En los últimos años, la cocina de aprovechamiento ganó protagonismo. Reutilizar ingredientes y darles una nueva vida en otras recetas no solo ayuda a reducir el desperdicio, sino que también invita a experimentar con texturas y sabores. La focaccia de arroz es un claro ejemplo: un plato simple que, con pocos pasos, convierte el arroz cocido en una base suave y dorada, perfecta para acompañar cualquier comida.