Gazprom redujo solo a la quinta parte el envío de gas a Europa y aumentó el costo de la energía a niveles récord (Foto: gentileza La Vanguardia).
La guerra entre Rusia y Ucrania ya proyecta sus efectos sobre el próximo invierno europeo. Los recortes de envío del fluido tienen como consecuencia inmediata la suba de precios en la Europa comunitaria. Ya se ubican cerca de un récord histórico. Los recortes al consumo de energía procuran aminorar los efectos de la menor cantidad de gas para el invierno y la suba de precios mes a mes.
El gas natural regresa a zona de turbulencias extremas, si es que alguna vez la abandonó. El precio del gas, combustible esencial para la industria y la generación de electricidad en los principales países de Europa, se instaló ya un nivel inédito desde principios de marzo, poco después del inicio de la guerra en Ucrania.
Rusia adujo problemas "técnicos" para reducir el envío de gas al grupo de los 27 en apenas un quinto de lo que se produce. Los precios se dispararon y la Unión europea se vio obligada a tomar una rápida resolución: disminuir la dependencia del gas ruso. Pero ese proceso lleva tiempo, no es inmediato y mientras tanto, los precios de la energía y el combustible se dispararon.
Las autoridades ven que aun cuando el plan de ahorro del 15% acabe cumpliéndose al pie de la letra, el suministro no está ni mucho menos garantizado. Un ejemplo: la última misión de Mario Draghi como primer ministro Italiano fue justamente viajar a Argelia para asegurarse una cuota que gas que ayude a reemplazar al de Rusia.
Las autoridades alemanas fueron las primeras en calificar como una "maniobra extorsiva" la decisión de Gazprom de bajar la cuota de entrega de gas a la quinta parte.
Desde Moscú, finalmente, las declaraciones del portavoz del gobierno ruso, Dmitri Peskov, le dan la razón al canciller Olaf Scholz. El funcionario del Kremlin dijo que la disminución del suministro se debe a las sanciones occidentales contra la Federación Rusa.
Los precios del gas en Europa subieron un 9%, cotizando cerca de su máximo histórico, registrado poco después de que Rusia invadiera Ucrania. En ese momento, nadie esperaba que la guerra durara más de seis meses, como está sucediendo.
Por su parte, el país invadido por Rusia, Ucrania, acusó a Moscú de librar una "guerra del gas" contra Europa y cortar los suministros para infligir "terror" a la gente. Ante la llegada del invierno, hay una estimación que altera a los políticos y al ciudadano común: la Unión Europea tiene un tiempo muy limitado para que reduzcan aún más su dependencia del gas ruso, y probablemente les dificultará reponer su nivel de abastecimiento antes del invierno.
La UE acordó en mayo prohibir todas las importaciones de petróleo ruso que ingresan por mar para fines de este año. Pero hay otros mercados en donde conseguir ese combustible y los mares no están cerrados.
El problema con el gas es que llega por tuberías construidas como megaproyectos pensados para durar años, como el Nord Stream 1 y su continuación, el Nord Stream 2.
El gasoducto viene desde Rusia y no puede reemplazarse por otro de la noche a la mañana. Traer el gas desde los países árabes de Asia o desde Estados Unidos implica hacerlo por barco. El flujo es menor y el precio del flete es muy superior al que se paga por el gasoducto.
Mientras la guerra entre Rusia y Ucrania continúe, los precios de la energía seguirán en aumento en Europa.
