La necesidad de buscar urgente apoyo entre empresarios, sindicatos y la oposición es la nueva exigencia del FMI para aprobar el plan económico plurianual que está preparando Guzmán y que presentará -según confirmó la vocera Gabriela Cerruti- la próxima semana al Congreso para reestructurar la deuda con el FMI.
El jefe de gabinete, es además el guardián de la figura presidencial -cuya palabra quedó devaluada después de casi dos años de pandemia y varios escándalos e idas y vueltas con medidas antipáticas para los empresarios que ven con malos ojos el cepo al dólar, los controles de precios y de los procesos de producción medidas que el gobierno promete son "transitorias" para calmar las presiones por la imparable inflación, los rumores de una devaluación y la falta de dólares.
Manzur y la doctrina del peronismo ortodoxo. ¿Un giro al centro, avalado por CFK?
En el entorno del jefe de Gabinete explicaron la movida del Gobierno en las últimas horas como un retorno a las conversaciones congeladas con los industriales por la grieta histórica entre "un pequeño grupo de los empresarios" y el kirchnerismo duro que los acusa de recalentar la inflación con acciones monopólicas.
“Este es el momento histórico para dejar atrás falsas antinomias que no le sirven absolutamente a nadie y hacer una apuesta fuerte por el desarrollo de la Argentina. Hay luces rojas, amarillas y verdes, tenemos que poder verlas a todas, a veces parece en esta grieta algunos solo ven las luces rojas y otros solo las verdes, nuestra obligación es verlas a todas. La lucha contra la inflación hay que tomarla como un fenómeno complejo multicausal que no se resuelve con ajuste" fue el mensaje de Manzur para intentar acercar a empresarios y romper los prejuicios que tienen con el kirchnerismo.
En el círculo más cercano Manzur cuentan que el jefe de ministros considera “un certificado de normalidad” el acuerdo con el FMI para poder iniciar un camino de ajuste de las variables económicas que finalmente destraben la llegada de inversiones y de financiamiento al país.
Evitar que la Argentina vuelva a caer en default por la escasez de reservas en dólares con los primeros vencimientos de la deuda en 2022 es hoy el principal objetivo. Y para eso, Manzur ensayó ante empresarios un discurso de la “doctrina peronista”. Dijo que es "pragmática" y que "cree en el capitalismo como mejor sistema económico" y les prometió que va a hacer todo lo posible para cerrar el acuerdo con el FMI.
Pero la incertidumbre sigue porque el Gobierno, a dos semanas del anuncio presidencial, sigue sin mostrar los números del plan económico plurianual que aseguran, no contendrá un ajuste fiscal sino que el equilibrio se buscará con crecimiento de las exportaciones.
Las dudas por el silencio de Cristina Kirchner y el mensaje de La Cámpora
Cristina Kirchner mantuvo un silencio que hizo ruido en los mercados locales e internacionales, que desconfían del éxito de las negociaciones que lleva adelante Guzmán con el staff del FMI, frente a las críticas reiteradas de la vicepresidenta y de La Cámpora.
El temor es que una nueva carta de Cristina Kirchner haga volar cualquier acuerdo por los aires. El tema siguió siendo foco de debate en los pasillos de la Casa Rosada esta semana y en el entorno más cercano a Manzur.
Mientras la vicepresidenta se llamó a un estratégico silencio para no entorpecer las negociaciones, el ministro del Interior, Wado De Pedro se transformó en la voz oficial del kirchnerismo en el Gobierno.
El objetivo de De Pedro, fue el mismo que el del discurso de Manzur, que hablaba desde la postura más ortodoxa del peronismo de los gobernadores y líderes territoriales: “Queremos terminar con los prejuicios de que La Cámpora es anticapitalista o anti empresaria”, dijo cuando le preguntaron sobre qué pensaba de esto Cristina.
Y aseguró que todo el Gobierno nacional "tiene la misma postura" en cuanto a honrar los compromisos de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). "Fue el kirchnerismo el que pagó la deuda con el Fondo", recordó el Ministro en relación a aquel pago del presidente Néstor Kirchner al FMI por 9.800 millones de dólares, en enero de 2006.
Lo escucharon representantes del BBVA, Codere, Dycasa, Iberconsa, Indra, Naturgy, PAE, Prosegur, Santander, Telefónica, Abertis, Air Europa, Alvarez Argüelles Hoteles, Día Argentina, Iberia y Roca Argentina; es decir las 16 firmas líderes de España con negocios en el país.
La deuda permitió una "tensa tregua" en pelea interna del Frente de Todos
Juan Manzur y Wado De Pedro se mostraron junto al gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella este viernes en el Patio de las Palmeras de Casa Rosada..jpg
Al menos, en las primeras dos semanas post derrota electoral, el albertismo y los máximos dirigentes del Instituto Patria y de La Cámpora trataron con estratégicos silencios, de mantener una tensa calma mirando la urgencia de la economía y postergaron las primeras reuniones para Institucionalizar el Frente de Todos como un frente político, como pidió el Presidente.
En esa pelea que se avecina, las tribus del FdT buscarán posicionar a los candidatos no solo para la sucesión presidencial, sino también de los gobernadores, intendentes y legisladores en 2023.
El acto de cierre de campaña del Frente de Todos en Merlo, el jueves antes de las elecciones del 14 de noviembre fue la última vez que Alberto Fernández y Cristina Kirchner se mostraron juntos en público.
Sin embargo, desde el entorno de ambos aseguran que "hablan permanentemente por teléfono" para discutir la toma de decisiones.
“Se viene para adelante un interesante proceso de discusión en la definición de la política del Frente de Todos. Hay que organizar el frente para discutir. Nosotros podemos ganar o podemos perder la discusión”, admiten desde el sector que rodea a Manzur y a Alberto Fernández en la Casa Rosada.
Eso quedó reflejado en un discurso de fuerte tono político de Manzur el jueves en el que confirmó la peronización del gobierno, la ratificación de los ministros, incluso de Guzmán, mientras esperaban las primeras reacciones de CFK.
Y una irónica foto con serrucho, pico y pala en las manos de Manzur junto al ministro Matías Kulfas que tuvo fuertes entredichos esta semana con el secretario de Comercio, Ricardo Feletti, un funcionario alineado a Cristina, y el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, que se resiste a entregar la conducción del PJ bonaerense a Máximo Kirchner.
Gray ya se había mostrado plantando un árbol diciendo "yo me planto", en el primer planteo de resistencia a que La Cámpora conduzca el PJ bonaerense.
Juan Manzur, Matías Kulfas y el intendente Fernando Gray, tres desafiantes de La Cámpora..jpg
En ese clima de tensa calma, el aval y la tregua del kirchnerismo llegó el mismo jueves.
El silencio de Cristina pareció terminar con un comunicado del Ministerio del Interior, después de una reunión que tuvo lugar esa misma tarde en el despacho de Wado De Pedro en la Casa Rosada. Estuvieron Máximo Kirchner, Andrés El Cuervo Larroque y Axel Kicillof.
De Pedro había encabezado, después de la derrota del Frente de Todos en las PASO, la rebelión de funcionarios K que empujaron a los cambios de Gabinete con la salida de los más cercanos colaboradores de Alberto Fernández:
“Todo el gobierno apoya las negociaciones con el FMI y a Guzmán”, dijo esta vez el ministro del Interior ante encumbrados empresarios. Fue una las frases más resonantes que se escucharon en el oficialismo como preludio de las próximas dos semanas claves para el Gobierno que incluirán el llamado al diálogo a la oposición para tratar de conseguir apoyo al programa económico a firmar con el FMI, en medio del recambio de diputados y senadores electos en el Congreso. ¿Lo lograrán?