Un hincha de River realizó repudiables gestos frente a la parcialidad de Atlético Mineiro, en la previa de la revancha de la semifinal de la Copa Libertadores.
El duelo entre River y Atlético Mineiro por las semifinales de la Copa Libertadores quedó marcado por un nuevo episodio de racismo en el fútbol sudamericano. En la previa del encuentro, un hincha del Millonario vestido con la camiseta del club realizó ademanes de mono hacia los hinchas brasileños, un gesto racista que desató indignación y reavivó el debate sobre estas actitudes en los estadios.
El hecho se produjo en el Monumental de Núñez y, aunque el partido ya de por sí se había retrasado 15 minutos por la demora del micro de Mineiro, el comportamiento del hincha generó otra mancha en un contexto que debería haber sido de pura emoción y rivalidad deportiva. Con el empate 0-0, el equipo de Belo Horizonte selló su pase a la final, pero el clima del estadio quedó empañado por el incidente.
Este caso no es aislado: a lo largo de 2024, varios clubes argentinos enfrentaron sanciones de Conmebol por actitudes similares. Tanto en la Copa Libertadores, en partidos de San Lorenzo y Estudiantes, como en la Copa Sudamericana, donde hinchas de Boca y Cruzeiro protagonizaron gestos racistas, estos episodios continúan ocurriendo. En 2023, River ya había enfrentado una sanción cuando un grupo de hinchas hizo gestos racistas a los micros de hinchas de Fluminense antes del duelo por el Grupo D, sanción que derivó en una multa de 100 mil dólares y la clausura del 50% de la tribuna Centenario Alta del Monumental.
Hasta el momento, la Conmebol aplicó multas económicas y restricciones de aforo en los estadios como respuesta a estos incidentes, pero los episodios no se detienen. El desafío ahora es cómo abordar de manera más efectiva estas actitudes que ensombrecen el deporte y la competencia en la región.
