Namibia, en el sur de África, vive una sequía sin precedentes y la falta de agua y alimentos afecta a la mitad de su población. Como consecuencia de la Corriente de El Niño y el cambio climático, la escasez de comida obliga a una medida desesperada.
La sequía extrema en Namibia provocó que 1,3 millones de personas tengan problemas para alimentarse y tener agua. (foto: gentileza Afrik)
Namibia soporta una sequía gravísima y prolongada que obligó al gobierno de ese país del sur de África a tomar una medida extrema. La mitad de su población de 2,5 millones de personas tiene hambre y no alcanza la producción de alimentos por la pérdida de tierras enormes dedicadas a la agricultura.
Por lo tanto, el gobierno decidió sacrificar animales salvajes para que sirvan como alimento. Los elefantes serán los principales en ser cazados para este fin.
Namibia es uno de los países con mayor cantidad de paquidermos en todo el continente. Pero los elefantes serán sacrificados para dar de comer a la gente que pasa por severas carencias y, además, para evitar otro problema: esos animales, los más grandes sobre la Tierra, suelen arrasar campos e incluso atacar a los seres humanos cuando en invierno llega la temporada "seca" y los alimentos escasean. Mucho más en en esta emergencia que ha agravado la situación para tener agua y comida para animales y los seres humanos.
Namibia sufre la peor sequía en 100 años. La corriente del niño en combinación con efectos ya palpables del cambio climático han agravado este problema recurrente en ese país surafricano. Con una población total de 2,5 millones de personas, la mitad tiene inconvenientes o serias dificultades para poder alimentarse de manera correcta. La situación se hizo más delicada porque la agricultura es la principal actividad económica perjudicada por la prolongada sequía.
Es por esta razón que el gobierno decidió sacrificar a animales salvajes para dar de comer a los ciudadanos de ese país. Los elefantes por su tamaño son los principales, pero no los únicos. También se cazará hipopótamos, búfalos, impalas, ñus y cebras.
Pero el número mayor afecta a los paquidermos. El gobierno de Namibia decidió que 700 ejemplares serán sacrificados para paliar la difícil situación de la población. Esta medida puede ampliarse si las lluvias - que deben llegar a partir del mes de septembre - no son lo abundantes que se necesitan para recuperar los cultivos.
La noticia que dio ya la vuelta al mundo tiene varias facetas en relación a los elefantes. Que deban ser sacrificados en gran número para convertirse en alimento de las personas, da una magnitud de la sequía en el país y la hambruna que este fenómeno provoca.
Por supuesto, también llama la atención porque los elefantes son un símbolo de gran parte de África y además, uno de los animales que más deslumbran a los visitantes de los parques y reservas nacionales. Pero en la vida de las naciones del áfrica negra especialmente, el elefante tiene dos valores contrapuestos.
La siituación del animal de mayor tamaño que camina sobre la tierra pasó de un extremo al otro. A mediados del siglo XX, era una especie amenazada por los cazadores furtivos que los mataban simplemente para exhibirlos como trofeos. También se sumaban los que los cazaban para quedarse con el marfil de sus colmillos.
Pero una toma de conciencia mundial permitió revertir esa condición. Las reservas naturales comenzaron a desarrollarse en cada páis de esa porción del África. Estos santuarios lograron dos propósitos al mismo tiempo: ayudaron a preservar a los animales con mayor peligro de extinción y al mismo tiempo, provee anualmente de ingentes recursos a los gobiernos gracias al turismo de aventura.
Con ese esquema, los elefantes dieron vuelta la tendencia de manera fundamental. En pocas décadas no solo dejaron de estar amenazados. Pasaron a ser ellos una amenaza, pero para los agricultores. Solo en Namibia se calcula que en la actualidad viven 200.000 elefantes. Y ese es un "problema" por varias razones.
Como muchos de los animales en el África, migran cuando llega la temporada "seca". Escasea el agua y el alimento y los elefantes consumen unos 200 kilos por día. Por lo tanto, realizan migraciones de más de 100 kilómetros para elegir un habitat para superar la sequía.
En esos viajes, los paquidermos no respetan nada. Ni alambrados, ni fronteras, ni cultivos y en más de una ocasión, ni siquiera al hombre. Por su tamaño, el elefante no le teme a nada y arrasa con lo que se le ponga adelante cuando busca comida. Y los cultivos son un atractivo especial para estos bichos que son hervíboros.
Esta migración y los destrozos que provoca trae inconvenientes entre países - cuando cruzan las fronteras - pero sobre todo, enfrentan a los agricultores con los responsables de las reservas y en definitiva con el gobierno. Ganan dinero por el turismo, pero los pobladores no tienen ingresos si sus campos son arrasados.
Además, con esta sequía extraordinaria, los campos quedan inútilizados por el paso de los elefantes o la falta de nutrientes para los cultivos. Por eso se decidió realizar este sacrificio de los animales salvajes. Para aliviar la escasez de alimentos para medio país.
El gobierno de Namibia asegura que será una acción perfectamente controlada por sus guardias, policías y fuerzaz militares. Se habilitarán casos especiales para que se permita la caza de los elefantes por "privados". Así también quedará un canon para las arcas del gobierno. En conjunto, guardias y los cazadores, se limitarán a matar lo que se diagramó en este primer plan para luchar contra el hambre. No habrá una "temporada de caza" indiscriminada que ponga nuevamente en peligro ni al elefante ni a otros animales de la selva y la savana en Namibia.
Como este plan comienza en septiembre, se espera que la lluvia revierta el panorama de la sequía reinante y se restablezca el acceso normal a la alimentación en Namibia. Pero como quedó dicho, los efectos del cambio climático hacen que la sequía y el calor extremo sean cada vez más extensos y duros cada año. Por lo tanto, nadie puede predecir que sucederá con la estructura económica del país y el futuro inmediato de los agricultores.
Si persisten estas condiciones, los elefantes y otros animales salvajes volverán a estar amenzados.
