Este lunes, a los 88 años, falleció Jorge Bernardo Griffa, una figura emblemática del fútbol argentino, reconocido por su destacado papel como descubridor y formador de jóvenes talentos, especialmente en la ciudad de Rosario.
Este lunes, a los 88 años, falleció Jorge Bernardo Griffa, una figura emblemática del fútbol argentino, reconocido por su destacado papel como descubridor y formador de jóvenes talentos, especialmente en la ciudad de Rosario.
El anuncio de su deceso fue realizado por Newell's Old Boys, el club que marcó su carrera, a través de sus plataformas de redes sociales. El comunicado expresó: “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Jorge Bernardo Griffa. El Maestro, símbolo indiscutido de Newell’s, fue jugador, técnico de inferiores y el creador del semillero leproso que dio enormes figuras al mundo. Tu legado siempre será parte de nuestra historia, que en paz descanses”.
Conocido como "El Maestro", Griffa dejó una huella indeleble en Newell's. Nació el 7 de mayo de 1935 en Casilda y tuvo una destacada carrera como defensor en el club rojinegro de 1954 a 1959. Posteriormente, emigró a España, donde jugó durante una década en el Atlético de Madrid y concluyó su carrera como futbolista en el Espanyol de Barcelona.
Tras su regreso a Rosario, Griffa se dedicó al trabajo en las divisiones juveniles de Newell's, convirtiéndose con el tiempo en el artífice de descubrir y desarrollar a numerosas figuras históricas del equipo. Contribuyó al éxito del equipo en los años 80, llegando a la final de la Copa Libertadores en 1988 bajo la dirección de José Yudica, y formando a jugadores clave en los títulos locales obtenidos con Marcelo Bielsa como entrenador.
En los años 90, Mauricio Macri lo convocó para trabajar en las divisiones juveniles de Boca Juniors cuando asumió la presidencia del club. Griffa continuó su legado en el fútbol argentino, influyendo en el desarrollo de talentos como Mauricio Pochettino, Gabriel Batistuta, Lionel Scaloni y muchos otros.
En sus últimos años, también desempeñó el rol de coordinador general de las divisiones juveniles de Independiente, contribuyendo al ascenso de jugadores como Esequiel Barco al primer equipo.
Como jugador, Griffa también dejó su marca en el Atlético de Madrid, donde se convirtió en un símbolo. Conquistó una Liga de España, tres Copas del Rey y una Recopa de Europa, totalizando 291 partidos. Su legado perdurará como uno de los grandes formadores y contribuyentes al fútbol argentino.
