El 1 de abril de 2019, Juan Alberto “Beto” González fue asesinado por dos sicarios mientras esperaba a un amigo en la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez. Este jueves, la Justicia condenó a los asesinos a 27 años de prisión.
El 1 de abril de 2019, Juan Alberto “Beto” González fue asesinado por dos sicarios mientras esperaba a un amigo en la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez. Este jueves, la Justicia condenó a los asesinos a 27 años de prisión.
Según la investigación del fiscal Gastón Ávila, los sicarios habían sido contratados por un preso de la cárcel santafesina de Piñero quien había extorsionado al amigo de la víctima.
González fue acribillado de 12 disparos mientras esperaba a un amigo, Brian O., que era el verdadero destinatario del ataque. El asesinato ocurrió en Andreu al 1200 de Villa Gobernador Gálvez, González había pasado a buscar a su colega para ir a bailar.
En ese momento, dos personas pasaron en moto por el lugar y dispararon en movimiento contra el repartidor de achuras, que estaba apoyado en su auto a la espera del amigo.
La autopsia determinó que el joven sufrió más de 30 heridas como consecuencia de los 12 disparos que dieron en su cuerpo, mientras otros 10 quedaron marcados en el vehículo.
González fue trasladado por su padre y su amigo a un hospital de Villa Gobernador Gálvez, donde finalmente murió.
De acuerdo a la pesquisa, Brian O., había sido víctima de amenazas telefónicas de un preso alojado en la cárcel de Piñero, que era un conocido de su barrio. A través de WhatsApp, el reo lo había acusado de juntarse con “una banda de enemigos” suyos y le pidió que le entregara la moto “con los papeles” que tenía, porque de lo contrario “te voy a mandar plomo”.
“En estos días te voy a mandar a cagar a tiros tu casa”, lo amenazó el detenido, según se informó durante el proceso oral.
Por el crimen de González, un tribunal integrado por los jueces Román Lanzón, Gustavo Pérez Urrechu y Hebe Marcogliese condenó este jueves a 27 años de prisión a Ezequiel “Pala” Gorosito y Ariel “Gordo” López.
El fiscal Ávila había pedido la pena 35 y 32 años de cárcel para los sicarios, el primero de los cuales estaba sindicado como “gatillero” de la organización narcocriminal liderada por Alan Funes, miembro de un violento clan familiar del sur de Rosario.
Durante el juicio, el fiscal señaló que el homicidio de González constituía “un claro ejemplo de cómo operan las bandas criminales que se financian con la venta de estupefacientes”.
Agregó que “cuando algo o alguien no les gusta, proceden a la violencia armada, letal y sin miramientos”.