Otras grabaciones muestran a cientos de personas agolpadas en las pistas de despegue, donde los aviones trasladaban a los extranjeros en su salida de Afganistán.
Los vuelos comerciales fueron cancelados y compañías internacionales suspendieron el sobrevuelo del país, a pedido de Afganistán. Estados Unidos envió 6.000 soldados al aeropuerto para evacuar al personal de la embajada y a afganos que los apoyaron como intérpretes o en otras funciones. Las tropas hicieron disparos al aire para controlar a la multitud y se reportaron al menos 5 muertos por los disturbios.
"Tenemos miedo de vivir en esta ciudad y estamos tratando de huir de Kabul. Como serví en el ejército, perdí mi trabajo, y es peligroso para mí vivir aquí porque los talibanes me atacarán, eso seguro", dijo desde el aeropuerto un testigo, Ahmad Sekib, de 25 años, que se escudó en un nombre falso, citado por la agencia de noticias AFP.
Las calles de Kabul eran patrulladas en gran parte por talibanes armados, en particular en la "zona verde", antes ultrafortificada, que alberga embajadas y organizaciones internacionales.
Afganistán: cómo cayó el Gobierno y llegaron los talibanes
El movimiento islamista radical inició una ofensiva en mayo tras el inicio de la retirada de las tropas extranjeras, en particular estadounidenses. En diez días tomaron el control del país, veinte años después de haber sido expulsados por una coalición encabezada por Estados Unidos debido a su negativa a entregar al líder de Al Qaeda, Osama Ben Laden, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
China fue el primer país que dijo querer mantener "relaciones amistosas" con los talibanes, mientras Rusia afirmó que su decisión de reconocer el nuevo poder dependería de "sus acciones", y anunció que su embajador se reunirá mañana con los insurgentes.
Por el contrario, el ministro británico de Defensa, Ben Wallace, consideró que "no era el momento" de reconocer al régimen talibán y definió su retorno al poder como un "fracaso de la comunidad internacional".