El tema no tardó en conquistar el centro de la escena de la tele, donde se empezaron a contar detalles del disgusto de Burlando con Marcovecchio, como si fueran los grandes protagonistas de la pantalla y de muchos programas.
Como los actores que alguna vez gritaron: “Somos actores queremos actuar…”, en este caso son los letrados que rugen: “Somos abogados queremos juzgar…”
El espectáculo y las comunicaciones hoy son territorios de los jueces, fiscales y abogados que patrocinan a famosos, figuras relevantes, políticos, deportistas, artistas y se quedan con todos los micrófonos y cámaras a la hora de salir al aire y en móviles en vivo.
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Tiempo atrás fue la doctora Ana Rosenfeld la que desde su sillón de panelista y “angelita” de De Brito, se despedazó al aire con Yanina Latorre, polemizó con denuncias judiciales contra Palito Ortega, Wanda Nara y decenas de ex clientas que la acusaban de haberlas traicionado en su defensa cuando la comprometieron a ser su abogada en los trámites de divorcios y reparto de bienes contra sus ex esposos, como desmistificando aquel título fantasía que su definir a Rosenfeld como “El terror de los Maridos”.
Más abogados a la tele y más estelaridades. Porque también están el doctor Mauricio D´Alesandro patrocinando a decenas de famosos, su esposa Mariana Gallego defendiendo los intereses de la glamorosa Mirtha Legrand, el doctor Martín Francolino buscando los destinos de la madre de Luis Miguel y defendiendo a Vicky Xipolitakis y Virginia Gallargo, o el doctor Martín Garcete hamacándose entre Adriana Aguirre, Fabián Gianola y Lía Crucet, con sus causas tribunalicias.
Por eso, este mundo de la televisión empezó a ser un espacio de los abogados que más estrellas que las mismas estrellas que patrocinan terminan ocupando más lugares de las pantallas que metros cuadrados de tribunales. Por eso, al pan, pan… y al vino… ¡Salud!