Tiroteo con 5 muertos en un banco de Kentucky. (Foto: Gentileza BBC)
Una mujer llamó al 911 para dar la alarma. Una persona ingresó con un arma a un banco en la ciudad de Kentucky y comenzó a disparar. Mató a 4 personas e hirió al menos a otras 8, hasta que la acción conjunta de la policía de la ciudad con el FBI lograron abatirlo.
Ahora se sabe que el asesino era un exempleado de esa entidad, pero la policía no sabe por qué motivo inició esos disparos sobre las personas en el lugar.
La mujer que hizo el llamado al 911 enseguida le avisó también a su esposo. Al escuchar los disparos se encerró en una bóveda del Old National Bank y solo salió cuando la policía le avisó que el peligro había terminado.
En un principio, la policía de Kentucky, en Luisiana creía que era un exempleado. Pero se confirmó poco después y como sucede habitualmente, las redes sociales agregaron más datos sobre esa persona.
Por Twitter se supo que el asesino se llamaba Connor Sturgeon, de 25 años, y sí, era exempleado del banco en el que ingresó armado y disparando.
Pero como ya es habitual, los servicios de inteligencia o la policía parecen llegar siempre tarde.
Cuando se confirmó la identidad del atacante abatido, una mínima investigación sacó a relucir lo que ya ha sucedido en muchísimos casos de ataques de personas armadas contra civiles: Sturgeon había avisado en las redes sociales lo que iba a hacer.
Le mandó un mensaje a un amigo en el que le dijo que iba a ir al banco a disparar contra toda la gente y luego se mataría porque era un suicida.
Como en otras oportunidades, estas advertencias se conocen o detectan tarde, cuando el asesinó cumplió con la matanza que había advertido.
Lo habían despedido de ese banco porque tenía una adicción a las drogas. Desde entonces, entró en una crisis en la que desarrolló ese doble sentimiento: provocar una tragedia y suicidarse.
Desde que comenzó el año en Estados Unidos, en solo 3 meses y unos días, se produjeron más de 160 episodios de extrema violencia con personas armadas que abrieron fuego sin ninguna razón contra personas inocentes.
