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Elecciones 2023: los tres Fernández del Frente van al frente

Cristina, Alberto y Aníbal sintetizan las tensiones del Frente de Todos. Una pelea con mucha historia y las incógnitas sobre lo que se viene.
Gustavo Marangoni
por Gustavo Marangoni |
Los tres Fernández en otros tiempos (Foto: Archivo)

Los tres Fernández en otros tiempos (Foto: Archivo)

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De acuerdo al RENAPER (Registro Nacional de las Personas) el apellido Fernández está cuarto en el ranking del país, solo precedido por González, Rodríguez y Gómez. Sabemos que el gobierno contiene al menos tres de los más conocidos: Cristina, Alberto y Aníbal.

El enfrentamiento casi desde el comienzo de la gestión dentro del Frente de Todos entre el Presidente y la vice (F1 vs. F2) se ve anabolizado en las últimas semanas por la activa presencia mediática como espada albertista del Ministro de Seguridad (F3), defendiendo a la Casa Rosada ante las críticas directas de los principales referentes de La Cámpora, la organización política conducida por Máximo (hijo de F2).

En su condición de hábil polemista y generoso emisor de declaraciones de alto impacto en medios y redes, F3, de recuperado alto perfil, nos ayuda a ver que el “el síndrome de pato rengo” puede registrar subtipos y variantes según el tiempo y lugar.

De acuerdo a los manuales de ciencia política y a las distintas encuestas de opinión y el estado de la interna, se podría conjeturar que F1 tiene escasas posibilidades de reelección por su disminuido capital político. También podría contra argumentarse que precisamente por estar en esas condiciones comienza a sentirse más libre para manifestar sus opiniones y tolerar en menor magnitud los reproches internos. Muy particularmente desde el preciso 6 de diciembre del año pasado, cuando CFK manifestara -ofuscada por la condena judicial- que no sería candidata. Paradojas de la política, actividad en la que desde una situación de debilidad se pueden construir oportunidades aprovechando errores ajenos o el simple azar de la vida cotidiana.

La pregunta en todo caso -sin respuesta clara hasta aquí es- precisamente: ¿oportunidades para qué? ¿Quizás para intentar la patriada de su reelección contra todos los pronósticos? ¿Acaso para estirar su capacidad de movimientos y encarar la discusión general de candidaturas con más oxígeno para ubicar funcionarios suyos en las listas? ¿Solo para desquitarse de agravios y destratos recibidos? ¿O para combinar entre sí algunas de estas posibilidades?

El desafío de Alberto Fernández

Imposible, al menos desde esta columna, jugarse por una respuesta. A lo mejor ni el propio interesado lo sabe con certeza y -como predicaba el gran Mostaza Merlo- solo va “paso a paso” de acuerdo a lo que permite (o no) la coyuntura.

En el contexto de una economía que trae malas noticias en casi todos los frentes y pronósticos no demasiados alentadores, lo cierto es que la hegemonía K dentro de la coalición no es lo que era. Ya no alcanzan, como en el pasado, gestos o insinuaciones para torcer voluntades. La explicitación de malestares y las referencias concretas censurando actitudes del mandatario provocan más ruidos que nueces.

Cierto es que el potencial electoral de F2 (Cristina) sigue siendo el más nutrido entre los potenciales aspirantes del FdT, pero como ella se considera proscripta las incertidumbres aumentan y son aprovechadas por F1 con la voz de F3, más potente y contundente que la de la portavoz oficial.

Si todo lo descripto hasta aquí no tiene consecuencias más severas para la administración, es sencillamente porque la principal coalición de la oposición tiene también sus debates y diferencias entre los aspirantes y una definición pendiente del expresidente Macri respecto a que rol desea jugar en el futuro cercano.

Y también a la persistente presencia de Javier Milei en los sondeos de cara a las PASO, que altera cuentas y aumenta especulaciones respecto a impactos y posibilidades de un mayor crecimiento.

Y si faltara poco con lo que sucede fronteras adentro de la Argentina, esta semana trajo desde el exterior ruidos financieros globales vía crisis bancarias en EEUU y Europa de dimensión y duración difíciles de prever.

¿Sobre llovido mojado o la posibilidad de disimular el elefante de nuestros problemas domésticos en la manada de paquidermos internacionales? Pronto lo sabremos.

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