Casa Rosada

Dólar: el plan de Milei para que la "flotación cambiaria" no derive en aumento de precios y el deseo de la profecía autocumplida

El Gobierno asegura que el dólar va a bajar de los $1000. Espera que los argentinos salgan a vender los ahorros del colchón, que el campo liquide exportaciones, atraer inversiones extranjeras y se cumpla la profecía de la dolarización endógena. Todo antes de las elecciones.

Stella Gárnica
por Stella Gárnica |
Javier y Karina Milei y el plan de Luis Caputo de salida total del cepo para agosto

Javier y Karina Milei y el plan de Luis Caputo de salida total del cepo para agosto, como parte de la agenda electoral. Foto: Archivo.

A partir del fuerte respaldo del FMI y los Estados Unidos con fondos frescos para fortalecer las reservas del Banco Central, el Gobierno asegura que todas las variables macroeconómicas se alinearán en los próximos meses con el dólar oficial y el paralelo confluyendo hacia el piso de la banda de flotación cambiaria. Y que al bajar, impulsará a la baja todos los precios relativos de la economía y se pulverizará la inflación.

Ese momento llegaría, según anticipó a A24.com una alta fuente de la Casa Rosada, entre "mediados de julio o agosto", cuando la brecha cambiaria y la inflación confluyan en el 1%.

Con ese discurso y la promesa de sostener el equilibrio fiscal y la base monetaria reducida, Javier Milei espera convencer a los argentinos que mantienen dólares bajo el colchón que salgan a vender la divisa ahora. Cerca de Milei dicen que "el dólar va a bajar incluso hasta los $800 o $900 y van a perder": el peso pasará a ser una moneda fuerte debido a su escasez.

En paralelo, para sumar a la oferta de dólares en el mercado de flotación, que haga bajar el precio del dólar, ya tomó otras medidas de flexibilización del cepo esta semana para atraer inversores extranjeros. Buscan para que aumente la oferta en el mercado cambiario y se cumpla la profecía de una caída del dólar por debajo de la banda de $1000.

Ese será el momento de la dolarización endógena, como llama Milei al intercambio libre de monedas en cualquier transacción de la economía. La flotación administrada se terminaría según ese esquema que analiza el Gobierno, antes de las elecciones generales de octubre. entre mediados de julio y agosto. Cerca de Milei insisten en que con este esquema de bandas de flotación, "el precio del dólar lo pondrá el mercado, por eso esta salida del cepo no implica una devaluación".

En los pasillos de la Casa Rosada, en la primera semana post anuncio del nuevo régimen cambiario calificaron la salida del cepo como "exitosa". TMAP.

Expectativas sobre lo que pueda suceder con el tipo de cambio en la segunda semana sin cepo

JAVIER MILEI: "ELIMINAMOS EL CEPO PARA SIEMPRE"
JAVIER MILEI: "ELIMINAMOS EL CEPO PARA SIEMPRE"

Esta semana post salida del cepo, la discusión se centró en el traslado del aumento del dólar oficial a los alimentos, que el Gobierno salió a repudiar con fuertes presiones y rechazos de los grandes supermercados.

La apertura de importaciones es la otra herramienta que Javier Milei y Luis Toto Caputo amenazan con aplicar a las alimenticias y a otros sectores de la producción local que generen aumentos por encima de la inflación que espera el Gobierno (que vuelva a bajar por debajo del 2% mensual), mientras siguen pisando los salarios, las jubilaciones y el consumo.

Otra herramienta que promete usar el gobierno para impulsar el reacomodamiento de los precios locales es la baja de impuestos, pero aclara que la reforma tributaria integral recién será enviada al Congreso después de que asuman los diputados y senadores que sean electos en octubre, y renueven el Congreso en diciembre de este año.

El Gobierno ratificó que la intención es que el tipo de cambio flote libremente entre las bandas y que no intervendrá, salvo cuando el dólar baje del piso, el BCRA saldrá a comprar para subirlo y acumular reservas como cuando supere el techo de los $1400, saldrá a vender para morigerar la volatilidad y una eventual corrida.

Es el plan para intentar generar confianza en los mercados ratificando que no emitirá pesos sin respaldo y refutar las críticas de la oposición que acusan al Gobierno de esconder una devaluación de entre el 8 y el 30 % con la salida del cepo anunciada el viernes pasado.

Según la letra chica del acuerdo con el FMI, Argentina deberá acumular u$s 4.400 millones de reservas netas a junio 2025 y u$s 4.500 adicionales a diciembre de este año, por eso el Gobierno espera que el tipo de cambio converja a la banda inferior para poder comprar reservas y cumplir con estos objetivos.

Pero de no lograrlo, ese plan podría contradecir el compromiso asumido ante el FMI de acumulación de reservas del BCRA.

El Gobierno parece estar buscando lograr la hazaña con la reciente flexibilización para el acceso al mercado de cambios para inversores no residentes. A partir de la comunicación del 15 de abril a la noche, el BCRA autorizó el ingreso y egreso de capitales financieros a través del MULC para no residentes que muestren un mínimo de permanencia de 6 meses en el país.

Permitir el acceso de inversiones financieras de no residentes podría cumplir varios objetivos al mismo tiempo como apreciar la moneda y conseguir un comprador marginal para los instrumentos en pesos del Tesoro.

Un tipo de cambio en $1000 sería comparable al que rigió durante la convertibilidad de Carlos Menem y Domingo Cavallo, o incluso a los valores del tipo de cambio oficial en 2015, previo a la unificación cambiaria de Mauricio Macri.

La discusión en todo ese proceso se dará en medio de la campaña electoral, y la duda ahora es cómo ese reacomodamiento del tipo de cambio influirá en las tasas de interés y en los precios generales de la economía. Sobre todo porque otro compromiso pendiente del Gobierno en el acuerdo con el FMI, es terminar de eliminar los subsidios a las tarifas de servicios públicos como parte del ajuste fiscal.