El hizo una presentación acerca de la liquidez -el dinero inmediatamente disponible- y las crisis, con la mirada puesta en la situación inflacionaria en los Estados Unidos y la crisis global de 2008. Pero también brindó un pantallazo sobre la situación argentina.
“Todos sabemos que el dólar es líquido en la Argentina, nadie lo va a cuestionar. Pero yo no puedo ir al supermercado fácilmente y pagar con dólares. Y eso puede ser una gran diferencia. Cuando discutimos el tema con economistas me dicen no te preocupes, acá el dólar es un bien líquido, no hay nada que discutir”, explicó Calvo.
“Pero puede ser una gran diferencia que sea transaccional o no (...) Cuando yo estoy viviendo con esta inflación en la Argentina y viene alguien a un boliche y me paga con pesos tengo que salir corriendo a cambiarlo por dólares. Eso tiene costos transaccionales. Entonces, claro, si yo permito hacer las transacciones en dólares, la preferencia va a ir hacia el dólar. Entonces esa es mi preocupación”, continuó.
“Si lo hago transaccional, bimonetarismo, una situación en la que el peso y el dólar tienen capacidad de ser útiles para hacer transacciones es diferente. Por el momento no parece ser el caso en la Argentina. Para algunas cosas si, departamentos o autos, pero ir al supermercado requiere el peso. ¿Y por qué es eso importante? Porque un tema importante para la Argentina es el salario real y entocnes los precios en el supermercado en el día a día son más importantes que los de un Mercedes Benz”, cagregó.
“Mi temor es que facilitar ese camino para el dólar produzca una fuerte corrida contra el peso. Y eso reduzca la recaudación del impuesto inflacionario. Porque usamos el impuesto inflacionario en la Argentina, y si yo le bajo la base a ese impuesto y me sigo financiando de esa manera, tengo que aumentar la oferta monetaria más rápido”, comentó.