Del mismo modo, la propuesta tiene como objetivo "fomentar la educación para el desarrollo sostenible y generar herramientas e incentivos para promover la economía circular y la transformación de la matriz productiva en la industria del plástico hacia un modelo sustentable, sostenible y respetuoso del medio ambiente".
El contexto. La presentación tuvo como antecedente el primer "Conversatorio sobre la prohibición de plásticos de un solo uso". Según se reflejó en esa charla, este tipo de recipientes y utensilios tienen un promedio de utilización de 20 minutos y tardan entre 150 y 500 años en desaparecer completamente, lo cual explica las 79 mil toneladas de plástico que flotan hoy en el océano Pacífico y forman un área de 1,6 millones de kilómetros cuadrados. En este sentido, los argentinos desechábamos en 2017 unas 12 millones de botellas por día que, en su inmensa mayoría, tuvieron un único uso.
Según Javier Calandrelli, Country Manager de SodaStream, “a nivel mundial, se estima que el consumo de plástico ronda las 320 toneladas por año, con un incremento del 900% en las últimas 4 décadas. Y todavía hay algo más preocupante: alrededor del 60% de estas bolsas, latas, botellas y otros envases es menos denso que el agua del mar y, por lo tanto, al introducirse en los océanos, es trasportado y fragmentado con mucha facilidad, ampliando su efecto contaminante tanto en la superficie marina como hacia las más de 500 especies de animales que habitan estos ecosistemas”.
Un estudio de la Universidad de Newcastle, Australia, mostró que una persona ingiere un promedio semanal de 5 gramos de microplásticos, es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Varios de ellos vienen del intestino de peces o crustáceos que se cruzan con ellos en el océano y que después comemos; a su vez, de acuerdo con una investigación de la Universidad del Estado de Nueva York, un 90% del agua potable embotellada que consumimos contiene estas partículas. Cerveza, azúcar, sal y miel también registraron su presencia.
Casos de referencia. Según una recopilación de SodaStream, una empresa que fabrica máquinas para hacer soda casera y lucha contra los plásticos de un solo uso, en la región ya existen proyectos como este. En Costa Rica, por ejemplo, se está trabajando en nueva legislación para aminorar la comercialización de plásticos de un solo uso. Por su parte, el distrito de Providencia, en la capital chilena, aprobó una normativa en esta dirección, mientras que Uruguay limitó por ley el empleo de bolsas plásticas descartables y varios grupos de activistas proponen extender la medida a todos los plásticos de un único uso.
A nivel local, en la ciudad de Buenos Aires rige una limitación en el expendio de sorbetes desechables, dado que estos plásticos producen cerca de dos toneladas de residuos de único uso y componen las más de 150 toneladas de basura plástica que hay en la capital del país. Ahora, distritos como Bariloche -entre otros centros turísticos- estudian medidas similares.