La denuncia de la abuela que inició la búsqueda
El crimen comenzó a investigarse gracias a una denuncia presentada por la abuela paterna, Vanderleia Monteiro do Amaral, quien alertó a los Servicios de Protección Infantil ante la desaparición de su nieta. Durante las primeras horas, la Policía trató el caso como una posible fuga o desaparición, sin imaginar el desenlace.
Con el correr de los días, la falta de respuestas por parte de la madre encendió las alarmas. El 8 de octubre, los Servicios de Protección Infantil formalizaron una denuncia policial por desaparición, tras constatar que no tenían contacto con Luiza desde agosto.
Según la abuela, Rodrigo Ribeiro Machado era un hombre violento, que solía agredir verbalmente tanto a Luiza como a la nena. “Cada vez que mi nieta venía a casa, traía moretones en los brazos y en las piernas. Decía que se había caído, pero yo sabía que no era cierto”, contó la mujer a medios locales.
La confesión: “La nena ya está muerta”
Padrastro y madre sospechosos del crimen de la nena de 5 años
Los acusados: Luiza Aguirre Barbosa da Silva, madre de la víctima, y Rodrigo Ribeiro Machado, padrastro.
El giro más escalofriante de la investigación se produjo cuando el padrastro envió un audio al padre biológico de la niña, en el que le decía con crudeza: “Tu hija está muerta. No existe más. No tenés más vínculo con Luiza ni con nadie. Dejá de molestar”.
El mensaje, grabado en el teléfono de Luiza y reenviado por Rodrigo, fue difundido por la abuela paterna. En la grabación, se escucha la voz del hombre hablando con frialdad y enojo, exigiendo a la madre de la nena que confirmara la muerte ante el padre.
“Hermano, ¿sos sordo también? Ya te dije, tu hija está muerta. No tengo que gastar saliva con vos ni con tu familia”, dice Rodrigo en el audio, que circuló en redes y provocó indignación nacional.
La grabación fue clave para que la Policía avanzara con las detenciones y corroborara que no se trataba de una desaparición, sino de un homicidio planificado.
Cómo se descubrió el cuerpo
Lugar hallazgo nena
El comisario Franco Augusto sostuvo que la pareja “descargó su frustración e ira sobre la nena”.
Luego de recibir la denuncia, los investigadores realizaron varios allanamientos en la casa donde vivía la pareja. Durante la inspección, los perros rastreadores señalaron una zona del patio trasero, lo que llevó a excavar en el lugar. Bajo una losa de cemento, los peritos encontraron restos humanos envueltos en una lona.
La autopsia confirmó que el cuerpo pertenecía a Maria Clara Aguirre Lisboa. Tenía fracturas en el cráneo y lesiones compatibles con golpes realizados con una remachadora, una herramienta que fue encontrada en la casa con manchas de sangre.
El comisario Franco Augusto sostuvo que la pareja “descargó su frustración e ira sobre la nena”, y que el crimen fue el resultado de una escalada de violencia previa.
“Admitieron que la nena los ‘perturbaba’ y que decidieron deshacerse de ella. Es uno de los casos más crueles que hemos visto”, expresó el funcionario.
Un entorno de violencia y silencio
De acuerdo con la reconstrucción judicial, Maria Clara vivía sometida a maltratos constantes. Los vecinos declararon haber escuchado gritos, pero muchos no denunciaron por miedo o por creer que eran discusiones familiares.
El padrastro, Rodrigo Ribeiro Machado, tenía antecedentes penales y denuncias previas por violencia doméstica. Además, según la investigación, controlaba a Luiza y la manipulaba psicológicamente, utilizando a la niña como medio de presión.
El Ministerio Público solicitó la prisión preventiva para ambos acusados, que ahora enfrentan cargos por homicidio agravado y ocultamiento de cadáver. La madre fue trasladada a la cárcel de Votorantim, mientras que Rodrigo quedó alojado en Capão Bonito.
La investigación judicial
La Policía Civil de Itapetininga trabaja para determinar si hubo otras personas involucradas. En particular, se investiga a los padres de Rodrigo, dueños de la casa donde se halló el cuerpo. “Queremos saber si ayudaron a encubrir el crimen o si sabían lo que había ocurrido. La niña fue enterrada en su propiedad y ellos vivían allí”, explicó el comisario.
Las autoridades también analizan los registros telefónicos de la pareja y las conversaciones de WhatsApp, donde podrían encontrarse indicios de la planificación del asesinato.
Según fuentes judiciales, la pareja intentó construir una coartada, asegurando que la nena había sido llevada con familiares, pero las contradicciones en sus testimonios revelaron la verdad.
Un entierro sin despedida
El cuerpo de Maria Clara fue enterrado el 15 de octubre en el cementerio Colina da Paz, en una ceremonia privada a la que asistieron únicamente su padre biológico y la familia paterna.
Por el estado de descomposición, no fue posible realizar un velorio abierto. La pequeña fue despedida entre flores blancas y globos rosados, mientras decenas de personas encendían velas frente al cementerio.
“No pudimos verla, pero sabemos que ya descansa lejos del sufrimiento”, dijo la abuela entre lágrimas.
Repercusiones e indignación social
El caso provocó una ola de indignación en Brasil. En redes sociales, miles de usuarios exigieron cadena perpetua para los acusados y reformas en los sistemas de protección infantil.
Las autoridades locales organizaron una marcha simbólica en memoria de Maria Clara, donde vecinos y docentes portaron carteles con el mensaje “Ni una niña menos”.
El alcalde de Itapetininga expresó su conmoción y declaró dos días de luto oficial: “Es un crimen que nos destruye como sociedad. La violencia contra la niñez no puede tener cabida en ningún lugar.”