Especialmente esa gente va a estar en problemas porque se va a encontrar en el lugar de votación (recordamos, no hay cuarto oscuro formalmente hablando, sino unos cubículos minúsculos) con un panorama muy distinto al habitual.
En general, en las elecciones con boleta tradicional el que “se lleva la marca” es el candidato que encabeza la boleta (presidente, gobernador, senador…). Y la enorme mayoría de la gente agarra la lista completa y termina votando a los candidatos del mismo partido para las otras categorías (diputados, concejales, etc).
En la boleta única papel no existe la posibilidad de votar a la lista completa. Los votantes de los lugares en que se eligen senadores y diputados (por ejemplo, CABA) van a tener que hacer dos marcas. Una para senadores y otra para diputados. Por eso, el resultado es impredecible.
Una encuesta de esta semana de la consultora Proyección dio un curioso resultado.
Si se le pregunta a la gente de CABA a qué espacio va a votar, el resultado es este:
- LLA 37,2%
- Fuerza Patria 31,8%
- Izquierda: 5,2
- Provincias Unidas: 4%
Pero si se les pregunta a qué candidato a senador quieren votar, la situación mejora para LLA
- Patricia Bullrich crece a 39,2 (Crece 2 puntos respecto a LLA).
- Mariano Recalde baja a 27,8% (baja 4 puntos respecto a Fuerza Patria.
- Facundo Manes consigue un 6% (ni figuraba por espacio).
- Y Graciela Ocaña 5,7% (sube 1 punto y medio).
- Cristian Castillo, de la izquierda, apenas llega a 4,8%.
Si este resultado se repitiera en diputados, el espacio de Manes podría meter un legislador. Pero cuando se pregunta por quién votarían como diputados, otra vez vuelve a cambiar
- Alejandro Fargosi baja a 34,1 (5 puntos menos que Patricia).
- Itai Hagman a 24,9% (7 puntos menos que Fuerza Patria).
- Myriam Bregman 9,8% (5 puntos más que su partido).
- Martín Lousteau 7,5% (3,5 más que Provincias Unidas).
- Y Ricardo López Murphy 6,9% (ni figuraba en otras categorías).
- El candidato a diputado de Manes apenas saca 0,3%.
En las boletas también va a estar con mucho protagonismo la cara de cada candidato en cada categoría. Difícilmente un candidato traccione a otro, como sucede hoy.
También es posible que muchos no sepan que tienen que hacer dos cruces (una para senado y otra para diputados) y terminen votando en blanco en alguna categoría.
Las nuevas trampas que amenazan al sistema
Los que están a cargo de organizar la elección duermen tranquilos. Más que antes. El sistema de votación es mucho más sencillo, ahorra logística y evita problemas recurrentes. Pero hay que tener en cuenta algunas cosas que pueden fallar y que hay que prevenir.
Robo de lapiceras. No queda claro para qué serviría afanárselas, más que para ganar tiempo. Aunque bien podría pasar que algún fiscal entregue la suya que sea borrable y luego termine truchando el voto. Marginal, pero el riesgo existe. Cada presidente de mesa va a recibir 7 biromes indelebles. Por las dudas, los organizadores sugieren llevar la propia lapicera. Solo por las dudas.
Entrega de boletas truchas en la puerta de la escuela. No la uses. Cada boleta tiene la mesa asignada y con el número de mesa impreso en la parte superior, además de necesitar la firma del presidente de mesa. Ojo que no intenten repartirte una para intentar impugnar tu voto.
Ojo cuando se cuentan los votos. La única opción real de "truchar" el voto es que en el recuento algún fiscal se haga el vivo y haga una cruz adicional en el voto y se termine impugnando. Antes, la principal función del fiscal partidario era controlar que no faltaran boletas; ahora es evitar problemas en el recuento.
El voto selfie. Es otra de las amenazas al nuevo sistema. Que el puntero pida que el votante se saque una foto con la boleta con la tilde como prueba de su voto. Pero como se elimina el cuarto oscuro y solo quedan unos biombos de cartón que no permiten tanta privacidad, sacarse foto sin que se note puede ser un poco incómodo. Especialmente si quisiera sacarse con cara y todo. De todos modos, atentos presidentes de mesa y fiscales: es ilegal sacarse fotos al momento de votar.
Algunos siempre se roban por la picardía de las estructuras. Es marginal, aunque algo puede aportar. Las nuevas trampas las iremos conociendo con el tiempo. De todos modos, este sistema tiene más reaseguros que el anterior.
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El relato del Gobierno: ganamos o ganamos
Al Gobierno, no le preocupa demasiado nada de esto. Sabe que la elección la gana o la gana. O al menos eso es lo que le van a decir a Donald Trump, si pregunta. Va a haber que ayudar un poco con los títulos de los portales para acomodar las cosas.
Antes de que empiece la campaña había más esperanza de que se pudiera ganar más cómodo. Ahora, en el oficialismo reconocen que están voto a voto con el peronismo, si se suma toda la oferta oficial del PJ, con sus distintas siglas.
Pero aparecieron algunas encuestas preocupantes en Córdoba, Santa Fe, Río Negro, Neuquén… son provincias en que LLA debía ganar con margen y hoy el panorama está incierto.
Los partidos provinciales de los gobernadores empiezan a ganar peso y crecen en los sondeos. Los candidatos libertarios no levantan. Pero otra vez vuelve la duda: ¿qué va a pesar más en el nuevo cuarto no-oscuro?
Más nubes en el horizonte de la economía real
Mientras tanto, el panorama económico se vuelve cada vez más sombrío. La recesión se siente ya no solo en las zonas industriales de la provincia de Buenos Aires o en el comercio en CABA. En las provincias empieza a pegar fuerte. Las que dependen del corto mercado interno pasan serias dificultades. Las de zonas de frontera no saben cómo hacer para frenar el drenaje de gente yendo a comprar al exterior. En provincias mineras que se habían ilusionado con una lluvia de inversiones, la cosa viene demorada.
Una dependencia que viene viendo sistemáticamente la caída de la actividad es la AFIP. Hablan de caídas recurrentes de recaudación que se suma al 7% de pérdida por la suspensión temporal de las retenciones. Sirvió para contener al dólar, pero en breve va a haber que pagar la fiesta.
Eso se traduce en mayores recortes, que pueden generar un mayor malestar social.
El día D(espués)
El Gobierno ya empieza a hablar de lo que va a pasar el día después de las elecciones. Vuelven a tirar la idea de un gran acuerdo con todos los que sean liberales (ahora Milei amplió esa definición a todos los no kirchneristas).
Se habla de un acuerdo grande, que incluya el desembarco de Santiago Caputo en el Gabinete, con dirigentes macristas y quizás algunos radicales no tan alineados.
Por ahora son promesas de un gobierno que entiende que está en minoría y que lo va a seguir estando.
Milei moderó su discurso al máximo. La pregunta es si es una estrategia de campaña o un cambio profundo que demuestre vocación de construir gobernabilidad a futuro. ¿La tendrá?