Por todo esto, el escenario electoral de octubre está completamente abierto.
Las dudas sobre la boleta única y la oportunidad para los más chicos
Todavía no queda claro cómo va a reaccionar la gente frente a eso en el cuarto oscuro. Pero en principio se podría pensar que va a disminuir mucho el efecto arrastre y que la cara del candidato en cada una de las categorías va a ser importante.
El que quiera elegir la lista completa va a tener que marcar uno por uno los candidatos. Esto lleva a un corte de boleta casi obligado. Fue uno de los motivos que pesó para que Kicillof separara la elección nacional de la provincial.
Por eso, Juan Grabois podía pensar en presentarse por afuera del peronismo y tenía mucho más poder de fuego para cortarse solo. No necesita una estructura de 500 candidatos en toda la Provincia; le alcanza con 35 titulares y unos suplentes de la lista de diputados. Todo se simplifica. Quizás eso ayudó a que pudiera negociar desde una posición de fuerza y obtener el primer lugar en la lista de diputados de CABA y el tercero (para él mismo) en la provincial.
En otros lugares hay fuerzas que pueden no presentar candidato a senador, pero ser competitivas de todos modos en Diputados. En Santa Fe, donde ya se implementó este sistema, el "corte de boleta" es total.
Massa Kicillof y Máximo
Sergio Massa, Máximo Kirchner y Axel Kicillof. El peronismo, en momento de definiciones (Foto: archivo).
¿Quién va a ir a votar?
Cuánta gente vota y por quién. A los encuestadores ya no les alcanza con tocar el timbre o llamar por teléfono y preguntar a quién van a votar: también tienen que consultar si la persona va a ir a las urnas ese día y de qué modo eso afecta a cada uno de los candidatos.
En una reunión del peronismo, un importante intendente dijo que la clave de esta elección sería movilizar a la mayor cantidad de personas para ir a votar y que para eso hacía falta poner a trabajar a todo el aparato. Puso como ejemplo su municipio, donde tienen una gran base de votantes extranjeros, que a priori serían más afines al peronismo.
Pero los analistas de opinión pública hoy dudan de esas máximas. ¿Cómo saben que realmente esa gente los va a votar a ellos? ¿No votaron los inmigrantes norteamericanos por Trump a pesar de que él prometía que los iba a deportar si ganaba?
La campaña electoral pasa a tener desde este año una nueva dimensión: los partidos no solamente tienen que convencer para que se inclinen por su candidato, sino también para que la gente que potencialmente pueda votarlo, efectivamente vaya a votar. Porque si no va a votar, no va a recibir ningún voto (la cacofonía de la frase es absolutamente intencional, estimado lector/a).
Por otro lado, también resulta tentador convencer de que no vayan aquellos que potencialmente podrían votar en contra.
Y acá apareció una de las grandes discusiones en el peronismo de las últimas horas: ¿poner un candidato fuerte que garantice la movilización de la base propia; o poner a alguien perfil bajo que garantice la unidad del espacio, aun perdiendo capacidad de impacto?
Uno de los problemas era tratar de medir esa variable. Algunos consultores lo intentaron, pero no les fue muy bien. Primero hay que preguntarle a alguien por quién va a votar y después cruzarlo por sus ganas de ir ese día a la elección. Y luego cruzarlo por localidad. Harían falta demasiados casos para poder encarar algo así y pocas encuestadoras en la Argentina pueden hacerlo.
Esa variable queda a ciegas entonces.
Modelo ilustrativo de la Boleta Unica Papel que se usará en las elecciones legislativas de octubre, porprimera vez a nivel nacional. Foto A24.com.
Un modelo de la Boleta Única de papel que se utilizará en las próximas elecciones (Foto: archivo).
Para el oficialismo también es un desafío saber si conviene que la gente vaya a votar o no. Hasta hace 15 días, estaban convencidos de que cuantos menos votarán era mejor para ellos.
Pero en los últimos días cambiaron la estrategia. Por eso en los spots de la Provincia de Buenos Aires se invita a la gente a votar. O al menos a los libertarios.
¿Cómo están hoy las encuestas en la elección bonaerense?
El cierre de listas nacionales se mezcló con la elección bonaerense, que será en apenas 20 días. La consultora Proyección midió posibles resultados con más de 6000 casos (nada despreciable).
Arrojo estos datos:
Sección 1 (Norte y Oeste conurbano)
- LLA: 41,3%
- Fuerza Patria: 35,9%
- Somos: 5,6%
Sección 2 (San Nicolás, Zárate, Pergamino, etc)
- Fuerza Patria: 32,6%
- LLA: 31,4%
- Hechos: 16,9%
Sección 3 (Sur conurbano, bastión peronista)
- Fuerza Patria: 46,4%
- LLA: 31,3%
Sección 4 (Junín, Chivilcoy)
- Fuerza Patria: 33,4%
- LLA: 32,3%
- Somos: 16,6%
Sección 5 (Mar del Plata, la Costa y otros)
- LLA: 46,6%
- Fuerza Patria: 29,7%
- Somos: 5,2%
Sección 6 (Bahía Blanca y alrededores)
- LLA: 41,5%
- Fuerza Patria: 28,8%
- Somos: 8,2%
Sección 7 (Olavarría y Azul)
- LLA: 40,1%
- Fuerza Patria: 29,5%
- Somos: 6,7%
Sección 8 (La Plata)
- LLA: 36,3%
- Fuerza Patria: 36,0%
- Somos: 5%
Conclusión:
- La Libertad Avanza gana cómodo en 4 secciones.
- Fuerza Patria gana cómodo en 1 sola, la tercera; pero como es la más grande hace mucha diferencia en el total.
- Hay empate técnico en 3.
En estas elecciones, el mapa suele pintarse de amarillo (ahora violeta), pero el peronismo descuenta con la cantidad de votos que saca en la tercera sección electoral y en parte de la primera.
Habrá que ver qué pasa en esta elección, donde el peso de los intendentes y dirigentes locales puede tener otro tipo de tracción.
¿Qué dice la misma encuesta para las elecciones de octubre?
- 47% ve con buenos ojos el gobierno de Milei y 48,5% lo critica.
- Fuerza Patria aparece ganando por 1 punto (38,1% a 37,3). En encuestas, eso es un empate. Hay 8,5% que no sabe aún.
Javier Milei en La Plata
De acuerdo con una encuesta con 6.000 casos, La Libertad Avanza se impone cómodo en 4 secciones (Foto: archivo).
La interna peronista y las complicaciones logísticas
"Están a 20 días de la elección sin resolver ninguna campaña ni estrategia”, se queja un dirigente de La Cámpora a cargo de la elección en un distrito clave del conurbano.
"Necesitás aumentar la participación, que la gente sepa que el 7 de septiembre se vota, que entre a la página para ver dónde vota, porque seguramente le modificaron la escuela, y en octubre va a votar en otra distinta", plantea. En ese esquema, dicen, “la campaña es bien de polarización: nosotros contra ellos".
Kicillof ve su propia película. Dice que la gente va a ir a votar a los dirigentes que lo ayudaron en su “metro cuadrado” (intendentes u otros) y que permitieron que el Estado funcione como “escudo y como red” frente a los “desastres que hace el Estado nacional". No hay grandes números que avalen esta teoría. La cabeza del gobernador está puesta en esta elección y no tanto en la de octubre.
En el massismo ven una tercera película. La imagen de Milei cae (2,5% la semana pasada, después de la cadena, dicen los gurúes que lo vienen midiendo) y peor en Provincia. Las expectativas se derrumban y no hay balotaje; o sea, que el que sale tercero puede tener un rol importante.
“El problema es que colapsa Milei, pero nosotros no somos alternativa”, se sincera un dirigente massista. “Para la campaña hay que decidir si se alienta o desalienta la participación. Y para eso es clave cuándo tomar la decisión y medirlo cerca de la campaña”, asegura.
Mientras la economía hace lo suyo, las fuerzas políticas definen cómo encarar esta campaña inédita. Las elecciones de septiembre van a ser un primer termómetro; las de octubre van a marcar el inicio de una nueva etapa.