Por el caso hay cuatro detenidos: Miguel Ángel Villanueva Silva (27), de nacionalidad peruana; y tres argentinos, Iara Daniela Ibarra (19), Andrés Maximiliano Parra (18) y Magalí Celeste González Guerrero (28). Está previsto que los sospechosos sean indagados este jueves, instancia en la que la fiscalía deberá definir los roles que habría tenido cada uno y las calificaciones legales correspondientes.
Villanueva Silva e Ibarra fueron señalados como los dueños de la casa donde se hallaron los cadáveres. Ambos fueron arrestados en un hotel de la zona, mientras que los otros dos imputados estaban en el domicilio cuando llegó la policía. Sobre Villanueva Silva, los investigadores sospechan que podría tener vínculos con grupos narcos peruanos asentados en la Villa 1-11-14, aunque por el momento su nombre no figura en bases locales de narcotráfico. Por ese motivo se solicitó la colaboración del fiscal Diego Iglesias, a cargo de la PROCUNAR.
En una conferencia de prensa, el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, ratificó la hipótesis de un trasfondo narco. “Iban a participar en un evento al que les habían invitado, sin saber que estaban cayendo en una trampa de una organización transnacional de narcotráfico que había perpetrado una estrategia para asesinarlas”, sostuvo.
La transmisión en vivo: “Así le va a quien me roba”
De acuerdo con la investigación, el jefe narco peruano que comandaba la banda convocó a sus subordinados a conectarse a una transmisión en vivo en una red social.
La orden fue clara: mostrar cómo se castigaba a quienes se atrevían a robarle droga. Una de las víctimas, según la hipótesis, había participado del robo de cinco kilos de cocaína.
La escena fue macabra: “Así le va a quien me roba”, habría dicho el jefe mientras las jóvenes eran torturadas. Lara fue la que sufrió mayor ensañamiento, le cortaron los cinco dedos de la mano izquierda y una oreja antes de degollarla.
A Brenda la golpearon, le aplicaron puntazos y le quebraron el cuello. Morena recibió un destino similar: fue brutalmente golpeada en el rostro y luego asesinada de un puntazo y un golpe que le aplastó la cabeza.
El análisis de livideces, fauna cadavérica y temperatura corporal determinó que las muertes ocurrieron entre 90 y 96 horas antes del hallazgo, es decir, durante la madrugada del 20 de septiembre, unas horas después de haber sido vistas con vida en La Tablada.
El video, según los investigadores, no solo circuló en la red social usada por la banda, sino también entre grupos internos de la organización, como un recordatorio del destino que esperaba a quienes traicionaran al jefe.
El hallazgo de los cuerpos en Florencio Varela
Cuatro días después de la desaparición, el martes 23 de septiembre, la policía bonaerense halló los cuerpos descuartizados y enterrados en una vivienda de Jáchal y Chañar, en Florencio Varela.
El lugar pertenecía a una mujer que había sido detenida horas antes en la misma localidad. Ella misma admitió que alquilaba la casa a tres sospechosos peruanos, vinculados al narco. Fue clave en la investigación porque aportó la hipótesis de la venganza por el robo de cocaína.
La vivienda estaba adaptada para esconder a las víctimas y, luego, ocultar los cuerpos. Allí trabajaron durante más de 12 horas equipos de peritos, forenses y efectivos de la Drogas Ilícitas.