Vaticano

Cuál es la oración que pidió que se rece el papa León XIV para que terminen las guerras

El Sumo Pontífice convocó a los católicos a unirse en oración y ayuno este 22 de agosto, en la memoria litúrgica de la Virgen María Reina, para pedir por la paz en el mundo.

El papa León XIV hizo un llamado a todos los católicos para que este viernes 22 de agosto recen por la paz

El papa León XIV hizo un llamado a todos los católicos para que este viernes 22 de agosto recen por la paz,

El papa León XIV hizo un llamado a todos los católicos para que este viernes 22 de agosto recen por la paz, en la memoria litúrgica de la Santísima Virgen María Reina, invocada también como Reina de la Paz. La iniciativa incluye ayuno y oración, en un planeta todavía herido por guerras y conflictos, como los que afectan actualmente a Ucrania, la Franja de Gaza y otras regiones,.

En su cuenta de X, el Sumo Pontífice escribió: “Hoy celebramos la memoria de la Santísima Virgen María Reina, también invocada como Reina de la Paz. Vivamos este día en ayuno y oración, suplicando al Señor por el don de la paz. #OremosJuntos para que los corazones se liberen del odio, para que se salga de la lógica de la división y la represalia y prevalezca la visión de conjunto animada por el bien común”.

Asimismo, rogó: “que sequen las lágrimas de quienes sufren a causa de los conflictos armados en curso. Que María, Reina de la Paz, interceda para que los pueblos encuentren el camino de la paz”.

La oración completa, difundida oficialmente por Vatican News y que forma parte del Acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María, puede recitarse a solas, en familia o en comunidad, según se difundió.

Oración por la paz difundida por el papa León XIV

Santísima Virgen María Reina

¡Oh, María!, madre de Dios y madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulaciones, recurrimos a ti. Nosotros hemos perdido la vía de la paz. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos recluido en intereses nacionalistas... Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de la misma casa común.

Hemos arruinado con la guerra el jardín de la Tierra. Hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas.

En la miseria del pecado, en nuestras fatigas y fragilidad, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, pero continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y realzarnos.

Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos el perdón. Libéranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear. Que tu llanto, oh Madre, mueva nuestros corazones endurecidos.

Mientras el rumor de las armas no calla, tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a cuantos sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Tu abrazo materno consuele a los que están obligados a dejar sus casas y su país.

Que tu corazón dolorido nos mueva a la compasión.

Amén

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