada.
Las pruebas del femicidio de Cecilia Strzyzowski
Los investigadores sostienen que Cecilia Strzyzowski fue asesinada el 2 de junio de 2023 en la casa de los Sena, en Resistencia, Chaco. Luego, su cuerpo habría sido trasladado y calcinado en un campo de la familia, en el predio conocido como la chanchería.
Durante la búsqueda se encontraron restos óseos y cenizas en el río Tragadero, aunque no fue posible obtener ADN por el avanzado estado de degradación.
La acusación central se apoya en pruebas periciales, rastros biológicos y peritajes de celulares que colocan a César en el lugar del crimen y demuestran el uso del teléfono de la víctima después de su muerte.
Un juicio bajo estrictas medidas
El juicio se desarrolla en el Centro de Estudios Judiciales de Resistencia, con prensa limitada. Solo se permite el ingreso de cámaras unos minutos antes del inicio. El resto de los periodistas sigue las audiencias desde una sala de transmisión cerrada en el Superior Tribunal de Justicia provincial.
No se permite ingresar con celulares ni grabadoras, apenas con un cuaderno para tomar notas.
La jueza Dolly Fernández, junto a un jurado popular, encabeza el proceso que podría extenderse varias semanas.
El trasfondo: control, manipulación y violencia de César a Cecilia
La relación entre Cecilia y César había comenzado en 2021. Se conocieron por Tinder, pero rápidamente se convirtió en un vínculo marcado por los celos, el control y la dependencia emocional.
“Yo no quería que siguiera con él. Le dije: ‘Él o yo’, y me contestó: ‘Mami, me voy a casar’. Era mi única hija”, contó Gloria Romero.
De acuerdo con los peritajes psicológicos, Cecilia vivía un ciclo de violencia: discusiones seguidas de reconciliaciones, promesas de cambio y nuevas agresiones.
En un mensaje recuperado de su celular, escribió: “Si me quedo, puede volver a pasar lo de hoy, y tengo miedo”.
Semanas después, desapareció.
Una madre que no se rinde
A más de dos años del crimen, Gloria Romero se convirtió en símbolo de lucha por la justicia. Suele llegar a los tribunales con una remera que lleva el rostro de su hija y un mensaje: “Cecilia somos todas”.
“No quiero venganza, quiero justicia”, repite cada vez que la prensa logra acercarse a ella.
Mientras tanto, los Sena insisten en ocultar sus rostros. Un gesto que, para muchos, ya se convirtió en el símbolo del desprecio y la cobardía de quienes buscan eludir las cámaras, pero no pueden escapar de las pruebas.