Por su parte, Coto y La Anónima aplican un 10% de rebaja sin límite en la mayoría de los rubros, exceptuando carnes, electrodomésticos y algunas marcas específicas. Josimar, en tanto, se destaca como la cadena con el porcentaje más alto: 15% de descuento sin tope en casi todos los productos.
Carrefour otorga un 10% de descuento con un tope mensual de reintegro de $35.000, mientras que Día aplica un 10% por compra individual con un límite de $2.000, pero con la ventaja de que puede combinarse con otras promociones del local. Las excepciones generales incluyen productos cárnicos, electrónicos y marcas seleccionadas por cada supermercado.
Además de estos descuentos directos, el plan incorpora beneficios bancarios que complementan las rebajas, sumando reintegros adicionales y cuentas remuneradas que generan intereses diarios sobre los saldos. Esta parte del programa busca incentivar el uso de medios de pago electrónicos y mejorar la rentabilidad del dinero depositado por los beneficiarios.
En el caso del Banco Nación, los jubilados y pensionados que cobran allí sus haberes acceden a un reintegro adicional del 5% en compras realizadas con BNA + MODO o tarjetas de débito y crédito, con un tope mensual de $20.000. Este beneficio se aplica en Carrefour, Chango Más, Coto, Josimar, La Anónima, Disco, Jumbo y Vea.
A su vez, las cuentas en esta entidad ofrecen una remuneración diaria del 32% de Tasa Nominal Anual (TNA) sobre el saldo disponible, hasta un máximo de $500.000. Esto significa que, además de ahorrar en sus compras, los jubilados pueden obtener un pequeño rendimiento financiero diario simplemente por mantener dinero en su cuenta.
El Banco Galicia, por su parte, también se sumó a la iniciativa con hasta un 25% de ahorro y tres cuotas sin interés en supermercados, farmacias y ópticas. Los topes mensuales son de $20.000 para compras en supermercados y $12.000 en farmacias y ópticas. La cuenta remunerada FIMA de Galicia ofrece una TNA del 33,2% sobre el saldo diario, sin límite de monto, representando una alternativa atractiva para quienes prefieren bancos privados.
Para acceder a estos beneficios no es necesario hacer ningún trámite adicional: las rebajas se aplican automáticamente cuando el jubilado o pensionado realiza la compra con la tarjeta de débito asociada a su prestación previsional. En el caso de los reintegros y cuentas remuneradas, la activación depende directamente de la entidad bancaria donde se perciben los haberes.
Algunas cadenas, como Carrefour y Josimar, permiten acceder a los descuentos tanto en tiendas físicas como en plataformas de compra online, lo que amplía el alcance del programa. En cambio, el resto de los supermercados participantes solo aplica los beneficios en locales presenciales, una decisión que busca promover el consumo directo en los comercios.
Otro de los rubros sensibles incluidos en la iniciativa es el farmacéutico. Los jubilados y pensionados pueden obtener descuentos en medicamentos de venta libre y bajo receta, que se suman a las coberturas ya vigentes del PAMI. Esta medida representa un alivio fundamental en el gasto en salud, que suele ocupar un lugar central en los presupuestos mensuales de los adultos mayores.
En paralelo, ANSES puso en marcha operativos móviles en distintos puntos de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, con el fin de acercar los servicios a los beneficiarios sin que deban trasladarse hasta las oficinas centrales. Entre el 29 de septiembre y el 3 de octubre, equipos itinerantes atendieron consultas y trámites en localidades del conurbano y del interior bonaerense.
Durante estos operativos, los jubilados pudieron realizar gestiones relacionadas con la Asignación Universal por Hijo (AUH), trámites jubilatorios, pensiones, becas Progresar y el Programa Hogar, entre otros. La estrategia busca descentralizar la atención y garantizar que ningún beneficiario quede excluido por falta de acceso a una oficina fija.
Desde el Ministerio de Capital Humano explicaron que esta política tiene un doble impacto: por un lado, fortalece el poder adquisitivo de jubilados y pensionados, y por otro, dinamiza el consumo interno, generando un movimiento económico que también beneficia al sector privado.
Los descuentos son financiados por los propios comercios adheridos y por las entidades bancarias participantes, que a cambio obtienen un mayor flujo de clientes y transacciones. Esto genera lo que las autoridades describen como “un círculo virtuoso”: los jubilados acceden a precios más accesibles, los comercios incrementan sus ventas y los bancos consolidan su base de clientes.
La implementación de este programa se enmarca en un contexto económico desafiante, donde la inflación ha impactado especialmente en productos básicos como alimentos, medicamentos y limpieza. Para muchos jubilados, cada descuento representa la posibilidad de cubrir mejor necesidades esenciales, sin depender exclusivamente de bonos o aumentos esporádicos.
Si bien las medidas no reemplazan la discusión estructural sobre el monto de las jubilaciones mínimas, sí constituyen una herramienta inmediata para amortiguar el efecto de la suba de precios en el consumo diario. Además, al articular al Estado con el sector privado, la estrategia evita cargar todo el costo fiscal sobre las arcas públicas, apostando a acuerdos voluntarios con supermercados y bancos.
En definitiva, el programa lanzado en octubre combina descuentos en puntos de venta, beneficios financieros y operativos de cercanía, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los jubilados y pensionados en un escenario económico complejo. Si logra sostenerse en el tiempo y sumar más comercios, podría convertirse en una política de impacto estructural en el consumo de uno de los sectores más vulnerables del país.