Ese comentario sintetizaba el comienzo de una relación de tensión, marcada por la rivalidad deportiva, pero que con el paso del tiempo se transformó en un reconocimiento mutuo.
Por qué Mourinho considera a Messi su mayor reto
Con el correr de los años, Mourinho admitió que Messi fue un desafío constante. “Ha sido el rival más peligroso que he tenido. Cada vez que me tocaba enfrentarlo, pasaba horas y horas pensando en la manera de pararlo colectivamente, ya que es imposible marcarle al hombre”, explicó el entrenador.
El técnico portugués dejó en claro que las estrategias contra Messi nunca podían ser individuales, sino que requerían ajustes colectivos y planificación minuciosa. Ese ejercicio, según remarcó, lo llevó a crecer como entrenador y a repensar conceptos tácticos de forma permanente.
Qué dijo Mourinho sobre dirigir a Messi
En febrero de 2024, durante una entrevista con el influencer Ohm, Mourinho fue aún más lejos en sus elogios al capitán de la Selección Argentina. Consultado sobre qué jugador le habría gustado dirigir, no dudó en mencionar al rosarino.
“Nunca llegué a entrenar a Lionel Messi, pero nadie puede entrenar a Messi. Es absurdo pensar que puedas entrenarlo, porque nació con todo y ya sabe todo. Él podría enseñarme algunas cosas. Todo lo que podrías decir es que tuviste el honor de tenerlo en tu equipo”, reflexionó.
De esta manera, Mourinho dejó entrever que su admiración trasciende lo futbolístico: considera a Messi un talento único, imposible de moldear, pero capaz de enriquecer a cualquier proyecto con su sola presencia.
Del enfrentamiento al respeto absoluto
Las declaraciones del portugués evidencian una transformación en su relación con Messi. De las primeras críticas en tono irónico a un reconocimiento abierto, Mourinho terminó por aceptar la magnitud del argentino en la historia del fútbol.
Hoy, desde el banco del Fenerbahce, el luso se permite mirar hacia atrás y reconocer que los duelos contra Messi no solo definieron resultados, sino también lo obligaron a crecer como entrenador. En definitiva, el portugués encontró en su máximo rival a la figura que lo llevó a evolucionar más que ningún otro futbolista.