Una imagen que puede ser real. Donald Trump con su ficha como reo (Foto: A24.com)
La justicia de Nueva York hizo historia al procesar a un presidente norteamericano. Donald Trump afronta 30 cargos vinculados por el pago a una actriz porno para comprar su silencio durante la campaña electoral de 2016. Ahora los próximos pasos pueden terminar con el exmandatario esposado, con su foto icónica de frente y de perfil como un reo común.
Pero el trato a Donald Trump como un delincuente común tiene algunas particularidades. Si deciden arrestarlo, la justicia de Nueva York debe esperar que se presente espontáneamente. Pero para eso debe viajar desde Florida, el estado en donde reside.
Si no lo hiciera, comenzaría un proceso de "extradición" de un estado a otro dentro del país. Además, cada vez que deba presentarse ante el juzgado, estará acompañado por el servicio secreto que custodia a todo expresidente.
Siempre conviene recordar que la realidad supera a la ficción. También en este caso. El tribunal de Nueva York comienza ahora un período para definir como llevará al expresidente a declarar. Si lo hace espontáneamente, mejor. Si se niega puede darse que en virtud del federalismo extremo de los Estados Unidos, el estado de Nueva York tenga que pedir la extradición del procesado al estado de Florida.
Pero Trump no puede eludir comparecer ante la Justicia. El hecho de que se trata de un expresidente puede darle un status diferente. Tal vez no llegue con esposas sobre las manos en las espaldas. Puede que se le permite tenerlas delante, aunque igualmente inmovilizadas.
De lo que no va a zafar es que él escuche lo que se repite mil veces en las series de policías: “Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal de justicia. Tiene derecho de hablar con un abogado y que un abogado esté presente durante cualquier interrogatorio. Si no puede pagar un abogado, se le asignará uno de oficio”.
Ahora esta cuestión depende de la estrategia que tenga en mente el fiscal Alvin Bragg. Haberle pagado a Stormy Daniels por mantener en silencio un encuentro sexual es una falta leve.
Pero si logra demostrar que hizo pasar el pago de US$130.000 a la mujer en cuestión como parte de gastos de campaña, entonces la situación de Donald Trump será más compleja.
El fiscal cree tener sobrados elementos para probar que Trump falsificó los asientos contables de su empresa para hacer pasar ese pago por otra cosa. Eso es una falta castigada con una pena de hasta un año de cárcel.
Eso no es todo, si se prueba que que la operación fue usada para otro crimen mayor, la complicación para el expresidente irá en aumento. Por ejemplo, si efectivamente ese pago figura como una financiación irregular de una campaña electoral o el de conspiración para influir o impedir una votación (el silencio de Daniels habría evitado que se conociera esa "aventura" del candidato presidencial en 2016).
Su primera respuesta sonó a la que suele escucharse al sur del río bravo en los líderes latinoamericanos con problemas judiciales. Todo es una conspiración de los medios, la oposición y la justicia para impedir que se postule en 2024. Pero eso tampoco es verdad en los Estados Unidos. Podría presentarse estando bajo proceso.
Por el momento, hay que esperar el movimiento del fiscal Bragg. La pelota está de su lado. Eso sí, las fotos generadas por Inteligencia Artificial hace pocos días, pronto, pueden ser reales.
